“Caminar por el oscuro y espeso bosque eran una de las cosas que más disfrutaba hacer cuando era tan solo una pequeña niña, disfrutar el aroma de la tierra mojada, el sonido de los insectos a mi alrededor y lo hermoso de aquel árbol jacaranda que dejaba caer sus hermosas flores violetas con el aroma más delicioso de la vida.
Siempre me he sentido conectada con este árbol, siempre me he sentido… Realmente viva cuando piso este bosque, como si perteneciera aquí, como si este fuera mi lugar.
El viento se remueve detrás de mí provocando que mi cabello se revuelva al mirar hacia atrás y toparme con esos amenazantes ojos que me miran desde los árboles.
Un escalofrío me recorre el cuerpo entero.
-¿Qué haces aquí sola?- gruñe molesto, provocando que un retortijón se apodere de mi estómago y mis ojos se llenen de lágrimas.
Estoy perdida, este es el fin, él me ha vuelto a encontrar, porque no puedo escapar de él, porque yo le pertenezco”
Abro los ojos sobresaltada y respirando agitadamente mientras el miedo me recorre el cuerpo entero, miro a mi alrededor, estoy en mi cuarto y todo parece relativamente normal.
Mis ojos se posan sobre cada rincón de la habitación con alarma, es como si algo me avisara que las cosas están yendo mal y cuando finalmente mis ojos se adaptan a la oscuridad y puedo enfocar la pared a un lado de mi ventana, puedo ver una enorme sombra.
Un grito involuntario sale de entre mis labios retrocediendo en la cama, girándome para tomar algo con que defenderme, tomando mi teléfono celular como si este fuera un enorme cuchillo cuando la luz se prende y mi padre entra a mi habitación corriendo.
-¿Violeta?- pregunta corriendo hacia mi cama mientras mira a todos lados de mi cuarto apuntando con su arma hacia todos lados, sosteniéndola con la mano temblorosa pero al notar que no hay nada en la habitación, vuelve a mirarme -¿Cariño estás bien? ¿Qué sucede?- pregunta consternado.
Los castaños ojos de mi padre me evalúan por un momento, mientras yo miro sobresaltada hacia la vacía y cerrada ventana.
-Había alguien aquí... estaba ahí parado- digo señalando a la ventana- Papá…- murmuro asustada tomándolo del brazo.
Mi padre cautelosamente y con el arma en alto comienza a revisar todas y cada una de las partes de mi habitación, el armario, debajo de la cama, cada rincón y cada espacio, sin embargo todo está vacío, no hay nada ni nadie allí y cuando está totalmente seguro de que estamos solos en la habitación posa sus ojos nuevamente sobre mí.
-Juro que estaba ahí parado- digo mordiendo mi labio sin sentirme segura de lo que estoy diciendo ya.
Mi padre suspira, se acerca a la cama y me mira con tristeza y aburrimiento, como si ya hubiera pasado muchas veces por esto.
Su mirada parece verdaderamente preocupada.
-Cariño todo fue solo una pesadilla, así que por favor vuelve a dormir- pide exasperado y dándome un beso en la frente- Te amo, todo está bien ¿Tranquila si? Papá está aquí para cuidarte, no tienes nada de que temer, ahora duerme, estoy cansado, acabo de llegar, cerré los ojos y escuche tu grito- finge estremecerse y sonríe de medio lado- Vamos, recuéstate- pide haciéndome recostar de nuevo y tapándome con una cobija- Te amo cariño, siempre que tengas pesadillas o algo te de miedo recuerda que aquí está tu padre para cuidarte y defenderte ¿Bien? Ahora descansa- pide besando nuevamente mi frente, apagando la luz y saliendo de la habitación.
Mi corazón sigue latiendo con fuerza, sin embargo ya no estoy segura de si realmente he visto algo o no lo he hecho, llevo una mano a mi cabeza y trato de recordar que soñé o que provocó que alucinara así al abrir los ojos, sin embargo no puedo recordar nada pero tengo la sensación de que me estoy perdiendo de algo muy importante.
Miro nuevamente hacia la ventana con temor, me levanto acercándome para tratar de encontrar una lógica a lo que acaba de pasar, para tratar de detectar si tal vez confundí la sombra con alguna prenda o algo así pero realmente no puedo ver nada fuera de lo común en lo alto, sin embargo en el suelo puedo ver un trozo de hoja de papel la cual tomo y levanto para examinarla con la luz de la ventana, sin embargo no reconozco el papel y cuando noto lo que tiene escrito, mi pulso se acelera al darme cuenta que eso no es mío, que no puede ser algo de mis padres y que eso no estaba ahí cuando me fui a dormir hace un rato, retrocedo un paso asustada y tomo con firmeza el papel tratando de entender la extraña escritura y los raros garabatos pero no logro comprender absolutamente nada y es cuando puedo darme cuenta que esto no está escrito con una letra común.
El miedo me recorre el cuerpo entero y miro nuevamente la habitación asustada, ahora estoy segura de que lo que vi no fue un sueño o una alucinación.