Un hermoso día era, en el cual todas las personas seguían su propia vida sin siquiera pensar en lo demás, se podía ver como varias parejas se encontraban felizmente compartiendo entre sí, y si se pudiera decir “¿Quién no podría sentirse bien con un panorama como este?” todo se podría terminar siendo nada más que un simple día que no contaba con nada en especial.
Justo siendo ya como las diez de la mañana, aún estando en la cama, ella se despertó mientras su cabeza le dolía un poco, pero esto no era causado por la resaca de beber, tampoco era que estuviera enferma. Ella era alguien que no le gustaba tomar, así que lo evitaba por completo, además no tenía ni la menor intensión de hacerlo con nadie más, así que con eso se puede descartar de por sí que esa fuera la razón.
En realidad, se encontraba con los ojos hinchados, su cabello todo alborotado, se encontraba sola en aquella cama tan grande. Abriendo sus ojos que estaban rojos, sólo dejó salir un “jaja…” pero no era de risa, sino más bien era completamente con ironía y a la vez vacío.
Mirando el techo, con un suspiro, alzó su mano derecha como si quisiera poder tocarlo sin tener que levantarse para nada. Mientras mantenía su mano levantada, sus ojos empezaron a nublarse, esto más bien fue debido a que después de eso una lagrima salió y rodo por su rostro hasta terminar en su cabello después de haber pasado por sus orejas.
Ella sintiendo que todo había terminado, sólo dejó que su bello rostro se distorsionara mientras el dolor en su pecho volvía a aparecer. Esto pueda que sea una historia de todos los días, pero este era un poco diferente, ya que esta vez fue una de esas ocasiones en las que el llorar no era posible de evitar. El que se levantara hasta esa hora no era nada más ni nada menos que por ser que se encontraba de vacaciones, unas vacaciones que le fueron dadas por la empresa que fue lo que solicitó como recompensa por su esfuerzo, el cual la empresa se lo dio sin dudarlo en lo absoluto, por supuesto que ellos querían más el poder colocarla en un rango con mayor autoridad mas la persuasión no fue posible.
Ella bajando al fin su mano, ya que no el brazo se le había cansado, colocó su mano sobre su pecho para luego decir:
– de verdad, como puede ser que… nononono, no puedo aceptar el que no estes aquí, de verdad te necesito, yo no puedo vivir sola, así que por favor no me dejes, no digas eso –
Se sentó mientras sostenía la chamarra
– de verdad, yo no te pido que seas el mejor, no puedo esperar a que puedas estar junto a mí, pero tampoco puedo hacer nada para que te quedes conmigo, por lo menos… espero que muy pronto puedas estar siempre aquí junto a mí –
Quitándose las chamarras y con ello al fin levantándose de la cama, empezó a tenderla antes de empezar su día, pero las lagrimas aún no dejaban de caer. Ella no dejaba de considerar que esto era algo que nunca, nunca de los nunca podría pasar. Esta prueba era demasiado dura, pero sabía que se lo había buscado y ahora le tocaba tener que pagar por eso. Pero, en el momento en que vio aquel anillo en su mano, recordó que el día anterior había estado tan feliz, lo cual era tan irónico, ya que de estar tan llena de felicidad y sentirse como estar volando, ahora se encuentra en una completa tristeza. Sin embargo, respirando profundamente, dio un pequeño giro y con ello cambio aquella cara larga que tenía por una más optimista, mientras refunfuñaba. Esto podría ser algo que no se esperaba hacer pero no podía seguir de esta manera, así que dijo con confianza y esperanzada:
– Pero gracias a Dios, si me está dando otra oportunidad en esta vida de corregir este error, no puedo continuar siempre deprimida. Esa no soy yo, ya que siempre he sido muy radiante, además, debo de demostrarle que puedo ser feliz y que no debe de preocuparse por nada. Así es, la próxima vez que nos veamos hare que su corazón siga saltando tanto que no pueda pensar en nada más que en el día en que podamos estar juntos por siempre sin que nada nos llegue a separar –
Con esto ella se dirigió a lavarse y arreglarse, con una cola alta, se dirigió a realizar su desayuno para luego dirigirse con unas amigas.
Ya hacia bastante tiempo en que no las veía, aunque esto no era porque ella no quisiera, si no más bien era por que siempre se mantenía ocupada y por eso no podía estar. Pero esta oportunidad que era muy rara, no se podía perder en absoluto. Viendo aquel viejo reloj que estaba colgado en la sala, sonrió por lo tonto que se miraba para luego darse cuenta de que aún faltaba unas cuantas horas antes de poder encontrarse, así que pensó:
– cierto, aprovechando la oportunidad, debería de preguntar algunas cosas que he tenido duda. Pero de verdad no puedo esperar por que este día se vuelva mucho más divertido –
Por lo menos la intensión no hacía falta, aunque siempre con una espina que seguía en su corazón no la dejaba de lastimar, pero esta vez era un poco diferente a otras ocasiones, ya que la carga que había estado cargando por mucho tiempo al fin se había llegado a aligerar un poco.
Ella se mantenía ahora dando un paseo por un parque cerca del punto de reunión con sus amigas, no era de más decir que en realidad esto podía ser una buena forma de lograr pasar el tiempo y relajarse un poco. Mientras tomaba asiento en un banco, miró como a su alrededor las personas iban pasando de un lado a otro, pero ella en cambio no dejaba de pensar que todo esto debía de ser sólo un gran lienzo del destino en el cual ella llegó a sentir y que no lo pudo apreciar en un pasado.