El jefe de los escoltas acompaño a Lidia hasta cada escuadrón presentándole a los caballeros, fue entonces que Lidia llego hasta donde se encontraba Cion observándola, este se levantó de su banca y se alineó junto al resto de los caballeros del escuadrón bronce los cuales eran conocidos como los mejores de su escuadrón. Lidia miró detenidamente a cada uno de ellos para no levantar sospechas y luego miro a Cion mientras intentaba no emocionarse. “Cion, solo han pasado algunos días, pero me parece que paso mucho sin verlo, tiene grandes ojeras y parece algo cansado” se dijo Lidia mirando a Cion quién no podía decir absolutamente nada, ya que ella estaba allí como invitada.
—Bueno, caballeros, la joven aquí presente es la futura princesa heredera, quien será la prometida del príncipe Ryan, así que trátenla con el respeto que se merece. —Dijo el jefe de los escoltas.
Cion que escucho las palabras del jefe, frunció el ceño molesto por lo que había acabado de escuchar, Lidia camino frente a los caballeros fingiendo una inocente y tierna sonrisa mientras que Cion la observaba “¿Por qué está sonriendo así? Esa, esa no es su sonrisa, esta… Fingiendo” pensó para sí mismo Cion dándose cuenta de inmediato del actuar de Lidia.
—Entonces, ¿entre estos caballeros serán elegidos mis escoltas? —Pregunto nuevamente Lidia.
El jefe de los caballeros asintió a la pregunta.
—Sí, señorita, ellos son los mejores de cada escuadrón. —Respondió el jefe.
—Entonces, ¿podría yo elegir a mis propios escoltas? —Pregunto Lidia con una sonrisa inocente, pareciendo entusiasmada.
El jefe de los caballeros, pareciendo algo preocupado camino hacia Lidia y bajo su cabeza en señal de disculpa mientras hace, extendía su mano bloqueando a los caballeros frente a Lidia.
—Eso, será mejor preguntárselo al príncipe antes de tomar una decisión, mi señorita. —Dijo el jefe de los escoltas.
— ¿Qué? Pero… Está bien, le preguntaré a él cuándo venga a verme esta noche… —Respondió Lidia actuando como una niña inocente y pura ante todos.
Los caballeros que miraban a Lidia solo veían una mujer, pura, inocente y con una extraordinaria belleza que podía ser envidiada por todos “¿Qué está haciendo Lidia aquí? ¿Por qué dice que verá al príncipe esta noche?” Se preguntaba Cion molesto mientras apretaba sus puños disimuladamente. Lidia se marchó del campo de entrenamiento sin tener la oportunidad de hablar directamente con Cion. Durante esa misma noche, el príncipe visito a Lidia antes de que esta se acotara a dormir.
—Lidia, que bueno encontrarte despierta, ¿me estabas esperando? —Pregunto el príncipe sin esperar que Lidia le contestara.
—Claro su alteza ¿Por qué más estaría despierta a estas horas? —Respondió Lidia sorprendiendo al príncipe, que abrió los ojos sorprendidos, por la respuesta de Lidia.
— ¿Qué? ¿En serio? ¿Realmente me estabas esperando? Lidia. —Pregunto El príncipe entusiasmado.
El príncipe camino hacia Lidia entusiasmado mientras la abrazaba impulsivamente, Lidia intentando mantener la compostura acaricio la espalda del príncipe para que este no sospechara.
—Claro, es que… Bueno, hoy fui a dar un paseo por el palacio y visité el campo de entrenamiento de los caballeros que protegen el reino y bueno, el jefe de los escoltas me dijo que podría elegir a mis futuros escoltas entre algunos de ellos. —Dijo Lidia mientras se alejaba de los brazos del príncipe y caminaba hacia la ventana.
— ¿Quieres hablar sobre tus escoltas? Bien, entonces, ¿has decidido a quienes escoger? —Pregunto el príncipe caminando hacia Lidia.
—Sí, he estado pensando en que podrían ser uno de cada escuadrón, el jefe de los escoltas de hoy me dijo que los caballeros oro y diamantes son los que se dedican a escoltar a la familia real, mientras que los de plata y bronce se encargan de la nobleza o de los de bajo rango, así que… Pues quisiera poder tener a uno de cada escuadrón, siento que me sería lo más cómodo…-Dijo Lidia mientras volteaba para ver a la cara al príncipe.
El príncipe miró a Lidia completamente cautivado por su belleza, asintiendo ante las palabras que ella le decía “Es tan hermosa e inocente, tiene que tener la mejor seguridad, sí, es mejor que acepte su petición, si ella se siente cómoda eso es lo mejor” pensó el príncipe mientras que con una sonrisa en sus labios se acercaba a ella.
—Si eso es lo que tú deseas, puedes elegir a todos los escoltas que desees, lo dejaré en tus manos mi princesa. —Dijo el príncipe sintiéndose un poco más cercano a Lidia.
Lidia miró al príncipe sintiendo repulsión por este cuando se dio cuenta como la observaba “¿Es en serio? ¿Por qué él sigue tan fácilmente el destino que escribió la diosa para él? ¿Por qué no decide por sí mismo? ¿Por qué se aferra a mí de esta manera?” Se preguntaba Lidia mientras miraba al príncipe que la observaba con una sonrisa en su rostro.
—Hah… Bueno, entonces su alteza, ¿mañana puedo ir yo misma a ver a los escoltas? —Pregunto Lidia con una sonrisa inocente.
—No, eso no podrá ser, yo traeré a los caballeros que te escoltaran desde mañana, quiero presentarte como la futura princesa yo mismo, quiero que les quede claro a todos que deben de respetarte y tratarte con el mayor cuidado posible. —Dijo el príncipe mientras que Lidia fruncía el ceño y se daba la vuelta molesta.