Hoy me desperté un poco más tarde de lo normal, eran las 12 del mediodía, no podía creer lo tarde que era, no dejaba de pensar ni un momento en esa carta que me habían dejado en mi puerta, ¿Quién había sido? Y ¿Cuáles eran sus motivos?, pensé en Jennifer pero no eran sus letras, no creo que haya sido ella, alguien más tenía que ver en esto, pensé en que quizás se habían equivocado de departamento, pero era imposible ya que el papel específicamente decía mi nombre.
Me levante de la cama, me di una ducha rápida, pensando en que no quería que pasara lo mismo del secuestro, creo que no lo soportaría, pensándolo bien, creo que no estaba de más tomar unas clases en la academia de policía, es decir, solo quería defenderme.
No quería contarle a nadie sobre esa carta, ni siquiera a mi mejor amigo, no quería desesperarlo ni meter la policía en esto, no quería más drama en mi vida, les inventaría algo de la razón por la cual había decidido tomar clases en la academia de policía, solo era por mi seguridad y protegerme pensé en decirles.
Decidí ir a visitar a Jennifer, quería verla y hablar con ella, esa chica era muy importante para mí y a pesar de lo que había pasado no había cambiado el cariño y aprecio que le tengo, claro que tendría que ganarse mi confianza nuevamente, porque la había perdido por completo.
Cuando llegue a su casa toque varias veces, llegue a pensar que no estaba en casa, ella abrió la puerta en pijamas a estas horas de la tarde, luego recordé que ella era la persona más perezosa que conocía.
Ella sonrió y me dijo:
Jennifer: Buenos días.
Yo estalle de la risa…
Yo: oigan a esta dique buenos días, será buenas tardes mijita, son las tres de la tarde, y déjeme entrar que voy a cocinar acá, yo tampoco me levante muy temprano que digamos.
Jennifer: y así dice que la perezosa soy yo, pasa, busca lo que quieras en el refrigerador mientras yo me ducho rápidamente, ya bajo.
Me adentre a la casa y me puse a cocinar pasta que encontré en el refrigerador, los serví y me senté en la mesa a esperarla.
Cuando llego, nos dispusimos a comer, teníamos mucha hambre, decidí contarle mi idea.
Yo: entrare a la academia de policía.
Jennifer: ¿Ha si? Entonces yo también lo hare.
Yo: ¿No vas a preguntar la razón?
Jennifer: No tengo el derecho de hacerlo, primero debo ganarme tu confianza.
Y tenía razón, debía ganársela antes que indagar sobre mis decisiones, me sentí feliz porque entraría conmigo, así no me sentiría extraña ni sola.
Yo: ah pues, mañana mismo entramos.
Jennifer: yo encantada, cuenta conmigo.
Al salir de su casa me dirigí a mi casa, cuando llegue, pude observar a mi novio parado en la puerta con una caja de chocolates y una cesta que parecía para un picnic no algo así.
Cuando llego puedo notar su cara llenarse de felicidad al verme.
Jazmín: pensé que no llegarías, ¿Te gustaría que te llevara a un lugar especial, y tener una de picnic conmigo?
Yo: Me encantaría.
Me paso al lado de copiloto para que él pueda manejar. En el camino decidí decirle mi idea de ingresar a la academia, en mis vacaciones de la universidad y que Jennifer me acompañaría.
Yo: ingresare a la academia de policía, en mis vacaciones de la universidad, Jennifer me acompañará… solté sin más.
Jazmín: ¿Estas segura?
Yo: Si.
Jazmín: de acuerdo, te apoyare en todo.
Yo: Gracias.
Jazmín: pero, ¿Por qué tomaste esa decisión tan repentina? ¿Paso algo?... preguntaba mientras no quitaba la mirada del frente ya que iba manejando.
Yo: No, solo quería entrar hace mucho tiempo y no había encontrado el momento, no te preocupes… odiaba mentir y más si se trataba de él, pero no quería preocuparlo.
Él se quedó callado como si pensara en algo, no nos dirigimos más la palabra, hasta que llegamos a nuestro destino y él me dijo, es aquí.
Sentí que se había enojado por lo que le había dicho, pero no quise mencionarle más el tema. Cuando llegamos pude observar que era un lugar hermoso con árboles, pastos hermosos y no pude quitar mi vista del pequeño lago.