Me Perteneces

Capítulo 27

La noche había sido un torbellino de emociones, y tras dejar a Kiara en su habitación, Erick se encontraba caminando por el pasillo con Sandra a quien acompañaría hasta su habitación, la cual se encontraba ligeramente ebria a causa del alcohol que había consumido.

La tensión entre ellos siempre había sido palpable, un choque constante de personalidades que, sin embargo, no podía ocultar la atracción que Erick sentía por Sandra desde el primer día.

A medida que avanzaban, decidieron tomar un atajo a través de una de las salas de estar, donde el silencio era casi abrumador.

-¿Estás bien? -Preguntó Erick, extendiendo su mano para sostenerla antes de que cayera por el tambaleo de esta.

Sandra lo miró y sus ojos brillaron con una mezcla de diversión y desafío.

-Sí. Solo estoy un poco aturdida por todas las emociones de esta noche -Respondió ella.

Sandra recobro su postura y ambos quedaron frente a frente, sus miradas entrelazadas en un instante que parecía eterno. La luz tenue iluminaba sus rostros, y por un momento, la tensión se volvió palpable.

Sin embargo, Erick rápidamente recuperó su semblante serio, recordando la situación en la que anteriormente se habían encontrado.

-¿Qué demonios pensabas al actuar así en el bar? -Le comenzó a reprochar con su voz grave y autoritaria. Sandra lo observó confundida y a la vez molesta -No puedes hacer esas cosas, Sandra. Ese tipo de comportamiento fue inmaduro e irresponsable.

-¿Irresponsable? ¡La responsabilidad no tuvo nada que ver con mi manera de actuar en ese bar! -Respondió ella, elevando la voz. -Siempre tienes que querer saberlo todo como si tú fueras perfecto, tu conoces nada de mí. No busques juzgar mi comportamiento si no tienes idea de por qué actué así.

La discusión se intensificó, palabras hirientes saliendo de sus bocas como flechas afiladas.

-Eres tan impulsiva y egocéntrica, siempre pensando solo en ti misma. Desde que llegaste aquí no haces más que quejarte y dar berrinches -Le lanzó Erick, mientras su corazón latía con furia.

-Y tú. Que crees ser un sabelotodo que no puede dejar de fastidiar y criticar a los demás para sentirte mejor contigo mismo -Contraatacó Sandra, sintiendo cómo las emociones se desbordaban.

Ambos estaban tan atrapados en su pelea que no se dieron cuenta de que sus rostros estaban cada vez más cerca.

La energía en el aire se volvió eléctrica mientras la atmósfera se cargaba de tensión. Erick cayó en cuenta de que la discusión no llevaría a nada e intentó calmarla.

-Sandra, lo siento, por favor…

Antes de que pudiera terminar, Sandra lo interrumpió y sus palabras fluyendo como un torrente.

-¡No comprendes nada que no sea para tu propio beneficio! Siempre te crees mejor que los demás, y eso me molesta. No sé por qué sigo intentando...

Erick, frustrado y sintiendo que el momento se escapaba, tomó una decisión instantánea. Sin pensarlo dos veces, se inclinó hacia adelante y la besó, frenando sus palabras y uniendo sus labios en un contacto que detuvo el tiempo.

El beso fue brusco al principio, lleno de esa mezcla de rabia y deseo que ambos llevaban dentro, pero a medida que sus labios se movían, la tensión se desvaneció en un susurro de calma.

Sandra se quedó atónita, sus ojos cerrados con fuerza pero que pronto se suavizaron, dejándose llevar por la intensidad del momento.

El mundo exterior desapareció, y en ese instante, se dio cuenta de que todo por lo que habían discutido se desvanecía, reemplazado por una conexión más profunda y cruda.

Cuando se separaron, ambos se miraron fijamente, respirando entrecortados. La chispa entre ellos había cambiado de forma, y aunque la tensión seguía presente, había un nuevo entendimiento en el aire.

-Lo siento -Susurro Erick con su voz grave pero suave.

Sandra, un poco aturdida, se quedó observándolo sin hacer ni decir nada.

Ambos se quedaron en silencio, y segundos después Sandra reacción alejándose con prisa del lugar.

Ambos sabían que a pesar de sus diferencias, había una nueva posibilidad entre ellos. Era un comienzo inesperado, pero uno que podría cambiar todo.

Durante mañana siguiente, la atmósfera en la mesa del desayuno estuvo cargada de tensión.

Aunque Sandra y Erick intentaban actuar con normalidad, y evitaban a toda costa no cruzar miradas, los demás presentes no podían evitar notar la incomodidad de ambos al estar en la misma mesa donde el silencio era más elocuente que cualquier palabra que se dijera.

***

Después del desayuno incómodo, me encontraba en mi oficina donde realizaba algunas cosas que Eloy me había asignado en el computador.

Unos minutos más tarde Erick entro a mi oficina sin aviso, me hice la indiferente como si estuviera concentrada en la que hacia y evite mirarlo.

-Sandra, necesitamos hablar -Dijo Erick, tratando de sonar calmado.

-No hay nada que hablar, Erick -Respondí sin apartar la vista de la pantalla.

-¿Por qué intentas evitarme? Anoche fue diferente, sabemos que hay algo más entre nosotros -Erick se acercaba más al escritorio por lo que decidí colocarme de pies y encararlo.

-No, no lo sé y lo que sucedió anoche no debió pasar -Replique.

El sonido de la puerta abrirse interrumpió el momento y ambos recobramos nuestros semblantes.

Ethan, como le era costumbre, entró sin previo aviso, y la tensión del momentos se transformó en un silencio incómodo.

-¿Todo bien? -Preguntó Ethan, mirándonos a ambos.

-Sí, todo bien. Solo... necesito un momento -Erick, visiblemente molesto decidió salir del lugar pasando al lado de Ethan y azoto la puerta al salir.

-Yo solo venía a dejarte estos documentos -Me dijo mostrándome la carpeta en su mano que unos segundos después me entregó para retirarse.

Días después, después de una serie de silencios y miradas cargadas de emociones, me encontraba dando un paseo por los jardines de la mansión.




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