LA CHICA DEL CABELLO MOJADO

Todos los días a la misma hora, y en el mismo colectivo, sube una joven y se sienta en los asientos individuales junto a la ventana.
La chica es hermosa, de nariz pequeña y redondeada, rostro cuadrado, labios carnosos, ojos celestes, pestañas largas, y mejillas rosadas, de cabello lacio, y tan largo que le llega hasta la cola. Solo tiene una peculiaridad, su cabello siempre está húmedo.
Aunque aparenta ser una persona amable, me da miedo acercarme a ella. Al principio creí que era una modelo, podría serlo, pero no le he preguntado aún.
Últimamente siento que solo subo al colectivo para deleitarme con su belleza...
La otra vez subió al colectivo con una minifalda y unas medias red, tuve que aguantar mis impulsos o ellos terminarían matándome.
La joven, baja en una parada diferente todos los días, pero siempre antes de llegar a la terminal de colectivos. En el lugar donde baja, se encuentra con dos o tres hombres. La chica los saluda a ambos, y luego se la llevan, a quien sabe dónde. Siempre era así, y todos los días con un hombre diferente, sin mencionar que siempre había un hombre con ella, que parecía vigilar que subiera al colectivo...

Una vez la joven me miró, mi corazón dió un vuelco, y sin saber cómo reaccionar, le sonreí. La chica se puso seria.
No sabía por qué, tal vez crea que un hombre como yo, de saco y corbata, sea un arrogante adinerado y muy soberbio. Pero no soy nada de eso.
Ahora está llorando mientras mirá la ventana, no es la primera vez que la veo con cambios de humor tan drásticos. Algunas veces está feliz, otras triste, otras enojada y otras simplemente cansada.
Pero mi trabajo no es averiguar que piensa o siente. Mi trabajo es vigilar que llegue a su próximo destino...