—Tienes razón, te he dejado aquí estos días, así que ¿Qué te parece si más tarde sales a dar un paseo? Le diré a los caballeros de la puerta que te escolten y luego elegiremos a dos más para que se encarguen especialmente de tu seguridad. —Hablo el príncipe mientras se inclinaba sobre la mesa besando la frente de Lidia.
Lidia asintió ante las palabras del príncipe mientras intentaba ganarse la confianza de este “Espero que esos escoltas sean tan ingenuos como el príncipe” pensó Lidia pensando en cómo escapar en cuanto saliera de la habitación. A las horas después, el príncipe se marchó y dejo a los caballeros escoltas frente a Lidia para que acompañaran a esta a pasear por los alrededores del palacio.
—Señorita, por favor venga con nosotros, la guiaremos por los alrededores del palacio. —Dijo uno de los caballeros.
Lidia miró a este y luego de darse cuenta de que todos parecían fuertes y competentes, decidió aplazar el plan “Sería difícil escapar con tantos caballeros, tendré que hablar con el príncipe y decirle que me molesta que sean tantos escoltas, así él podrá reducirlos un poco para mi próxima salida” pensó Lidia mientras caminaba al lado de los escoltas, después de un par de minutos caminando en los alrededores del palacio Lidia se detuvo y volteo hacia el jefe de aquellos caballeros.
—Señor, ¿podría ver al resto de los caballeros?, me gustaría saber dónde entrenan los fieles caballeros de este reino. —Lidia miro al jefe con una mirada inocente.
—He… Eso, sí, si la escoltare hasta allí, pero déjeme decirle que no todos son nobles, así que puede que la forma de hablar de algunos caballeros sea un poco… Grosero. —Dijo el jefe de los caballeros escoltas.
—No se preocupe, eso no importa, todos son grandes caballeros que protegen al reino y son leales a la familia real, así que todos merecen ser tratados con respeto. —Dijo Lidia dejando en silencio a los caballeros que la estaban escoltando.
—Bien, señorita, entonces si no hay problemas, vamos. —Respondió el jefe con una pequeña sonrisa en sus labios.
Lidia trató de disimular su entusiasmo al pensar que podría ver a Cion al ir a ver a los caballeros y tal como pensó, este estaba entrenando junto al capitán de su escuadrón, Cion mostraba gran habilidad y agilidad, parecía alguien completamente distinto al empuñar su espada, una mirada seria y profunda de completa concentración “Se ve tan… Atractivo” pensó Lidia mirando al otro lado del campo de entrenamiento a Cion sudando mientras entrenaba “Todos se ven fuertes y competentes, pero Cion… Él se ve mucho mejor que todos los demás” Lidia mordió su labio al ver a Cion y volteo rápidamente para que el jefe de los caballeros que la escoltaban no se diera cuenta de cómo esta miraba a Cion directamente.
—Pa… Parecen todos muy fuertes y competentes, he… ¿El príncipe elegirá a mis escoltas entre los caballeros que se encuentran aquí? —Pregunto Lidia mirando de reojo a Cion quien parecía que aún no la había visto.
Lidia miraba a Cion viendo como este secaba su sudor y luego frustrado lanzaba su espada de madera al suelo y se sentaba en una banca, fue entonces que Cion levanto la mirada viendo a Lidia al otro lado del campo de entrenamiento mientras que ella hablaba con sus escoltas.
—Si señorita, estos son los mejores caballeros de cada escuadrón, está él escudaron bronce que practica al otro lado del campo, el escuadrón plata que practican en la sección tres del campo, el escuadrón oro que se ubica en el centro, y por último el escuadrón diamante que es quienes se encuentran aquí enfrente, los que están más cercanos al palacio. —Explico el jefe de los escoltas.
—Entiendo, pero entonces ‘¿todos estos son los mejores de cada escuadrón, verdad? —Pregunto de nuevo Lidia.
—Si señorita.
Lidia miró a Cion disimuladamente haciendo que ambas miradas se cruzaran sin que nadie más se diera cuenta “Lidia, ¿Qué está haciendo ella aquí? La he estado buscando desesperadamente estos días y ella, ella estaba aquí” Cion parecía desesperado por querer correr hacia ella, pero se dio cuenta de inmediato en la expresión que Lidia tenía en su rostro, negándole a él que se acercara.
—Puedo… ¿Puedo ver más de cerca a los caballeros de los escuadrones? —Pregunto Lidia.
—Si claro, señorita. —Respondió el jefe, siendo interrumpido por otro caballero.
—Si señorita, pero tenga cuidado con los bronces, ellos son simples plebeyos con aires de grandeza, son asquerosos, bruscos y grotescos, es mejor que se aleje de esa peste. —Dijo uno de los caballeros.
Lidia frunció el ceño molesto volteando para mirar al caballero que le acababa de hablar así del escuadrón al que pertenecía Cion.
— ¿En serio son así los bronces? —Pregunto Lidia.
—Si claro, señorita, es cosa de solo verlos y uno se da cuenta la falta de clase y etiqueta que tienen. —Respondió el caballero, quien tenía el cabello rojizo oscuro.
—Oh, entiendo, entonces tú piensas que los bronces no deberían ser parte de los caballeros, ¿quiere decir que usted está en contra de lo que el rey ha considerado óptimo para el reino? O sea, fue el mismísimo rey quien creo el escuadrón bronce al ver las grandes cualidades que se escondían entre los plebeyos, los cuales eran de gran ayuda a la realeza, es más. Es bien conocido que en el pasado el rey fue muy amigo de un caballero bronce, quien le salvo la vida y juro su completa lealtad a la corona salvando al rey en más de una ocasión, cosa que no lograron los caballeros plata, oro y diamantes. —Respondió Lidia molesta, fingiendo una actitud inocente.
El jefe de los escoltas quedo mirando a Lidia en silencio viendo como esta hablaba de manera inocente mientras que decía lo que pensaba “Esta joven tiene razón, parece que tendremos una excelente princesa heredera una vez que ella se case con el príncipe” pensó el jefe, fue entonces que el jefe quedo mirando al caballero que había hablado anteriormente y se acercó a este.