La mañana después de la fiesta, el comedor estaba lleno de risas y bullicio. La luz del sol entraba cálida por las ventanas, iluminando la mesa donde todos esperaban para desayunar, excepto dos personas: Sandra y Erick.
Eloy arrugó la frente, intrigado por la ausencia de ambos. Erick siempre era el más puntual de todos en llegar a la mesa y Sandra aunque solía tener ausencias siempre solía informar si no deseaba bajar a desayunar.
-¿Dónde están Erick y Sandra? -preguntó Eloy.
-Deben de seguir dormidos, ayer fue un día muy agotador especialmente para Sandra que se encargó de toda la decoración -respondió Marizol, levantándose mientras tomaba un sorbo de café-. Ethan, Kiara, podrían ir a ver que sucedió con ambos -pidio Marizol y ambos asintieron y se levantaron de la mesa.
Con una rápida mirada de complicidad, ambos subieron las escaleras hacia las habitaciones. Kiara fue directamente al cuarto de Sandra. Al abrir la puerta, se encontró con la cama perfectamente hecha y la habitación completamente vacía.
Se quedó inmóvil por un instante, luego sonrió para sí misma. “Quizás pasó la noche con Erick”, pensó, divertida. Sin darle más vueltas, cerró la puerta y se dirigió al cuarto de Erick, donde Ethan ya había llegado. Ethan golpeó la puerta dos veces.
-¡Erick! ¿Estás despierto? -llamó, pero del otro lado no hubo respuesta alguna.
Sin pensarlo dos veces Ethan giró el pomo de la puerta la cual no estaba cerrada con llave.
Al entrar, lo primero que notó fue el desorden de la habitación. La camisa de Erick estaba tirada en el suelo, y sobre la cama había una figura femenina, semidesnuda, inclinada sobre Erick, quien parecía profundamente dormido. El rostro de Ethan se tensó al instante.
-¿Qué demonios…? -murmuró, avanzando hacia la cama con pasos rápidos.
La mujer, al percatarse de su presencia, se levantó rápidamente, cubriéndose con las sábanas mientras se alejaba de la cama. Su cabello estaba despeinado, y su expresión era de evidente sorpresa e incomodidad.
-¡Erick! -Le llamo y este no realizó ningún movimiento -¡Erick!... ¿Qué demonios está pasando? -Ethan, al ver que Erick no reaccionaba se alarmó, se dirigió a la chica con voz firme.
-¿Quién eres? ¿Qué le hiciste? -preguntó, casi gritando, mientras intentaba despertar a Erick sacudiéndolo por los hombros.
En ese momento, Kiara llegó a la habitación. Su sonrisa, que aún llevaba por la idea de encontrar a Sandra allí, se desvaneció al instante.
La escena frente a ella era un caos inesperado: una mujer semidesnuda en un rincón de la habitación, envuelta en sábanas, Ethan visiblemente alterado, y Erick, que no respondía al llamado ni al contacto.
-¿Qué está pasando aquí? -preguntó Kiara al no entender lo que sucedía.
Ethan no contestó. Estaba demasiado ocupado revisando a Erick, quien seguía inmóvil pero con respiración estable.
La mujer en el lugar, mientras tanto, intentaba recoger sus cosas apresuradamente, las cuales yacían tiradas por todas partes de la habitación.
Kiara disgustada se dirijo hacia la mujer y la tomo del brazo con fuerza obligando a que está la mirara a la cara.
-¿Quién eres y que demonios haces aquí? -La mujer se observaba asustada, temblaba mientras solo negaba con su cabeza sin decir ni una sola palabra.
Kiara quien comenzaba a alterarse soltó a la mujer bruscamente y se dispuso a salir al corredor de la mansión.
>>¡Guardias! -Tras su grito, los guardias no tardaron en aparecer -¡Detengan a esa mujer y busquen a mi padre ahora mismo! -Ordenó y los guardias obedecieron inmediatamente. Mientras unos detenían a aquella mujer otros se disponían en ir en busca de la familia.
Fue entonces cuando el pensamiento golpeó a Kiara como un rayo: “Sandra.” Si no estaba en su habitación, ni con Erick, y todos los demás estaban en el comedor… ¿dónde estaba?.
La preocupación comenzó a apoderarse de ella, desplazando cualquier otra emoción. Miró a Ethan, que seguía tratando de entender la escena frente a él, y algo en su interior le dijo que esto era solo el comienzo de algo mucho más grande.