¿me vende un pan? - Mini imagina con Min Yoongi - Suga |bts|

❀ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜɴᴏ❀

❝ᴄʜᴏᴄᴏʟᴀᴛɪᴛᴏ ʏ ɴɪᴇᴠᴇ❞

 

La mañana estaba bastante helada, de hecho, en el pronóstico del clima se había dicho que hoy se daría inicio a la época de nieve, la primera nevada, se dice que si tienes la oportunidad de verla con tu pareja o la persona que amas su amor se volverá firme y duradero, para Dulce era el mejor momento para vender su chocolate, ella era la propietaria de una no muy chica cafetería, ella amaba los dulces, así que en honor a su gusto y a su nombre aprendió todo lo relacionado con la repostería y panadería, su mamá amaba mucho el pan, así que por ella se aventuró a jugar con la harina.

 

La pequeña campana sonó dando a conocer que había llegado un nuevo cliente, una pareja caminaba feliz a uno de los lugares cercanos a la ventana, sus dedos entrelazados y la amorosa mirada que cada uno se regalaba hacían que el corazón de Dulce se Enterneciera, ella siempre había fantaseado con conocer al “Hombre de sus sueños” pero también sabía que conocer a un hombre que cumpliera con sus específicas exigencias sería muy difícil, pero ella quería soñar con conocerlo, soñar no cuesta nada.

 

—¡Señorita!— Levantó la mano el joven para llamar la atención de Dulce.

 

Ella con una sonrisa se acercó tomando su orden: “Dos chocolates, cuatro panecillos rellenos de queso y dos donas” Cabe resaltar el amor de Dulce por el chocolate, era tal su amor que soñaba con beber chocolate caliente con su pareja en una mañana de invierno mientras hablaban de su vida.

 

La campanita sonó nuevamente, esta vez, un joven solitario con auriculares puestos entró y se posicionó en el lugar más lejano de la cafetería, Dulce pensó que podría ser que el lugar era el más calientito. El chico levantó su mano mientras observaba el montón de papeles que había sobre la mesa.

 

—Esos son demasiados papeles— se dijo Dulce, ya que el montón era visible hasta el otro lado de la cafetería —¡Buenos días!— saludó con su dulce y característica sonrisa —¿Qué le  gustaría ordenar?

 

—Un americano, por favor— respondió el chico sin levantar su mirada de los papeles con figuras muy familiares para la chica.

 

—¿Un americano? Le recomiendo el chocolate— sonrió —Es perfecto para este día.

 

—No me gusta el chocolate— respondió el joven.

 

—¡¿A quién no le gusta el chocolate?! ¡Es lo más delicioso del mundo!— exclamó un poco incrédula.

 

—A mí— respondió en un tono “seco” pero realmente estaba conteniendo su risa.

 

—Está bien… ¿Desea algo más?— lo observó.

 

El joven negó en silencio mientras retomaba su trabajo, el chico era compositor y productor musical y las figuras que había visto Dulce eran las partituras, debía terminar pronto su trabajo para poder tomarse unas pequeñas y muy merecidas vacaciones, esa idea le permitía trabajar desde muy temprano hasta muy tarde. Dulce llegó con el americano que el joven había pedido con una muy diminuta sonrisa preguntándose la razón por la que el joven no disfrutaba del chocolate como todos los demás.

 

Con un simple gesto el chico agradeció volviendo sus ojos a las partituras, Dulce volvió a su lugar mientras con una enorme sonrisa recibía a los nuevos clientes. La tarde entera pasó y la hora de cerrar la cafetería había llegado, Dulce había disfrutado este día, añadiendo que tantas personas habían gozado de su comida y el chocolate esa mañana se había vendido como pan caliente, Dulce elevó su mirada para asegurarse que nadie estuviera en el lugar, segundos después observó en dirección del montículo de partituras y a aquel chico sumido en ellas, él había estado aquí todo el día y era de manera ocasional observado por Dulce.

 

Ella se despidió de uno de sus empleados, Dulce procuraba tener una buena relación con las personas que la rodeaban, ella le hacía honor a su nombre. Se acercó al joven que no se había percatado de su presencia y sentándose frente a él con una sonrisa en los labios le notificó que era hora de cerrar la tienda.

 

—Lo siento mucho— se disculpó el joven —Sé que podría sonar un poco descortés pero… ¿Podrías por favor darme un tiempito?— un puchero se formó en los labios del chico mientras juntaba las palmas de sus manos —Es que en mi casa pasa una autopista y es muy ruidosa… y en mi lugar de trabajo han estado haciendo reparaciones y el sonido es demasiado estruendoso, más que no hay por dónde pasar— suplicó.

 

—Está bien— dijo Dulce con su característica sonrisa de conejo.

 

—Buscaré la manera de recompensarte pero por favor permite que me quede aquí mientras termino esto— hizo una pausa —¿Dijiste que sí?— abrió sus ojos y su boca formó una “O” bastante cómica.

 

—Sí, aunque no tengo nada que hacer así que ¿Podría quedarme aquí contigo? ¡No haré ruido! — Ahora era ella la que suplicaba.

 

—No me molestaría, no creo que seas tan ruidosa como los trabajadores— sonrió de lado.



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En el texto hay: yoongi bts, romance y chocolatito

Editado: 20.09.2021

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