Es momento de abandonar City Death por un tiempo, al menos así lo ve Cassandra Miller.
Su hermana volvió a la aldea y la acusó de practicar brujería. Nadie objetó lo que Adriana decía, siempre había sido la favorita de todos, incluso de aquellas jóvenes entusiastas que tantos celos tenían de la menor de las Miller.
De nada servía defenderse pues lo verían como una artimaña para escapar de su cruel y despiadado destino. ¿Quién podría ir en contra de la bella Adriana, la mujer que todo hombre quería, la que toda mujer deseaba ser?
Así era Adriana Miler, la perfección misma.
—Escuché que planeas irte
Seutonio se presentó ante la bruja blanca, observo el collar que colgaba de su cuello, hecho de la más pura y fina plata, y protegido con un sin fin de hechizos que hacían incapaz a un vampiro poder tocarla, sin sentir algún que otro dolor abominable.
—No irme, irnos— miró a un lado, Melanie se preparaba para salir de cacería vigilada constantemente por su padre y el séquito de Seutonio que desde lo ocurrido con las Oscuras no se habían apartado de la adolescente. Ahora más que nunca debían protegerla— debo llevarla a un lugar seguro
—¿Y en qué lugar estará segura?, estar aquí es lo mejor, ninguna criatura sobrenatural visita City Death, todos le temen— aunque respetaba a la bruja no podía evitar desconfiar de ella, Cassandra le ocultaba muchas cosa. Le molestaba no saber a qué se enfrentaban.
—Le temen a las Oscuras, pero si se enteran de que Melanie es la llave vendrán por ella y la asesinaran solo para que la historia no se vuelva a repetir
La castaña observó el cielo, desde que su hermana había vuelto el sol no se había asomado, nubles negras lo cubrían anunciando una posible tormenta que nunca llegaría hasta que las brujas oscuras desaparezcan del lugar. Eran nubles de guerra, igual que la última vez.
—¿Esto ya paso antes?
No debía contarle, aunque Cassandra no haya estado involucrada directamente, su familia sí. Existían pergaminos acerca de aquel día, cuando las criaturas sobrenaturales se unieron para enfrentar a un enemigo mucho más poderoso que ellos mismos.
—Paso hace mucho tiempo, City Death era el lugar preferido de los sobrenaturales se reunían bajo la luna sangrienta y por una noche convivían como si todos fueran una familia— sonrió al recordar las historias de su abuela quién había vivido aquél momento mágico en donde no había diferencias entre especies, pero cómo todo lo bueno en algún momento se tiene que acabar y eso ocurrió a causa de las Oscuras. Eran las únicas que se mantenían aisladas, lejos de todos— todo fue armonía hasta que llegaron las Oscuras ellas trajeron al ejercito del infierno, la guerra comenzó, fueron vencidos y el caos surgió
—Si ganaron, ¿por qué dices que hubo caos?
No habían ganado la guerra solo tiempo para que las futuras generaciones de sobrenaturales tengan el poder suficiente para derrotarlos o eso es lo que todos esperaban. Cassandra no descartaba la idea de que el enemigo se hiciera más fuerte con el paso del tiempo. Lo único que podría hacer la diferencia es que esta vez las criaturas sobrenaturales sean más fuertes que los invasores. Ahora solo restaba que la paz entre las especies se haga realidad, una tarea difícil para una bruja blanca débil como ella.
—No ganaron la guerra solo los devolvieron a su mundo temporalmente... Pero eso no es lo que debe importarte ahora— del bolsillo de su chaqueta sacó un dije antiguo que pertenecía a una de las manadas de hombres lobos más importantes del mundo, quiénes hace tiempo habían vivido en City Death. Ese mismo símbolo estaba grabado en la cúpula de la iglesia de la aldea, como señal de que los lobos eran fieles servidores del creador y protectores de los humanos— debes conseguir ayuda de la manada lunaroja si lo logras las demás manadas los seguirán
Entendía que la alianza con otros sobrenaturales era esencial para detener a las Oscuras, pero aún no comprendía del todo la conexión de Melanie con ellas y eso de que es la "llave".
Cassandra cada vez que hablaba lo perdía más. Para ella era mejor que Seutonio supiera lo menos posible, si más personas sabían el secreto se esparciría rápido y eso traería mas problemas que soluciones. Debían ser cautelosos, City Death ahora se estaba convirtiendo en un campo de guerra y necesitan a los más inesperados aliados para vencer a los invasores demoniacos.
—¿Por qué crees que escucharán a un vampiro?, nuestras especies nunca han congeniado
—Solían hacerlo, no puedo revelarte más de lo que ahora sabes
—Eso me deja más tranquilo
No pudo evitar soltar una pequeña carcajada. Seutonio no era como ella había imaginado, alguien serio y frío como lo había sido su antecesor Vlad III. No, él era más centrado, determinado y hasta algunas veces compasivo, aunque nadie jamás se lo dijera de frente por respeto.
—¡Señor!
Misha se acerca a su líder seguido de su compañero Luka. Ambos estaban preparados para acompañar a Melanie a cazar junto a su padre y sus otros hijos.
—¿No cree que es mejor acompañarnos? no ha comido en algunos días
—Si se preocupa por mi joven Misha debo decirle que su jefe no podría ni extraer una gota de mi sangre sin que su cuerpo se incinere