La atmósfera estaba cargada de tensión. La casa, que hacía tan solo unas horas estaba llena de risas y música por el festejo, ahora parecía un lugar sombrío, casi lúgubre.
Sandra había desaparecido, Erick seguía inconsciente, su respiración era estable, pero no daba señales de despertar pronto. La incertidumbre comenzaba a consumir a todos los presentes en especial a Eloy.
Eloy caminaba de un lado a otro en la sala, su rostro reflejando una combinación de preocupación y angustia.
-Señor, no sé ha logrado localizar a Sandra, se registró toda la mansión y los alrededores y no hay señales de ella, también se está llevando a cabo un registro de todo el territorio pero seguimos sin tener rastro. -Informo uno de los guardias.
Alonzo que permanecía al lado de Eloy realizó un movimiento con su mano para que el hombre se retirará.
-Tiene que haber algo más -dijo Eloy, mientras intentaba pensar en algo-. Algo está pasando -Decía Eloy.
-Eloy debes calmarte, quizás no está ocurriendo nada grave y…
-¡¿Y que?! -Eloy freno las palabras de Iván alzando un poco la voz. -¡Explícame entonces porque mi hijo está inconsciente y Sandra está desaparecida! -Eloy se veía alterado, Iván solo guardó silencio para evitar que se alterará aún mas.
Mientras tanto Erick seguía inconsciente, tendido en la cama de una de las habitaciones vecinas, mientras la de el era registrada cuidadosamente.
La presencia de Erick en ese estado lo mantenía estresado y ansioso, incapaz de concentrarse en un solo pensamiento. Mientras que la desaparición repentina de Sandra solo añadía más peso sobre los hombros de Eloy, para el todo parecía desmoronarse al mismo tiempo.
Mientras tanto la mujer que habían encontrado en la habitación de Erick decía no recordar nada de lo que había sucedido.
-Yo… no sé qué pasó, no se como termine en la habitación del príncipe. -murmuró ella, apretando las manos nerviosamente-. Cuando me levanté, lo vi dormido y intente despertarlo pero el no respondía a los llamados y luego el joven Ethan entró a la habitación -Decía ella con su voz temblorosa a Alonzo quien se encargaba de interrogarla.
Alonzo sabía que algo no estaba bien, ninguna de las piezas que tenían lograba encajar con la otra.
La ansiedad de todos aumentaba con cada hora que pasaban sin respuestas. La noche, que había comenzado como una celebración, se había convertido en un enigma oscuro.
Marizol no lograba dar con la causa por la que Erick estaba en aquel estado, por lo que comenzaba a preocuparse, pero seguía intentando mantener la cordura y no desconcentrarse para poder ayudar.
Erick no había caído inconsciente por casualidad y ella lo sabia, por eso también sabía que el despertar de Erick no iba a ser sencillo ni inmediato. Su inconsciencia no era solo física, sino también mental y emocional, como si su mente estuviera atrapada en un limbo.
Los días iban pasando y Erick seguí inconsciente mientras, la búsqueda de Sandra continuaba.
Eloy, mientras vigilaba el estado de Erick, había ordenado una búsqueda intensiva por todo los rincones del territorio y fuera de el.
Alonzo siendo el más sensato en esos momentos, hacia de voz principal en dicha búsqueda mientras Eloy permanecía en la mansión.
Había decidió incorporarse personalmente a la búsqueda de Sandra porque sabía que ella no escaparía por voluntad propia y que fuera quien fuera el responsable, parecía tener un objetivo claro: incapacitar a Erick mientras ocurría algo más grave con Sandra.
Ese día Kiara decidió visitar a Erick, se sentó al borde de la cama, mientras lo observaba sin decir nada. Marizol decidió que deberían tener un momento a solas por lo que ordenó a todos aprendices y sanadores que salieran del lugar.
Kiara respiró hondo, tratando de mantener la compostura, pero las lágrimas ya estaban luchando por salir. Miró a Erick, con su rostro sereno, y sintió cómo un nudo se formaba en su garganta.
Era como si él estuviera dormido, ajeno al desastre que los rodeaba. Ajeno a que Sandra seguía desaparecida, y que la ausencia de ambos estaba destrozando a todos.
-Erick… -Comenzó Kiara con voz temblorosa. Cerró los ojos por un momento, como si estuviera buscando el valor para decir lo que sentía. Una lágrima rodó por su mejilla. -No sé si me escuchas, pero la mansión es un caos… Sandra está desaparecida, y nadie sabe qué sucedió. Y tú… tú estás aquí, atrapado en este silencio, como si te hubieras rendido.
>>Nuestro padre está perdiendo la cabeza, culpándose por haber bajado la guardia y no haberlos protegido. Yo apenas puedo respirar de la ansiedad que me causa está situación. Erick, por favor, te necesitamos más que nunca, eres el único que puede encontrar a Sandra.
Kiara hizo una pausa, apartando las lágrimas de su rostro con el dorso de la mano. Su voz se quebró mientras continuaba:
-Nuestra tía comienza a perder la cordura, esta haciendo todo lo que puede para ayudarte pero nada funciona -Kiara bajó la mirada, observando las manos de Erick, que permanecían quietas. Extendió las suyas y las cubrió con delicadeza, como si el simple contacto pudiera traerlo de vuelta.
Kiara se acostó a su lado y apoyó su rostr contra el pecho de Erick, sus lágrimas empapando la tela de su camisa. La habitación estaba en completo silencio, salvo por sus sollozos ahogados. Era un silencio insoportable, como si el mundo se hubiera detenido.
Por un momento, todo quedó quieto. Pero entonces, Kiara sintió una presencia tras ella. Levantó la cabeza rápidamente, observando a su alrededor. No había nadie pero la energía del lugar era extraña.
Kiara se levantó y procedió a caminar sigilosamente hacia el balcón de la habitación, al salir no había nadie, respiró y volvió adentro.
Se recostó nuevamente junto a Erick, está vez observándolo descansar, sin saber que por la mente de Erick pasaban cosas mucho más preocupantes que lo que sucedía en la mansión.