¿Qué tan difícil puede resultar seguir adelante cuando un día tienes a tu lado al gran amor de tu vida, pero al siguiente ya no está?
Walter, un hombre que un día conoce a su más grande amor; lo consigue todo.
Una preciosa esposa que, además, está en la dulce espera de una nena. Se amaron desde el primer momento, así que su destino fue inevitable, las salidas amorosas, las cenas a la luz de las velas y las conversaciones interminables.
Su destino fue inevitable, tan así... que como la llego a tener, la perdió.
NARRA WALTER:
Samantha o Mi Sam como yo le llamaba me preparo para muchas cosas.
Me preparó para vivir mi vida al lado de la suya.
Me preparó de a poco para aprender a amarla… o bueno, me corrijo; la amé desde el primer segundo en que la vi.
Preparó mi corazón para que latiese al ritmo del suyo, para que mis pasos se acompasaren con los de ella.
Pero no me preparó para estar sin ella, no me preparó para perderla.
No me preparó para ella estar en el cielo y yo acá en la tierra.
Pero si me dejo a alguien, me la dejo a ella.