Media luna, Iguales y diferentes

Extra

Pov Bastián.

Desde pequeño he sido objeto de burlas y humillaciones por ser hijo de dos seres distintos, en la antigüedad aborrecían que lobos y vampiros se mezclaran, ¿Quiénes somos nosotros para juzgar con quien la Diosa Luna nos quiera emparejar?

Mi padre fue un gran hombre lobo, parte de los guerreros que establecían su dominio en el Consejo Sobrenatural, mi madre, una vampiresa humilde, esclava de la realeza, su historia de amor entre ambos no la conozco del todo, ya que fueron asesinados en una emboscada cuando apenas era un cachorro de 6 años, en ese momento estaban celebrando el estar juntos y yo no estaba con ellos.

Fui criado por amigos de mi padre quienes nunca mencionaban nada de ellos, solo les importaba el que comiera e hiciera mi vida como un niño normal, pero las cosas eran distintas en las instituciones donde estudiaba, mientras crecía entre humillaciones de todos aquellos que sabían de mi origen, mi corazón se fue endureciendo y llenándose de venganza, hasta hacerme poderoso y obtener mi puesto en el Consejo Sobrenatural, algo que solo alimento de poder al ser malvado dentro de mí.

Secuestrar a Anabeth fue algo errado y a la vez una bendición a pesar de mis planes malévolos que estaban sólo llenos de envidia, envidiaba la buena fortuna de Martin, pero gracias a ello pude encontrar a dos hermosas mujeres para mí, aunque sé que no las merezco, la Diosa Luna se ha apiadado de mi sufrimiento en el pasado y me ha dado por fin una nueva oportunidad para cambiar mi vida.

Ya no soy miembro del Consejo Sobrenatural por lo que hice, además de estar viviendo recluido en mi mansión pero no estoy solo, ya no lo estaré nunca más.

-Las cosas que he hecho son imperdonables- murmuro con arrepentimiento.

-Deja de lamentarte, todo ha cambiado para bien y estamos contigo, siempre lo estaremos.

-Te lo agradezco Serena, gracias por estar a mi lado y no abandonarme a pesar de conocer los planes que tenía en mente- suspiro viendo la espalda de su hermana que sigue indiferente desde que se mudaron conmigo a pesar de los ruegos de sus padres, siento que me culpa por tener que dejar a su familia para estar conmigo.

¡Jamás las alejaría de sus seres amados, no quiero que sean infelices a mi lado! Puedo ser malo cuando me lo propongo, pero jamás lastimaría a las personas que amo y menos si son mi complemento, mi tua cantante y mi mate.

-¿Qué ocurre?- toma mi rostro entre sus manos y me hace mirarla a los ojos, esta preocupada.

-Lamento que estén aquí con alguien tan insignificante como yo...

No termino de hablar cuando un viento sagaz pega en mi rostro haciéndome cerrar los ojos y sentir algo colocarse en mi regazo, al abrir mis ojos veo que es Joanny, quien me mira con timidez y se recuesta en mi pecho.

-Jamás digas esas cosas, significas mucho para nosotras, te amamos y sabemos que seremos felices a tu lado- lo dice de una forma que me da tanta ternura y acaricio su espalda.

-Las amo, gracias por elegirme, no las decepcionare- sonríen y se acomodan a mi lado donde  ambas quedan entre mi cuello deleitándose con mi olor y yo con el de ellas.

-“Queremos hacer cosas sucias y pervertidas”- dicen al unísono creando una corriente en mi cuerpo y un deseo intenso.

-Las deseo de igual manera, pero no sabría cómo complacerlas a ambas al mismo tiempo- escucho sus risitas y siento sus manos recorrer mis muslos al mismo tiempo creando en mí una ola intensa de placer.

-Nosotras te enseñaremos- susurra Joanny.

-Te demostraremos lo capaz que eres de darnos el placer que necesitamos- susurra Serena, jadeos salen de mi boca al sentir sus caricias en mi entrepierna.

Pov Las gemelas.

Nosotras somos lobas hechiceras, nacidas del mismo vientre, el mismo día, con solo unos segundos de diferencia, somos idénticas pero con poderes distintos, tenemos una forma especial de comunicarnos y lo que piensa una la otra lo sabe, lo que siente una la otra también lo siente.

Todos se extrañan que al vernos juntas no pueden diferenciarnos y más cuando hablamos al mismo tiempo, lo único que nos diferencia son nuestros poderes y a veces que una suele ser más directa (Serena) y la otra más tímida (Joanny).

Amamos al mismo hombre, se lo agradecemos grandemente a nuestra gran madre, la Diosa Luna, para nosotras él es especial, conocemos su pasado, sabemos cuánto sufrió y porque actuaba tan arrogante ante todos, aunque haya actuado conforme a su espíritu de venganza sabemos que es un gran hombre y sanaremos su corazón herido.

No más tristezas.

No más humillaciones.

No más traiciones.

No más dolor.

Es hora de enseñarle amar con el corazón.

Mientras estamos acá sentadas a su lado acariciando su entrepierna sobre el pantalón, escuchando sus gemidos, nuestros cuerpos se calientan con un deseo que va  incrementando, podemos sentirlo y jadeamos al unísono mientras besamos su cuello, al mismo tiempo tomamos cada mano y la colocamos sobre nuestros senos, en todo momento estamos sincronizadas, todo para complacer a nuestro hombre, sabemos que es hibrido y lo poderoso que es, pero no tenemos miedo.




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