El grito de Kira fue lo que advirtió a los presentes de la llegada de los tortolos. Aparto a todos los que estaban en su camino para llegar hasta su hijo y Olivia.
—Me alegro que ya estén aquí— abrazo a Olivia como si llevara años sin verla— Ven conmigo, mi madre quiere conocerte— la tomo de las manos, y comenzó a alejarla de Nick.
—Si madre. Yo también me alegro de verte— grito Nick al ver como Kira lo ignoraba. Olivia le dio una mirada asustada a lo que él respondió con un guiño.
—“Gracias por tu ayuda”— reclamo en su mente.
—Mamá. Quiero presentarte a una persona— dijo Kira con emoción enrollando su brazo con su futura nuera. Ambas observaron como la mujer que estaba sentada frente a ellas se giraba para observarlas. Donna Santora era una mujer imponente a pesar de su edad. Sus ojos cafés se posaron en ella haciéndola asustarse por el extremo parecido con los de su novio— ellas es Olivia. La prometida de Nick.
La mujer la observo de pies a cabeza como si tratara de decidir si era merecedora o no de su querido nieto.
—Es un gusto conocerte— dijo Donna con seriedad— Ven aquí y siéntate a mi lado. Dale a esta vieja la oportunidad de conocer a la novia de mi nieto.
Olivia le dio una sonrisa un poco tensa antes de tomar asiento.
—Es un gusto conocerla. Nick me ha hablado mucho de usted.
—A mí también me ha hablado de ti—afirmo la mujer con tranquilidad— sé que eres una mujer trabajadora y eso es muy respetable. Cuéntame de ti, ¿A qué te dedicas?
—Trabajo en el área de supervisión y diseño de una empresa de publicidad.
— ¿Fue ahí donde conociste a mi nieto? ¿Qué pensaste de él, la primera vez que lo viste?
Una sonrisa surco el rostro de Olivia. Estuvo tentada a mentirle a la mujer, pero ella sabía que la sinceridad siempre era lo mejor.
—Nick es uno de los mejores amigos de mi jefe. La primera vez que lo vi…fue en los ensayos de la boda de mi jefa. Pensé que era altivo y un poco petulante. Lo juzgue si conocerlo. Pero al hablar con el…su sentido del humor me llamo la atención, su lealtad con sus amigos y la forma tan apasionada que tiene para defender a sus seres queridos fue lo que me enamoro— termino de decir con un brillo en los ojos.
—Es un buen chico. Me ha comentado que no tienes familia. Ha de ser muy difícil para ti no tener a alguien en quien apoyarte y verte sola de un momento a otro.
Olivia tomo una bocanada de aire— Al principio lo fue... pero sabía que no sería la primera persona a la que le pasaba y tampoco sería la última. Tenía que levantarme y labrarme mi propio camino.
—Es admirable tu historia. Me alegro que mi nieto se enamorara de ti y no de alguna hueca de piernas largas con las que le gustaba salir. Recuerdo que había una chica, era hermana de un amigo de él. Ya no recuerdo su nombre, fue hace muchos años. Pero el pobre estaba un poco encaprichado con ella. Por un tiempo pensé que se quedaría con ella pero no me daba muy buena imagen. La chica era modelo y perdona lo que te diré, pero las pocas veces que la vi me pareció una mujer mimada e indecisa. No sentía que tuviera la fuerza necesaria para enamorar a Nicholas.
Olivia sonría de forma tensa. Ella conocía a esa mujer mimada e indecisa. Amanda tenía sus defectos pero también era divertida, leal y muy fuerte. Pero entendía la forma de ver el mundo de Donna ya que su abuela era muy parecida.
—Eres lo que ese chico necesita— continuo Donna— Necesita realidad y tener los pies sobre la tierra. Y creo que tú se la puedes dar.
—Gracias, es muy lindo viniendo de su parte.
—Soy sincera. Si no me agradaras ya te lo habría dicho.
—Lo sé. Si me permite que se lo diga, usted me recuerda mucho a mi madre…bueno, a mi abuela. Ella siempre decía que era mejor que me rechazaran por sincera a que me aceptaran por ser hipócrita. Por qué los hipócritas tienen dos caras, y lo peor de eso es que las dos son feas.
Donna Santora no pudo detener la risa que surgió de su garganta. Todo el salón guardo silencio y se giró para observar a la abuela reír a carcajada abierta. Olivia trato de mantenerse seria pero la risa era contagiosa y termino riendo con ella.
Nick había estado saludando a su familia y se había quedado hablando con uno de sus tíos cuando las risas de su abuela y su prometida interrumpieron en el salón. Giro su rostro y observo a dos de las mujeres de su vida riendo a carcajada. Una sonrisa se extendió en sus labios. Él sabía que su pequeña se ganaría a su abuela pero jamás se imaginó esa escena. Se disculpó con su tío y se acercó a su abuela y su chica.
—Me da miedo preguntar qué es lo gracioso— declaró al estar frente a ambas. Enarco una ceja y cruzo los brazos mientras las observaba.
—Esta chica es increíble. Tenía tanto de no escuchar algo tan gracioso— se quitó una lagrima que había escapado de uno de sus ojos debido a la risa— Ven, siéntate al lado de tu mujer. Pero antes dale un beso a tu abuela.
Nick se inclinó sobre su abuela y la beso en la mejilla antes de tomar asiento junto a Olivia.