Desperté en mi habitación, la luz del sol se filtraba a través de las cortinas, pero no podía sentir su calidez.
Por mi cabeza cruzaban pequeños recuerdos de lo sucedido, flashback como recordatorio de lo que había intentado hacer. Me incorporé lentamente, la cabeza me daba vueltas, y al mirar a mi alrededor, vi a Erick sentado en una silla junto a la ventana.
Erick al sentir mi mirada sobre el, volteo y al verme se levantó de aquella silla rápidamente.
-Al fin despertaste -Dijo, su tono era una mezcla de alivio y preocupación.
-¿Por qué estás aquí?, ¿No tienes nada mejor que hacer? -Respondí, tratando de mantener la voz neutral, pero no pude evitar que el desdén se filtrara en mis palabras.
Erick arqueó una ceja, sorprendido por mi reacción.
-Te cuidé mientras estabas inconsciente, pensé que sería bueno que alguien estuviera contigo -Dijo intentando no parecer nervioso.
-No necesito que intentes cuidarme, no necesito tu ayuda, no necesito a nadie -Le contesté, sintiendo cómo una rabia inexplicable comenzaba a burbujear en mi interior.
-Eso es lo que tú crees -replicó, cruzándose de brazos. -Crees que te sentirás bien tratando a las personas de estás manera, solo te estás haciendo daño. Por favor, ya basta. -Erick intento acercarse pero de inmediato me levanté de la cama y me alejé.
-¿Y qué sabes tú de lo que me está haciendo? No tienes ni idea -le repliqué. Erick se inclinó hacia adelante, su mirada fija en mí.
-Si crees que esta actitud te hará sentir mejor, entonces bien. Has lo que quieras.
-No sabes nada, No necesito que me digas cómo sentirme o que hacer. Estoy mejor sola -le dije, en mi voz se comenzaba a escuchar el miedo que comenzaba a invadir mi cuerpo.
Erick sin más se retiró de la habitación dejándome sola sintiendo la confusión mezclarse con la ira y el miedo.
***
La mansión nunca había estado tan silenciosa, el ambiente se sentía pesado, como si todos los presentes contuvieran el aliento. Sandra había estado ausente y distante durante días y la preocupación se había convertido en un tema recurrente entre todos los habitantes de la mansión.
-Papá, ¿Que esta pasando con Sandra? -Preguntó Kiara, su voz resonando en la oficina. -No la he visto en días. Y cuando intenté entrar en su habitación para verla me hecho -Le informo.
-La veces que he logrado verla pasa junto a mí sin decir una palabra -Respondió Erick -No entiendo qué le pasa. No se puede seguir así.
-Ella quizás necesita espacio. Tal vez está lidiando con lo que pasó. -Dijo Iván intentando tener alguna respuesta.
-¿Pero cuánto tiempo más va a estar así?, No podemos dejar que se aísle de esta manera -Hablo Marizol angustia en su voz.
-Es como si estuviera en un túnel oscuro y no quisiera salir. Ni siquiera sabemos cómo ayudarla -Comento Ethan.
-Tampoco podemos forzarla. Ella tiene que acercarse a nosotros por voluntad -Les dijo Alonzo.
-¿Y si su voluntad es alejarse de nosotros para siempre? No podemos permitir que eso suceda -Comento Kiara. Eloy se pasó una mano por el cabello, claramente agobiado por la situación.
-¿Y si se hace daño?, No podemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que hacer algo -Dijo Marizol llena de preocupación.
Eloy, que había estado observando en silencio, finalmente se pronunció unas palabras
-¿Y qué tal si en lugar de cuestionarse o imaginarse ideas absurdas, simplemente le de dan su espacio y dejan que yo me encargue de todo? -Hablo Eloy con determinación, mirando a cada uno de los presentes quienes guardaron silencio después de aquellas palabras.
***
Días pasaron y mi comportamiento se volvió cada vez más frío. Me alejé de todos en la mansión, evitando las miradas preocupadas de Kiara y los intentos de conversación de Erick.
Una tarde, mientras caminaba por los pasillos, me encontré con Eloy. Y era increíble como su presencia era como un faro en la oscuridad.
-Sandra -dijo con seriedad -Tenemos que hablar.
-No tenemos ningún tema de conversación del cual hablar -respondí, tratando de evitarlo.
-Si tenemos y lo sabes -Dijo con autoridad mientras se acercaba -No se que pasa por tu cabeza, pero se que no puedes seguir hundiéndote de esta manera -Me dijo.
-Porque no quiero arrastrar ni condenar a nadie -le contesté, sintiendo como la coraza que había construido se desmoronaba frente a Eloy -No pueden entender lo que me está pasando, pero no me estoy sintiendo bien. -Hable intentando contener las lágrimas.
-Todos estás muy preocupados por ti Sandra, yo en especial -Me dijo con voz comprensiva y de la nada sentí como una ira se iba apoderando de mi -Eres mucho más fuerte que lo que sea que te esté ocurriendo.
-¿Y qué sabes tú de mi fuerza? -le dije, desafiándolo. -No eres quien para darme lecciones -Me disponía a irme pero Eloy me tomo del brazo con fuerza.
-¡Ya basta! -Dijo mirándome fijamente a los ojos -Tu no tienes porque sentirte de esta manera porque no has hecho nada malo -Me dijo con firmeza en su voz y aquella ira comenzó a desvanecerse, sintiéndome vulnerable nuevamente.
-¿Y si intento lastimar a alguien más como sucedió con esa mujer? -Le pregunté, Eloy soltó el agrade.
-Escúchame bien, tu ya no eres Sandra Beckett, ya no eres esa inocente joven que llegó aquí hace unos meses, ahora eres Sandra Kyle Jensen, la sangre de dos grandes guerreros corres por tus venas, tu eres una guerrera y esa mujer no será la última que lastimaras, y posiblemente muchas personas mueras por tus manos, porque eso es lo que somos los sobrenaturales, guerreros que buscan sobrevivir, mantener a salvo a su familia y seres más cercanos, y a su vez mantener en pie su linaje en este mundo -Me dijo -Te adaptaras.
-¿Y si no puedo o si vuelvo a perder el control? -Pregunte al borde de las lagrimas. Eloy se acercó a mi y me envolvió en sus brazos.
-Entonces estaré aquí para ayudarte, te prometo que no te dejaré caer, solo no dejes que ellas te controlen -Las lágrimas comenzaron a escaparse de mis ojos...