Salimos directamente hacia el estacionamiento mientras él me guía hacia un aparcamiento tomándome de la cintura, guiando cada uno de mis movimientos, examinando cada uno de mis pasos y mirando incluso hacia donde yo miro.
-Aún tengo clases Peter...- murmuro aun asustada, pero Peter se encoje de hombros.
-Si te permito venir a la escuela es como un premio, pero te aclaro que tu escuela me tiene sin cuidado, te has portado mal y no voy a recompensarte por eso; ten por seguro que si vuelves a hacer algo como lo que hiciste hace un momento no solo matare al bastardo, sino que no volverás a ver la luz del día jamás- me amenaza mirándome a los ojos haciendo que mi respiración se detenga.
Peter está parado frente a mi tomando ambas muñecas con sus puños mientras acerca mi cuerpo al suyo y sus hermosos e irresistibles ojos me derriten por completo mientras que su ferocidad hace que me sienta intimidada.
Este chico provoca en mi cuerpo dos sensaciones totalmente distintas que me provocan confusión y lo peor de todo es que sé de antemano que esta vez, él no está tratando de controlar mis acciones o mis emociones en absoluto por lo cual me aterra aún más.
-No podrías...- digo negando con la cabeza alejándome un paso de él pero sin que me suelte- Todos notarían mi ausencia y tarde o temprano sabrían que me tienes tú- lo acuso y él me dirige una sonrisa que me hela la sangre.
Peter acerca su boca a mi oído mientras que su delicioso aliento me acaricia la oreja y hace que sensaciones extrañas me recorran por completo mientras puedo sentir el calor de su cuerpo rozar contra el mío.
-Cada vez te vuelves más olvidadiza o más estúpida- me ofende con diversión-Te lo dije, puedo hacer que tu propia madre olvide tu existencia, puedo hacer cosas tan increíbles que ni siquiera podrías siquiera imaginarlo, no tienes idea de lo que soy capaz de hacer, no tienes idea del poder que habita en mí o lo loco que estoy de ti y el mucho daño que podría causar si vuelves a alterarme de esta forma, si de alguna manera se te ocurre volver a desobedecerme- me hace saber tomando mi oído con sus labios y aspirando el aroma en mi mejilla- Por favor ten cuidado, no quiero cometer una locura- susurra.
Me muerdo el labio sintiéndome presa del miedo y el pánico al escuchar semejantes palabras, mientras él se aleja nuevamente, pone un dedo bajo mi barbilla y me sonríe obligándome a mirarlo a los ojos.
-Eres un monstruo- digo con un susurro apenas audible debido a mi miedo pero él no parece inmutarse siquiera ante mi comentario.
-No me importa ser un monstruo mientras te tenga bajo mi poder- me deja en claro- Te lo dije, eres mía, el haber entrado a mi casa fue el peor error que pudiste haber cometido en tu vida y no hay nada ni nadie que pueda salvarte de mí, debiste quedarte lanzando rocas fuera de la casa pequeña Violeta, debiste quedarte en el umbral como siempre lo hacías, debiste… No entregarte a la curiosidad y ahora este es el precio- asegura para mi total sorpresa- Así que, si yo fuera tú, obedecería en todo lo que te ordene si no quieres que las cosas terminen realmente mal- dice esta vez con un suspiro, alejándose de mí con brusquedad.
Mis piernas se sienten como gelatina por lo cual cuando se aleja caigo de rodillas al suelo al no tener el soporte de su cuerpo, él ni siquiera se inmuta o me mira, simplemente rodea nuevamente el auto ya aparcado en el estacionamiento y me mira antes de abrir la puerta del conductor con mis llaves en manos- Levántate y sube al auto Violeta- me ordena.
En mi mente comienzan a debatir miles de ideas, esto se ha vuelto algo más horroroso y turbio de lo que ya de por si era, necesito hacer algo para defenderme, necesito alejarlo de mí de una vez por todas, así que al final decido lo más lógico, opto por hacer lo que debí hacer desde un principio:
Voy a ir a la policía.
-¿Subirás o tendré que obligarte a subir Violeta?- pregunta Peter molesto con una mueca por lo cual me levanto del suelo y abro la puerta del copiloto para después subir y ponerme el cinturón mientras él sonríe con suficiencia- Vez, ¿No fue tan difícil verdad?- se burla con una sonrisa llena de satisfacción, pero yo no digo absolutamente nada.
Peter sale del estacionamiento con rapidez realmente satisfecho, mientras mira mi mano izquierda donde reside mi nueva y reluciente pulsera y arruga la nariz.
-Apesta a escoria- se burla- Creo que lo único que ese idiota es molestarme- dice más para sí mismo que para mí.
Lo miro con asombro.
-¿Hablas de Nathan?- pregunto asustada y él asiente con la cabeza- ¿Qué tiene esta pulsera? De casualidad él… ¿Es algo parecido a lo que eres tú? ¿Él…-
-No podría salvarte ni viviendo tres vidas- me interrumpe- Pero él no es como yo, ni siquiera cerca, ni siquiera algo parecido, realmente él es casi completamente como tú- se burla- Pude olerlo y por lo que vi él pudo olerme a mí también, sin embargo dudo mucho que sepa siquiera la magnitud de las cosas, solo es un niño jugando a ser súper héroe- gruñe con asco- Te advierto en este momento Violeta que tienes prohibido acercarte a ese tipo, puedes quedarte con la pulsera, de algo te deberá servir algún día, pero te aseguro que si vuelvo a verlo siquiera rondándote, voy a matarlo esta vez- me deja en claro.