Al soltar el agarre de su abrazo, Cion fue llevado por Lidia hacia el sofá, mientras que ella caminaba hacia la puerta de la habitación y la abrió hablándole a Cristian.
—Cristian, quisiera descansar tranquila hoy, así que cerraré la puerta, por favor que nadie me moleste, ya que me daré un baño relajante durante un tiempo y luego me iré a la cama. —Dijo Lidia, asegurándose así que el príncipe, siendo el protagonista de la novela, respetaría la privacidad de ella y no la interrumpiría si ella decía que se estaría bañando.
Lidia cerró la puerta al dar la orden a Cristian y puso el seguro para evitar accidentes, luego volvió al sofá donde Cion la esperaba afligido “Parece que realmente le afecto lo que me sucedió en la biblioteca” Lidia se sentó al lado de Cion y luego lo miro por unos segundos antes de tomar su mano “Estoy nerviosa, desde que me di cuenta de lo que siento realmente por él siento que mi corazón va a explotar cada vez que lo toco” pensó Lidia sin quitar su mano de la de Cion.
—Todo está bien, le dije a Cristian que evite que, entre cualquier persona, en caso de que el príncipe quiera entrar le dirán que me estoy bañando, así que es seguro por hoy, él no entrara a mi cuarto durante la noche sin antes llamar a la puerta esta vez. —Dijo Lidia sin esperar que Cion se dirigiera a la puerta e impregnara la cerradura con su propio maná para evitar que esta fuera abierta.
—Lidia, yo… No quiero que sigas aquí, el príncipe es vedad, que es el hombre más noble de todo el reino a excepción de los reyes, pero él, él no te está viendo por quién eres tú realmente, Lidia, no te enamores de él, él… El sí es verdad que es muy hábil y poderoso, también es verdad que tiene mucha riqueza, pero él solo te está viendo como un objeto, él… Él no te ama de verdad, él ni siquiera conoce tu verdadera esencia. —Dijo Cion mientras volteaba a mirar a Lidia a la cara.
Al escuchar las palabras de Cion, Lidia dio un paso adelante intentando ser valiente y provocarlo.
— ¿Mi verdadera esencia? ¿Y cuál sería mi esencia? Cion. —Pregunto Lidia.
—Tú, tú no eres una mujer frágil, eres valiente, inteligente, amable, compasiva, fuerte y empática, eres una mujer que tiene muchas cualidades, cualquier hombre podría enamorarse de ti Lidia, eres la mujer que cualquier hombre quisiera tener a su lado, pero… No debes estar con alguien que solo vea en ti la belleza, porque no eres solo eso Lidia, tú vales mucho más que cualquiera, más que cualquier riqueza en este mundo. Ni siquiera el reino equivale a tu valor como persona Lidia. Así que no te enamores de él, no te enamores de alguien que solo ve en ti la belleza física. —Cion hablo con gran entusiasmo, mientras que sus sentimientos se hacían notar en sus palabras.
Lidia sonrió tímidamente al escuchar las palabras que Cion acababa de decirle “¿Acaso él…?” Lidia tuvo esperanzas de que sus sentimientos fueran correspondidos y dio un paso más hacia Cion quedando a solo centímetros del rostro de Cion, quien la miraba nervioso y sonrojándose poco a poco “Ella, está demasiado cerca” pensó Cion al ver a Lidia a tan solo centímetros de él, tentándolo a actuar impulsivamente.
— ¿Realmente piensas todo eso sobre mi Cion? —Pregunto Lidia mirando a Cion.
Cion nervioso se dispuso a contestar, pero las voces de los guardias fuera de la puerta se escucharon mientras hablaban con el príncipe “Vino el príncipe nuevamente” pensó Cion molesto al saber que él no podía reclamarle al príncipe por visitar a Lidia tan tarde en la noche.
—Creo que es mejor que me vaya Lidia, el príncipe ya está aquí nuevamente, nos vemos mañana, ve acotarte, es mejor que descanses hoy. —Dijo Cion mientras se acercaba a Lidia y acariciaba su cabello antes de salir por la ventana nuevamente.
Lidia se quedó mirando por la ventana, la silueta de Cion perdiéndose en la oscuridad, mientras que la voz del príncipe la interrumpía desde el otro lado de la puerta.
— ¡Lidia, ¿estás despierta? ¿Puedo pasar?! —Pregunto el príncipe mientras esperaba la respuesta de Lidia.
Las voces del príncipe y de los caballeros en el pasillo se escuchaban claramente, por lo que ella entendía que no podía negarse a abrir la puerta, puesto que Cristian la había visto despierta hace solo unos minutos “Tendré que recibirlo, no puedo ser tan obvia al negarme a verlo” Se dijo a sí misma Lidia abriendo la puerta y dejando entrar al príncipe.
—Su alteza, ¿Qué hace aquí tan tarde? —Pregunto Lidia, mostrándose gentil y delicada.
—Lidia, estaba preocupado por ti, por lo que sucedió esta tarde, así que vine a ver cómo te encontrabas ahora. —Respondió Ryan mientras extendía su mano hacia la mejilla de Lidia acariciándola.
—He… Bueno, me encuentro bien ahora su alteza, así que no tiene nada de que preocuparse. —Lidia miro al príncipe y le sonrió.
El príncipe, viendo la actitud amable de Lidia, dio un paso adelante y tomo la mano de Lidia entre las de él, luego miro a esta a los ojos y se inclinó hacia ella besándola en la mejilla “Ella parece aceptarme mucho más que antes, me he ganado su corazón, lo sabía, ella es la mujer destinada a ser mi compañera de vida, mi princesa, quien gobernara este reino conmigo en el futuro” pensó el príncipe mientras besaba la mejilla de Lidia y luego se apartaba deseándole unos dulces sueños. A la mañana siguiente, Lidia fue despertada por Helen, la sirvienta que estaba a cargo de su vestuario y alimentación, la misma quien había sido poseída anteriormente por la diosa de aquel mundo.
—Señorita Lidia, buenos días, espero que tuviera una buena noche, me han encargado atenderla el día de hoy porque comenzará sus clases para convertirse en la futura princesa heredera, los profesores la estarán esperando en la biblioteca. —Dijo Helen mientras que preparaba la bañera para Lidia.
—Helen… ¿Estuviste ocupada estos días? ¿Por qué no habías venido? —Pregunto Lidia mirando a Helen con atención.