Ocupar a Nick como colchón era una de las cosas favoritas de Olivia. A su lado, ella era muy pequeña y podía dormir perfectamente sobre él. Pero la estúpida alarma siempre se interponía entre ellos.
Ya era lunes por la mañana y debía ir a trabajar. El fin de semana romántico había terminado y debían volver a la realidad. Tenía que despertar a Nick para que la llevara al trabajo.
A Olivia le gustaba tenerlo junto a ella por la noche. Pero no le gustaba tener que despertarlo por la mañana ya que el entraba más tarde que ella y no tenía necesidad de madrugar.
Una vez, trato de dejarlo dormido he irse sola pero a media mañana había recibido una llamada de un muy molesto Nick. Ella siempre ha sido muy independiente y no estaba acostumbrada a tener a alguien que se preocupara por su bienestar. La ciudad era peligrosa y el trataba de cuidarla sin quitarle su independencia.
La alarma, sobre su mesa de noche seguía sonando haciendo que levantara la cabeza con un brazo y la presionará posponiendo diez minutos. No quería levantarse aún. Se sentía muy cansada. En ese momento sintió como Nick se removía en sueños y la rodeaba con sus brazos dándole calor.
Ese fin de semana había sido muy importante para ambos. Habían avanzado en los preparativos de la boda. Muchas de las decisiones importantes las habían tomado, seguros de no arrepentirse nunca. Solo se casarían una vez y querían que fuera perfecta.
Nick quería darle una fiesta de ensueño y Olivia, únicamente quería que ambos disfrutaran ese día que algún día les relatarían a sus hijos.
Ellos habían hablado mucho del futuro, Ambos deseaban tener hijos pero sabían que no estaban listos aun. Querían tomarse tiempo para ellos y disfrutar del matrimonio antes de pensar en sumar a alguien a la familia. Querían estar listos y ser una pareja totalmente estable y compenetrada para poder asumir la responsabilidad de criar un hijo.
Nick, quería seguir el ejemplo de sus padres y Olivia simplemente no quería seguir el ejemplo de los suyos.
Giro su cabeza cuando la alarma sonó por segunda vez, estiró la mano, la apago, tomo su teléfono y lo lanzó hacia la alfombra del suelo de la habitación antes de abrazarse más a Nick.
—Mi amor, Es hora de levantarse— susurro Olivia acariciando con su mejilla el pecho de Nick.
Nick la abrazo con más fuerza y rodo dejándola sepultada bajo su cuerpo. De no ser por las manos y el cabello que salían por los extremos, nadie podría saber que Olivia estaba ahí.
—Me estás aplastando— dramatizo Olivia empujando a su prometido.
Nick se alzó sobre ella para mirarla con los ojos entre abiertos. Estaba molesto por haber sido despertado.
— ¡Shh!—Colocó un dedo sobre los labios de Olivia haciéndola callar. Bajo un poco su cuerpo y depósito su cabeza sobre el pecho de ella antes de quedarse dormido nuevamente.
Olivia rodó los ojos con una sonrisa en los labios al escuchar los característicos ronquidos de su prometido.
Porque sí.
Aunque nadie lo creyera…
¡Nick Dolce Ronca peor que un oso!
Le acaricio el cabello y lo dejo descansar unos minutos más.
Una de las cosas que más disfrutaba, era acariciar el cabello de Nick nunca entendería como era tan sedoso a pesar que tenía la mala costumbre de lavarlo con jabón de cuerpo. En muchas ocasiones lo había regañado pero sabía que jamás lograría hacer que cambiará esa costumbre.
—Mi amor—Lo llamo— Es tiempo de levantarse.
Nick bufo antes de levantarse; el odia las mañanas. Sin decir nada, se despegó de Olivia y camino en silencio hacia el cuarto de baño.
Ella lo observo con una sonrisa, ver sus piernas por la mañana siempre la colocaba de buen humor.
Se colocó en pie, y lo siguió al cuarto de baño mientras dejaba caer su pijama. Cerró la puerta y entró junto con él a la ducha, abrazándolo por la espalda.
—Eres el mejor Novio del mundo— le aseguro Olivia depositando unos besos en su espalda. Nick siempre se levantaba de mal humor y le duraba por unos minutos hasta que ella se encargaba de cambiarlo.
Nick Giro entre sus brazos y la abrazo cara a cara.
—No. Soy el mejor prometido del mundo. Y con un cabello genial.
—Está bien— concedió Olivia— Eres el mejor prometido del mundo.
—No olvides lo de mi cabello.
—Y con el mejor cabello que he visto en mi vida— Rio antes de tomar el rostro de Nick y besarlo.
Se ducharon entre besos y caricias, la mayoría eran de parte de Nick.
Dos horas después. Olivia corría a través del vestíbulo de la empresa. Por culpa de Nick, iba media hora tarde.
Sabía que Paige no se encontraba y que no tendría ningún problema, pero tenía mucho trabajo pendiente que completar después de la escapada del viernes.
Llego hasta su piso donde la esperaban dos chicas. Una de bodega y otra del departamento de textiles.