Riley, durmió muy bien, soñó con Máx pero a la vez con Steve, algo sumamente extraño, sin embargo, ella soñó con que los dos le tendían una mano y le decían- yo te salvo- ella no podía elegir, pero luego recordó que Steve era un psicópata, que sin duda podría reemplazar a un asesino serial, así que se fue con Máx, pero el despertador la despertó.
-pufff- 6:30 am... dijo ella-
Riley tenía los ánimos un poco levantados por lo de anoche, se dispuso a ir a entrenar,se cepillo los dientes, se lavó la cara, y se dispuso a tomar una malla roja, y un buzo blanco, tennis a juego y peinado fresco. Aunque era muy temprano, hacía mucho frío, ya se venía la temporada del invierno.
Bajó las escaleras, se desayuno rápido, notó extraño que sus padres no habían bajado a desayunar, siempre estaban despiertos, así que asumió que aún seguían en la cama. Se puso sus auriculares y se fue dispuesta a entrenar.
En el camino, se encontró a Máx corriendo, estaba sudado, su pelo revuelto en sudor, pero se veía muy lindo, sus músculos a la vista, y su rostro cansado, pero a la vez enérgico, sus ojos brillaban. Riley no penso que la había visto, pues estaba tan sumida en sus pensamientos, hasta que...
- Osita!!!, ¿eres tú? -gritó él a lo lejos-
-Sí mi pequeño Maxi -gritó ella a lo lejos-
Se fueron acercando, hasta encontrarse.
-No pensé que entrenaras a estas horas...
-Si, todas las mañanas antes de ir a clase lo hago, también los fines de semana.
-¿No te sorprende verme?
-No, dado a tu cuerpo tan voluminoso, puedo deducir que entrenas mucho más temprano que yo.
-Estás en lo cierto osita!!! -dijo el con tanta alegria que la levantó por los aires-
-Ella se dio a carcajadas-
-él apenado la bajó de inmediato- yo... perdón... No qui...
-Ella lo interrumpió- fue divertido!.
Pasaron la mañana juntos, fueron a entrenar y demás, ella estaba exhausta, el queria seguir hablando, hasta que lo consiguió, el le hizo una pregunta.
-¿Qué pasó con Jessica?
-Riley tragó en seco- bueno, eeeh... es una historia algo larga.
-él se acomodó- vamos, tengo tiempo.
-bueno... Jessica era una chica hueca, pero hermosa, desde siempre fue así, sin embargo yo era anticuada, no hablaba, usaba lentes y brackets-tomó su celular y le mostró una fotografía- ella me hacía la existencia algo difícil, parte de mi adolescencia es difícil, bueno, cuando estábamos en segundo grado de primaria, ella se la tomó conmigo, eran 6 en total, contando a Jessica, pero eran más frecuentes Jessica, Chloe y Emely, ellas me hacían los Dias largos e incontables, se burlaban de mí. Estropeaban mis trabajos, mis cuadernos... recibía malas calificaciones por ellas, y yo no soy de malas calificaciones, mis padres se enojaban cada vez más conmigo, les traté de decir pero no me creyeron, era siempre lo mismo... dolía para una pequeña niña de 8 años, me llevaron a un psicólogo, pero no dije nada, en la escuela nadie se daba cuenta, ellas me amenazaban para que no dijera nada, y no lo hacía por miedo a lo que me pudiera pasar, eso duró 4 años seguidos -se le agüaron los ojos-, era algo que me dolía mucho, yo no podía dormir en las noches imaginando que otra cosa me harían... lloraba sin parar, me veía cansada, Jessica se divertía, obtenía buenas calificaciones, cuando llegamos a los 12 había un chico que me gustaba, Abel, pero... Ella me utilizó, me embobo y a él lo hizo partícipe de esa broma, me hizo maquillarme para él, vestirme elegante, y cuando llegué... todos se burlaron y me echaron bebida encima. Ese mismo año me quitaron los brackets, empecé a usar lentes de contacto, y renovar mi guardaropa, algunas cosas cambiaron, pero Jessica seguía siendo la misma bully, y siempre conmigo... investigue sobre lo que me ocurría, y son secuelas de ese trauma infantil, me atormenta muchísimo -Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas como torrentes- eso le dolía, él la abrazó y la contrajo contra su pecho, ella lloraba sin consuelo.
Pasaron algunas horas y llegó a casa, se fue a dar una ducha, y se sentó en la cama, se puso a llorar, recordó todos esos malos tragos, una niña de apenas 8 años que andaba disfrutando de su infancia, pero sin éxito, quería conocer el mundo exterior, claro que si, pero no tan pronto, ella pensó que lloraba por una estupidez, porque habían personas que su vida era un infierno. Pero cada quién sabe como carga su cruz, como la sufre y que le hace daño, lloró mucho, con los años empeoró, se sentía insuficiente para todos, dudaba del amor que Sarah le tenía y que sus padres también le tenían, dudaba de su existencia, se preguntaba que habria pasado si ella no estuviera viva... llegaba a la conclusión que todo seguiría igual, que nadie la extrañaría.
Agarró una cuchilla, y empezó a hacerse cortadas en el brazo, muchas cortadas, algunas parecían una equis, otras eran horizontales y otra verticales, cada una encima de la otra... Ella se calmó un poco, se echó agua fría para parar el sangrado y pues vendo su brazo. Nadie notaba esas heridas, siempre tenía buzos puesto, y si tenía una blusa, se llenaba los brazos con cicatrices de pulseras y joyas,así nadie lo notaba.
Cuando acabó de cubrir las heridas, su teléfono vibró.
*MENSAJE NUEVO*
Mi pequeño maxi:
-Estás bien osita?, noté que te fuiste muy triste.
-Sí, estoy bien -contestó ella-
-No te creo -le dijo él-
- Vale, entonces no me creas. -dijo ella fríamente-
Entonces tiró el teléfono por un lado y se quedó leyendo un libro, titulado, "hacerse mayor y otros problemas", trataba de la dura realidad de una chica adolescente, era traicionada por sus mejores amigos y pareja, vivía en una constante pelea con sus padres, sus hermanos no querían saber de ella, su abuela, que era el único refugio que tenía le dijo: esta es la realidad de hacerse mayor y otros problemas.".