Episodio 2
Walter
Llegando a casa medio estaciono del auto y prácticamente me lanzo de él. Abro la puerta y de manera rápida me dirijo a la habitación... lo que mis ojos contemplan dobla mis piernas del dolor tan fuerte que me recorrio por entero.
Samantha en el suelo.
Samantha con un charco de sangre entre las piernas.
Samantha pálida.
— ¡MI AMOR! —La tomo de la cabeza. — ¡AMOR! ¿QUÉ TIENES? ¡AMOR REACCIONA! ¡POR FAVOR! —Toco sus pequeñas manos y están heladas.
Dios mío, esto tiene que ser una pesadilla.
Rápidamente la tomo en mis brazos y la cargo para subirla a la camioneta y así dirigirnos a la clínica. Ella debe estar bien, seguro se desmayó.
Toco mi rostro llenándolo de sangre..., rastros de su sangre. No entiendo porque sangra, no es normal. Aún faltan 2 semanas para que nuestra Nuez llegue.
Mi cara esta empapada, estoy llorando.
Tengo tanto miedo.
Llegamos a urgencias y me vuelvo loco gritando y exigiendo ayuda para mi mujer embarazada, las enfermeras corren a su auxilio con una camilla mientras me preguntan que qué le había pasado.
Les explico todo, también les digo que su embarazo estaba en óptimas condiciones.
Se la llevan a una especie de cubículo a puertas cerradas.
No me dejan pasar.
Dios por favor, escúchame. Cuídala, cuídalos a ambos. Por favor, que todo salga bien.
Veo a una enfermera salir mientras me informan que la tendrán que llevar a quirofano a realizar una cesárea de emergencia.
Me vuelvo loco, me vuelvo loco al punto de no poder procesar las palabras correctamente.
—Señor. ¡Señor! Por favor, reaccione. Necesitamos hacerle una cesárea de emergencia a su mujer porque está sufriendo una Preeclamsia. Puede morir si no hacemos nada ¡necesitamos su aprobación!
—SI, JODER ¡SI! ¡SALVEN A MI MUJER!, ¡SALVEN A MI HIJO HAGANLO! —Le grito sin poder contener el dolor que se acumula en mi pecho—, ella avisa a los demás para observar como corren con mi mujer encima de una camilla, inerte… sin reaccionar.
Todo saldrá bien. Todo saldrá bien.
En quirófano
—Bebé saliendo. Doctor perdemos a la madre. Doctor la perdemos. Su corazón dejo de latir —informan.
—Inicien reanimación para ella. 3…2…1 ¡DESPEJEN!
—¡DESPEJADO!
—Nada doctor, no reacciona a los estímulos —espeta el auxiliar con voz ahogada.
—Inicien nuevamente. ¡Vamos Samantha!, ¡No puedes rendirte! —Le dice el doctor a Samantha mientras la mujer permanece inmóvil en la camilla del quirófano, sin reaccionar a ninguno de los esfuerzos por impulsar a su corazón a latir.
Él sabe que no puede hacer nada por ella. Él sabe que ya es muy tarde.
—Hay que declararla Doctor. —aclara su auxiliar. «Por dios», piensa él. —Mi mujer también está embarazada.
—Hora de muerte 23:52 —espeta mientras saca sus guantes.
— ¿Él bebe está bien? —Pregunta el profesional con un profundo dolor en su corazón.
—De manera milagrosa, a pesar del tiempo que estuvo dentro de su madre sin el líquido amniótico ella está en perfecta condiciones.
«Al menos uno sobrevivió», formula apenas para sus adentros, con un nudo terrible en la garganta.
—Le iré a informar al padre.
…
Walter
Este lugar es malditamente helado y el frio no ayuda a mis nervios.