CAPITULO 8: LUCHANDO POR SALIR INVICTO Y
SALVAR A MI FAMILIA.
Sonaba el teléfono del Tuerto, los presentes enmudecieron a esperas de noticias.
Julián con guantes en las manos conducía velozmente al punto de partida, no podría perder tiempo innecesario porque lo necesitaría a la hora que se presentara una complicación. Atrás iba quedando el taller del Tuerto en pocos minutos entrarían en el territorio de los Bhetas, que eran un grupo de pandilleros a los que la policía les respetaba, estaba negociado el tiempo de enfriamiento de los autos, pero ellos no sabían quién los retiraría, convirtiéndose en ventaja para el Tuerto.
Ya alcanzaban a la calle donde recogerían el primer auto, Julián bajo la velocidad para no llamar la atención, a su lado de copiloto estaba José, uno de los empleados del Tuerto, él llevaría el auto de transporte de regreso, delante de ellos ya se vislumbraba un Ferrari rojo, un hombre se apeó del auto estacionado delante de él, haciendo una pequeña seña que Julián capto.
Julián con gancho en mano bajo del auto y su copiloto rápidamente ocupo su lugar y partió calle abajo, ahora al lado de la puerta del piloto con el gancho, hacia la maniobra para abrir la puerta, mientras los dos hombres del auto color bronce maleta en mano bajaban lo necesario para lograr encenderlo, era cuestión de tres minutos más o menos, ya Julián con el capó abierto esperaba la señal, no tardó mucho pero es aquí cuando los segundos se hacen minutos y los minutos horas, su corazón palpitaba fuerte e intentaba no distraer su mente con nada, solo veía por el retrovisor cualquier posible acercamiento de extraños.
Con un suave girar del pequeño volante del Ferrari 488 Pista, Julián lo saco de la fila de autos estacionados al lado de la acera para emprender la retirada sin llamar la atención, hasta alcanzar la luz verde del semáforo siguiente para luego acelerar esquivando varios autos, solo freno un poco para incorporarse a la autopista rumbo al muelle donde estaba el punto de encuentro donde recuperarían la primera parte de la mercancía. Era un gran auto pensaba Julián, jamás creyó poder conducir un Ferrari 488 Pista de calle con un motor V8 más potente de la historia, 720 cv a 8.000 rpm, 50 caballos más que el 488GTB, por el uso de la fibra de carbono, llamado a ser sucesor del Ferrari 458 Speciale, con una potencia especifica de 185 CV por litro, magnifico animal concluyó. Ahora, apartaba sus pensamientos ya que el próximo cruce estaba el desvió indicado en el mapa, giro a la derecha se podía divisar el gran camión donde estacionaria el primer auto, pocos minutos después ya Julián conducía uno de los autos del Tuerto con Mario un copiloto diferente rumbo al segundo punto de extracción.
Habían transcurrido aproximadamente quince minutos en la primera operación, nuevamente entraban en el territorio de los Bhetas, a una velocidad media en otra de las calles comerciales, pero no se veía el amarillo del GT-R Nissan, esto era preocupante, no estaba en el sitio marcado, bajaron la velocidad un poco más y al llegar a la esquina lo divisaron en la transversal, suavemente Julián giro su volante y nuevamente del auto color bronce se apeó el mismo hombre de contextura delgada y de marcadas arrugas en el rostro que le hacia la misma señal de minutos atrás. Se repito la misma operación, el copiloto se ocupó del volante que soltó Julián partiendo rápidamente sin mediar palabras, Julián con gancho en mano abría la puerta y rápidamente liberaba el capó para que los otros dos con movimientos rápidos parecían un pulpo encendían el auto en minutos y haciéndole la señal a Julián este partía en dirección al centro de la ciudad al segundo punto.
Sí que sabía de autos, lo había leído en internet, este era el Nissan 370Z renovado, con motor de 3.7 litros que ofrece 328 CV automático, de alto rendimiento con sistema synchro rev control, con clásico volante de tres radios, con pantalla táctil de 7” y navegador y llantas de diecinueve pulgadas.
Editado: 15.05.2019