# 36

¿Piratas?

Una mujer se encontraba en la sala de espera de un consultorio médico cuando un niño entro con su mamá. El niño le llamó la atención porque llevaba un parche sobre un ojo que había perdido. Mientras esperaban, el chiquillo jugaba con sus juguetes como si nada pasara. Ella le preguntó que le había sucedido en el ojo:

– No tengo nada en el ojo. ¡Soy un pirata! – respondio el niño. 

La mujer si encontraba allí porque en un accidente automovilístico había perdido una pierna desde la rodilla, lo que había sido algo devastdor para ella. Se sentía como una inválida y emocionalmente no había sido capaz de superar ese trauma...

Pero la palabra "Pirata", dicha por el niño con tal vitalidad, cambió su vida. De inmediato se sintió transportada, se vio como el pirata Morgan a bordo de una de sus espectaculares calaveras, con las piernas separadas (una de ellas de palo), con la cabeza y los hambros erguidos y sonriente frente a la tormenta.

En ese momento la llamó la enfermera. Y mientras se balanceaba en sus muletas para levantarse, el niño se dió cuenta de su amputación y le preguntó:

– Oiga, señora, ¿qué le pasó en la pierna?

La mujer, contemplando por un momento su pierna más corta, le respondió con una espectacular sonrisa de optimismo:

– ¡Nada!... Es que... ¡yo también soy Pirata!...