Lidia miró a Cion confundida sin poder entender como este podía ser tan confiado y alegre después de todo lo que le había sucedido “Él perdió a su padre, su madre los abandono y él se hace cargo de su hermano enfermo, ¿Cómo puede aún ser tan optimista y sonreír así?” Se preguntó Lidia sin darse cuenta de que daba un pequeño suspiro mientras sonreía.
—Pff… En serio no puedo creer que te describas así a ti mismo, jaja, bueno, bueno, entiendo, está bien, está bien, podemos intentar ser amigos por el bien de Javiercito. —Dijo Lidia divertida al ver como Cion hacía un gesto de celebración con una gran sonrisa en su rostro.
— ¡Sí! ¡Genial, eso es genial, eres mi primera amiga aquí en la capital! —Dijo alegre Cion mientras miraba a Lidia con ojos brillantes.
— ¿Primera? —Pregunto Lidia.
—Sí, tengo amigos en el escuadrón de caballeros y conozco algunas personas aquí, pero no tengo ninguna amiga. —Respondió Cion feliz.
Cion termino de hablar con Lidia y volvió a la habitación donde se encontraba Javier durmiendo, mientras tanto Lidia termino de ordenar un poco y luego se fue a su habitación a descansar, durante esa misma noche mientras Lidia dormía un gran estruendo se escuchó venir del pasillo de la posada haciendo que Lidia se despertara.
— ¡Rápido trae un poco de agua, tu hermanito está muy mal! —Se escuchaban los gritos de Marta.
Lidia al escuchar los gritos se levantó de su cama y salió en camisón al pasillo viendo a Cion correr con un balde de madera repleto de agua hacia su habitación “¿Qué está sucediendo?” Se preguntó Lidia caminando hacia la habitación de Cion, al llegar a la puerta pudo ver al pequeño Javier vomitando sangre mientras sus ojos cambiaban completamente de color, de gris a negro.
— ¡Cion aléjate! —Grito Lidia entrando rápidamente a la habitación.
Cion que vio a Lidia entrar tan rápidamente sujeto la muñeca de ella por instinto y la miro con ojos preocupados.
— ¿Qué? ¿Qué vas a hacer? —Pregunto Cion con un rostro de preocupación.
—Cierra la puerta, yo me encargaré de tu hermano. —Dijo Lidia colocando su mano sobre la de Cion para que este soltara su agarre en la muñeca de ella.
Cion dándose cuenta de que Lidia no tenía malas intenciones, acepto las palabras de ella y se despidió de Marta agradeciéndole su ayuda y cerrando la puerta, quedando así solo él. Lidia y el pequeño Javier en la habitación, Cion vio a Lidia abrazar a Javier y acariciar el cabello de este consolándolo mientras una extraña calidez lo invadía todo, el ambiente parecía más pacífico, repleto de tranquilidad y consuelo junto a una luz dorada y tenue que parecía envolver a Lidia.
—Tranquilo, tranquilo Javier, yo estoy aquí, no dejaré que nada te pase, el dolor sé irá pronto, tranquilo, confía en mí. —Dijo Lidia mientras abrazaba al pequeño.
Cion que se encontraba observando la escena frente a él, se sentía completamente sorprendido por como su pequeño hermano parecía calmarse mientras que Lidia lo abrazaba, la fiebre del pequeño bajo considerablemente y los vómitos se detuvieron por completo quedándose dormido nuevamente, Cion miro a Lidia intrigado y se sentó en una silla mientras llevaba sus manos a la cabeza “No pude hacer nada, Javier estaba sufriendo y yo no pude hacer nada para ayudarlo… Mi hermano él…” Cion que sentía las lágrimas querer salir de sus ojos, dio un gran suspiro y levanto la cabeza con una gran sonrisa en sus labios mirando a Lidia.
—No sé qué es lo que hiciste, pero gracias, gracias por ayudar a mi hermano, él es todo lo que tengo, así que si en algún momento necesitas mi ayuda contarás con ella. —Dijo Cion acercándose a Lidia y dándole un repentino abrazo.
Lidia, sorprendida por la acción de Cion, abrió los ojos sin saber cómo reaccionar, pero este se alejó rápidamente.
—En serio quisiera que fuéramos amigos, eres importante para mi hermano y nos has ayudado mucho. —Dijo Cion mientras caminaba hacia su hermano y le tomaba la mano.
—No fue nada, yo… Tu hermano solo tiene un problema de maná, su, su cuerpo es muy pequeño para poder contener la gran cantidad de maná que tiene en su interior, es por eso que se enferma tan seguido, pero, bueno él, él puede recuperarse por completo con el tratamiento adecuado. —Respondió Lidia a Cion quien volteo rápidamente a mirarla.
— ¿Recuperarse por completo? ¿Está segura? ¿Tú? ¿Tú puedes hacer eso? —Pregunto Cion emocionado.
Lidia miró el rostro de Cion quien siempre se mostraba alegre y extrovertido ahora con una mirada emocional.
—Sí, si supongo que podría, pensé que tomaría alrededor de un mes, pero al ver que hoy tuvo esta reacción creo que talvez tome unos días más de lo pensado, el cuerpo de Javier no puede adaptarse tan rápidamente, así que tengo que ir eliminando el maná excedente poco a poco, para que no sea tan brusco el cambio en su cuerpo, esto tomara un poco de tiempo, pero te aseguro que sí se puede recuperar por completo. —Dijo Lidia dándose por vencida a la mirada de Cion.
Lidia miró a Cion emocionado al pensar que su pequeño hermano algún día podría llevar una vida normal “No quería contarle de esto a él, ya que trabaja en el palacio y quiero evitar que algo de esto llegue a oídos del príncipe Ryan, pero… Pero no puedo ocultárselo cuando se trata del bienestar de este pequeño” pensó Lidia mientras miraba a los dos hermanos juntos.
—Entonces, ¿Qué debo hacer? ¿Puedo hacer algo por ti para que ayudes a mi hermano? —Pregunto Cion.
—No, no es necesario, es algo sencillo, no te preocupes, vendré todos los días a verlo para así poder estabilizar su maná de a poco, lo único que podría pedirte es que mantengas esto en secreto, no quiero que nadie más se entere de lo que hago ¿está bien? —Pregunto Lidia viendo a Cion sonreírle felizmente mientras sentía con la cabeza.
Los días siguientes Cion se marchaba en la mañana al palacio y volvía durante la noche, mientras que Lidia trabajaba y atendía a Javier durante el día, mientras que le daba tratamiento de maná durante la noche.