Miro la bandeja de comida y hago una mueca de asco.
Comida Japonesa, perfecto.
- Muy gracioso Peter- murmuro tomando el plato y dejándolo a un lado molesta.
Esta ropa me está incomodando y necesito ropa ahora, sin embargo no estoy muy segura de que tan limpia esta la ropa, por lo cual busco en el ropero y encuentro una pijama bastante hermosa de seda rosa, pero al llevarla a mi nariz puedo notar que huele a perfume.
Mi estómago se contrae en automático, mi mente se siente ligeramente nublada y suelto la prenda al instante sintiéndome por un momento asustada y expuesta sin razón aparente.
Ni siquiera se tomaron la molestia de lavar la ropa y el aroma de aquella chica aún permanece aquí.
Eso me causa escalofríos.
Me pregunto si la chica habrá escapado, la liberaron o... No quiero siquiera pensar en esa posibilidad de aquello y me deshago de esas ideas para meterme rápidamente a bañar para quitarme esta piel de gallina que se ha apoderado de mi cuerpo desde que entré a este lugar.
Tomo el shampoo a medio usar de lavanda y jazmín y un jabón nuevo de rosas del estante.
Mientras me doy un baño rápido comienzo a pensar en aquella chica y todo lo que Peter le habrá hecho mientras mil y un sensaciones extrañas me invaden el cuerpo y frunzo la boca.
Pienso en aquella chica en su cama recostada, lo imagino diciéndole que ella le pertenece, oliendo su cabello y aquello me provoca algo que jamás había sentido antes.
Es una sensación de enojo y superioridad que jamás había sentido antes.
- Estúpido Peter- murmuro mientras cierro la llave del agua y comienzo a secarme con una toalla aparentemente limpia.
Después de cepillar mi cabello y ponerme aquella ropa decido salir a recostarme hasta que Peter aparezca y me diga qué demonios es lo que piensa hacerme.
Este lugar me causa escalofríos, me siento observada, como si aquella chica siguiera aquí, mirándome y juzgándome por usar sus pertenencias y su aparente habitación.
Casi doy un grito cuando al salir del baño noto que alguien ya se encuentra en la habitación recogiendo la bandeja de comida intacta y respiro agitadamente llevando una mano a mi pecho.
Kendall abre los ojos impresionado al verme, una mirada llena de tristeza y nostalgia lo invade y se lleva una mano a su cabello despreocupadamente y me sonríe con timidez.
Si no estuviera en la situación en la que me encuentro ahora y a sabiendas de que su hermano es un monstruo psicópata, ese simple gesto sería completamente irresistible.
- Te pareces tanto a ella - me asegura con una sonrisa provocando que aquel anterior pensamiento se desvanezca como humo y no puedo evitar sentir escalofríos en el acto- Por un momento me sentí en el pasado- asegura mirando la bandeja y sonriendo con dolor.
Ya basta de juegos.
-¿A quién me parezco Kendall?- pregunto tratando de sonar firme y Kendall me mira sin comprender, como si no se hubiera dado cuenta que lo había dicho en voz alta.
Cuando Kendall se da cuenta de este pequeño dato, frunce la boca ligeramente tomando la charola y caminando hacia la puerta pero lo detengo con la mano.
-Kendall por favor- suplico- Estoy asustada... solo quiero... saber quién es ella... Qué le sucedió... Qué me sucederá a mí...- pido.
Siento las lágrimas recorrer mis mejillas y mi quijada temblar al pronunciar aquellas palabras, pero en un acto totalmente sorprendente Kendall me toma entre sus brazos y me abraza pegándome contra su pecho mientras sollozo en su pecho.
Sus manos recorren mi cabello con tranquilidad mientras pega su cabeza contra la mía, puedo sentir como sus brazos se tensan a mi alrededor.
-No tienes nada de que temer pequeña- me asegura acariciando mi cabeza y acercando su nariz a mi cabello inhalando profundamente- Incluso hueles como ella- asegura.
No puedo evitar mirarlo y puedo ver la nostalgia en su rostro, puedo ver la tristeza y la culpa latentes en sus ojos.
-¿Ella era tu amiga?- pregunto y él me mira a los ojos sonriéndome con ternura.
-Ella era una chica increíble... Ella… no merecía lo que le sucedió Violeta... Vanessa era...- dice cerrando los ojos y pegándose más a mí, como si mi presencia lo tranquilizara, como si mi existencia le hiciera bien.
-¿Qué fue lo que le hizo Peter?- le pregunto y él solo aprieta los ojos fuertemente como tratando de apartar los malos pensamientos de su cabeza- ¿Qué paso con Vanessa?-
Kendall me sonríe con tristeza abriendo finalmente los ojos mientras acaricia mi mejilla con ternura enviando una extraña sensación de alivio a todo mi cuerpo y no puedo evitar sonreír.