CAPITULO 5: HACIÉNDONOS RESPETAR A GOLPE LIMPIO
CAPITULO 5: HACIENDONOS RESPETAR
A GOLPE LIMPIO
- Papá, creo que es el momento de aceptar tu para ir propuesta del centro de mejoramiento personal. –decía Daniela sorprendiendo con sus palabras a Julián.
- Nos alegra que te hayas decidido – decía el señor Jaime- las cosas son en su momento y creo que el tuyo llego.
- ¿De qué hablan? –pregunto Julián- me siento fuera de base.
- Días pasados me recomendaron un centro con profesionales para que Daniela mejore su autoestima y autodefensa personal, me dicen que el programa es personalizado y quiero que ella se dé la oportunidad.
- Entiendo, con lo que ha experimentado estos días es lo mejor ¿pero en qué tiempo, después de clases? –preguntaba mientras sujetaba a Camilo que iba de caída rumbo al piso.
- No, es una semana, como funciona aquí en la ciudad disponemos de media hora para visitarla en dos ocasiones o llamarla telefónicamente –contestaba el señor Jaime.
- Serán como unas pequeñas vacaciones ¿no te parece? – preguntó la señora Laura a dirigiéndose a Daniela.
- Si mamá, creo que cambiare de imagen también, pueda que me corte un poco más el cabello ¿Qué les parece?
- ¡No te atrevas! – contesto intempestivamente Julián, al darse cuenta que todas las miradas se posaban críticas contra él, rápidamente intento acomodar lo dicho- no te lo cortes por favor, cambia el color y no sé, el modelo o lo que quieras, pero déjalo largo así podrás seguir llevándolo trenzado. Bueno digo yo.
- Bueno siendo así ya veremos. –contesto Daniela ¿vamos al centro comercial?
- Bueno y podemos ir a cenar a mi sitio favorito. –invito el señor Jaime.
- ¿En Daniel´s Coffee? –pregunto Julián.
- Claro ¿dónde más?, familia ¡todos listos a las seis!
- Claro que sí. – contestaron todos al mismo tiempo.
Esta tarde Camilo podía lucir su hermoso coche en el centro comercial, desde que la señora Laura lo compro eran contadas las ocasiones que lo había sacado, el señor Jaime llevaba abrazada a su esposa mientras observaban las vitrinas, Julián empujaba el coche con una mano y con la otra sostenía la mano de Daniela, parecían una pareja de jóvenes padres, Daniela cargo un rato a Camilo ya que protestaba por estar amarrado en el coche, mientras se concentraban en la tienda de ropa para niños intentando decidirse que comprar, Julián tomo un conjunto para medírselo al bebe, al ver la cercanía de Julián empezó a llamarle papa, la empleada de la tienda al ver a Camilo pregunto:
- Disculpe ¿es usted el papá?
- Sí, es mío, bueno nuestro –dijo señalando a Daniela.
- Son una bella pareja, pero parece que aun estudiaran.
- Si es que aún lo hacemos-
Karina había coincidido en la misma tienda de ropa infantil, logrando escuchar la conversación de Julián, quedando realmente sorprendida, podría ser el motivo por el que Julián la esquivaba, pero nunca se supo que estuviera embarazada. No se podía quedar con la duda así que comento:
- Vaya te lo tenías bien guardadito. –dijo dirigiéndose a Daniela.
- El que tu no lo sepas no significa que no exista. – contesto Daniela
- Evita dirigirnos la palabra Karina, así que sigue tu rumbo –intervino cortante Julián mientras tomando a Daniela por la mano se dirigió a caja a cancelar.
fuera de la tienda ya sus padres esperaban para recibir a Camilo, camino al café la señora Laura se topó de frente con su prima Angélica, nunca hubo empatía entre ellas, así que todo era político en su trato, siempre critico el matrimonio de la señora Laura y a su esposo por no ser de su círculo social.
- Buenas tardes ¿cómo están? –pregunto la señora Angélica
- Bien gracias ¿y ustedes? –contesto la señora Laura.
- Muy bien, nos enteramos que tu familia creció, ¿no me presentas?
- Claro Angélica, este es Julián, nuestro nuevo hijo y Camilo su pequeño hijo.
- Mucho gusto joven, pero veo que van tomados de la mano ¿y eso?
- Es que quería aumentar mi familia rápidamente así que case a Daniela y me ahorre los papeles además ya venía con muchacho incluido y ahora somos abuelos ¿Qué te parece? -contesto el señor Jaime risueño.
- Bueno si usted lo dice –contesto desconcertada la señora Angélica.
- Te dejamos vamos a cenar, hablamos en una próxima oportunidad querida. –se despedía la señora Laura.