Capricho

Pov Martin

Cuanto anhelaba que este día por fin llegara, el día en que podría disfrutar un poco más de mi Media Luna, mi mate hermosa, ya han pasado muchos años en los que he tenido la dicha de verla crecer, pero hace dos años que no he podido verla por ayudar a mi hermano en la manada después de que lo presentaran como el nuevo Alfa, se tomó bastante tiempo para que tomara las riendas, sé que quería disfrutar más de Kassandra, aunque ella es de gran ayuda en muchas ocasiones, es bastante inteligente.

Hoy es el cumpleaños de Anabeth, mi hermosa Mate, aunque sé que es una chica dulce, encantadora, también sé que puede ser algo pesada y malhumorada, pero la adoro, tal cual ella es y cumpliría con todos sus deseos, pues ella es mi capricho y el amor de mi vida, ¡si soy cursi!, pero solo con ella.

-¡Hermano!—escucho que exclaman apenas bajo del auto.

-Alex, ¿Cómo estás? ¿Dónde están mis sobrinos?—ella hace una mueca de cansancio y luego se ríe cuando me quejo por sentir pequeñas sabandijas encima de mí.

-Pues ellos mismos te responden—se ríe a carcajadas cuando ve que lucho por quitármelos de encima—Marcos, Matías, Sabrina, ya dejen a su tío—los regaña, pues si, tiene tres travesuras de la misma edad, aunque al principio le decían que eran dos, la sorpresa fue al nacer la pequeña princesa que no se dejaba ver, fue como arte de magia, sus hermanos la protegían desde el vientre y aun lo hacen.

-¡Mami!—se quejan al unísono y se bajan de mi espalda como pueden.

-Mis pequeños tremendos, si obedecen a su madre les daré los regalos que les traje—ríen de felicidad y cada uno me piden la bendición, encantadores cuando lo desean.

-No los consientas demasiado, ellos no son Anabeth—dice lo último en un susurro burlón e irónico, tengo el conocimiento de porque lo dice.

-Consentiría a mi Mate en todo lo que ella desee—dije con suficiencia.

-Después te arrepentirás—me dice de forma burlona y se marcha detrás de los niños que comenzaron a correr para revisar mis maletas, niego la cabeza con un suspiro y me acerco a Frankie, mi cuñado y mejor amigo.

-¿Qué cuentas?—me saluda.

-Todo bien, ¿Qué cuentas tú?

-Más que bien, estoy feliz de que estés aquí, mi hermana a estado algo—hace una mueca y luego se queda pensativo—gruñona—dice en un susurro.

-¿Qué la inquieta?—pregunto preocupado.

-Ni idea, mi madre dice que es por los nervios, debe ser por la fiesta, quería cancelarla en último momento pero como le dijimos que tú fuiste el que pago por todo no dijo nada más —frunzo el ceño y lo tomo del hombro.

-Pero me informaste que ella deseaba esta fiesta—digo algo molesto y suspira.

-Claro que es lo que quería, no sé qué paso o que le dijeron en la Preparatoria hace unos días que llego de mal humor y dijo que no quería ninguna fiesta, que ya no era nada especial—explica sin importancia, ellos actúan así porque dicen que ella es totalmente independiente de todo y todos.

-¿Ya todo está listo?—pregunto serio, haría cualquier cosa que decidiera.

-Todo esta listo, no te preocupes mi madre y Franciana se han encargado de todo, además de los regalos que enviaste, hubieras visto su cara, era de asombro, felicidad y nostalgia, se alegrara mucho de verte—explica con una gran sonrisa y eso me alivia.

-Entonces continuemos con la fiesta, luego hablare con ella—asiente y se marcha para saludar a mis padres y hermano.

En silencio subo a la habitación de invitados, veo como todos se mueven de un lado a otro decorando todo, me ducho y arreglo para la fiesta, solo espero que mi Mate este feliz, si no me la llevare lejos de este lugar que dice ser su hogar, pero no la trata como tal.

Bajo a la sala encontrándome con mi familia lista para el evento, saludo a mis suegros y converso con ellos un momento para salir a recibir a los invitados junto a todos.

La decoración, la música y todo es tal cual como espere que fuera, no era hecho a mi gusto si no al de mi Media Luna, ella en tantas de nuestras conversaciones me dijo que soñaba que fuera de esta manera, la veo sorprendida mirar a su alrededor, la pista de baile con su esfera de colores, las mesas decoradas al otro lado para la comida, una mesa larga con todos sus aperitivos preferidos, la fuente de chocolate que no podría faltar y un columpio de flores en nuestro lugar favorito.