Por la mañana, Olivia se levantó con el sonido del teléfono de Nick. Aún adormilada, paso sobre el hasta alcanzar el teléfono y apagarlo.
Lo observó dormir unos minutos pensando en cómo le habrá ido en su junta. Con cariño, le despertó acariciándole el rostro.
—Buenas días amor— lo saludó al verlo abrir los ojos.
Como ya era costumbre. Nick la miro por el ceño fruncido antes de abrazarla para volver a dormir sin decir una palabra. Olivia lo acaricio unos minutos hasta que el levanto el rostro y la miro expectante.
Sabía lo que venía.
Debía sincerarse.
—En unos meses nos casaremos. –Comenzó a decir mientras continuaba acariciándolo— Soy muy feliz por eso y por tenerte en mi vida, pero en ocasiones no puedo evitar sentir temor al pensar en que podríamos terminar como mis padres. El recordar todo me llenaba de ansiedad al no entender porque sucedieron las cosas— levanto su mano y le acaricio la barba— quería hablar con mis padres. Quería preguntarles sus versiones y por qué su matrimonio no funciono al punto de dejarme de lado.
Nick, levanto su mano y tomo la de ella manteniéndola en su rostro.
— ¿Visitaste a tu madre?— hablo por primera vez preocupado por ella. El último contacto que había tenido con Caroline había resultado una pérdida de tiempo.
—Si— suspiro— No estaba feliz de verme, hablamos poco, después llego su marido y las cosas se pusieron delicadas. ¿Puedes creer que mi mamá no estuviera enterada de la muerte de Ezra? Jamás escucho alguno de mis mensajes. Simplemente me borro de su vida. Ellos simplemente se rindieron. Mi padre busco la salida fácil en su secretaria y mi madre renuncio a mí, después del divorcio— aseguro con un poco de resentimiento— ninguno es mejor que el otro. Los dos cometieron el mismo error.
—Eres muy diferente a ellos, amor. No tienes que comparar su matrimonio al nuestro…
—Lo sé. Es solo que a veces lo hago sin premeditarlo, solo ocurre. Ayer, después de hablar con ambos…yo…
Se cortó un poco.
—Me sentí tranquila como no me sentía en muchos años. Al fin siento que puedo dar por finalizado este tema. Ahora sé que les ocurrió y por qué fracasaron. Pero cada uno ha cambiado a su manera. Walter quiere mantener el contacto conmigo para conocernos. El…—se le cortó la voz— esta consiente que su tiempo es limitado y quiere disfrutarlo. En cambio mi mamá es feliz con su nueva familia, y a pesar de todo, espero que siga así.
— ¿Tu mamá te trato mal?
Hizo una mueca sin saber que contestar.
—Ella…la reunión fue complicada. La sorprendí y no reacciono bien— sintió como el cuerpo de Nick se tensaba— pero ya no importa. Ella y yo no tenemos nada pendiente, así que cada quien puede seguir con su vida. Le aclare que no deseo verla pero le deje mi contacto por si algún día me necesita— su mano ahora estaba en la mejilla de Nick— así fue mi tarde. ¿Qué tal tú? ¿Cómo fue la reunión?
El noto el cambio de tema y decidió no insistir más.
—Bien. Todo salió como debía de ser y ahora estoy un paso más cerca de la libertad completa para mi luna de miel.
—Me gusta escuchar eso— bajo su mano hasta su cuello acariciándolo con cariño— esta semana mandaremos las invitaciones.
Continuo acariciando la línea de sus hombros— Sabes, he pensado…—tanteo sus dedos sobre su piel— en dejar un espacio disponible. Quiero ver como progresan las cosas con mi padre. No estoy segura si invitarlo sería una buena idea pero no quiero descartar la idea tan rápido.
El llevo sus manos hasta la cintura de ella para abrazarla.
— ¿Estas segura de querer a tu padre con nosotros ese día?— Cuestiono preocupado por ella, a él no podía importarle menos Walter Miller pero haría todo por la tranquilidad de Olivia.
—En este momento…mi respuesta es no. Pero me daré la oportunidad de conocerlo y dependiendo de eso veré si cambiar de opinión o no.
Los brazos de él, la acercaron más. – Si es lo que tú deseas, por mí no hay problema.
La sonrisa que Olivia le brindo fue todo lo que necesitaba para alegrar su semana. Eso sin mencionar el mañanero que disfrutaron en la ducha.
El viernes de esa semana, tenían una reunión en casa de Ehan. Nick no tenía muchos deseos de presentarse debido a la presencia de algún paparazzi, ya habían pasado poco más de seis meses desde que su amigo se casó pero los tabloides parecían no querer dejarlos en paz. La historia de amor entre Ehan y Hanna había encantado a la ciudad y no lograban deshacerse de la atención.
Pero él sabía que no tendría escapatoria, las reuniones con sus amigos eran ya una tradición que no podía romper. Aunque no lo admitiera en público pero amaba ese par de idiotas.
En esta ocasión, fueron los primero en llegar a la casa de los Hilton.
— ¡Tío Nick!— gritaron los gemelos al verlo entrar. Nick bajo a su altura para abrazar a esos pequeños demonios, mientras Olivia saludaba a Ehan y Hanna.