CAPITULO 7: CUANDO EL PASADO TE ALCANZA
Los días en clase habían vuelto a la normalidad, sonaba el timbre indicando la salida y las puertas del colegio se abrían, parado en la acera con varios paquetes en mano Héctor buscaba a Julián con su mirada, quería sorprenderlo.
Daniela repartió la hamburguesa y junto a Julián las empezaron a comer mientras caminaban en dirección a su casa, el grupo de Miguel venia tras de ellos. A pocos metros para terminar la esquina del colegio, de un sedán gris nuevo se bajaron dos sujetos, Daniela instintivamente se frenó al escuchar que llamaban a Julián apuntándole con una pistola.
Julián se detuvo, al levantar la mirada, reconoció a uno de los hombres de el Tuerto, el otro nunca lo había visto.
Miguel vio el arma en la mano de aquel hombre extraño y de fría mirada que apuntaban a Julián y se apresuró a detener al grupo de compañeros con un movimiento de manos, a lo que ellos retrocedieron, Miguel no retrocedió sabía que él necesitaría ayuda, Julián dedujo que el tuerto quería que volviera y en su desespero podrían herir a alguien por lo que se apresuró a preguntar nuevamente.
El Chato, se había acercado a Julián para decirle en voz baja;
Julián quería proteger a sus compañeros y a Daniela, así que tenía que alejarlos, con calma empujo a Daniela hacia el cercado del colegio y se aproximó al auto hacia donde estaba el hombre de la pistola, con tranquilidad intento abrir la puerta del auto, pero tomando un poco descuidado al del arma le dio un codazo en el estómago y forcejeo con él para poder quitarle la pistola, el chato corrió a atacar a Julián, pero fue derribado por Miguel y Johnny que en conjunto le daban una parranda de puños a el chato, sonó un primer disparo que fue recibido por espejo retrovisor derecho del auto haciendo añicos el pequeño espejo y desapareciendo la bala tan rápido como llego, haciendo que Miguel y Johnny se tiraran al piso, los demás hicieron lo mismo acompañado de los gritos, Julián lograba hacerse del arma y con gran destreza disparó el arma hiendo en la mano y la rodilla a su atacante, acercándose a el Chato le hirió igualmente en la rodilla y la mano a la vez que le decía:
Los compañeros de Julián y Daniela estaban perplejos, era como una película la forma en que Julián tomo la pistola y no le tembló el pulso para disiparles.
Editado: 15.05.2019