—No debería estar afuera sola
Comentó Luka sentándose al lado de Melanie. Nunca habían hablado, pero ahora que le asignaron cuidar de la menor debía al menos llevarse bien con ella, después de todo estarían con la familia Jenkins por un largo tiempo. No era algo que le desagradaba, de hecho se divertía. En Valaquia era todo muy monótono y aburrido a veces.
—¿Se siente bien señorita?
—Sí, solo que estoy cansada de entrenar y no recibir respuesta del porque o para que debo hacerlo
El asintió, tampoco sabía mucho acerca de la nueva "guerra" que se avecinaba, su jefe les había comentado lo menos posible al respecto. Por el momento todo estaba en orden, las Oscuras se habían ido y no habían sabido de ellas en un tiempo, pero cómo Cassandra lo había predecido muchas criaturas sobrenaturales se habían presentado en City Death buscando al clan de vampiros.
Eso no era lo peor, todo aquél movimiento llamó la atención de los cazadores. Ahora debían cuidarse mucho más que antes y no dejarse ver por nadie. Al menos la parte del bosque en donde residían los Jenkins estaba protegida con magia, por lo tanto era fácil desviar la atención de los humanos lejos.
—Escuché que está entrenando con Cassandra, eso le hará muy bien
—Aún no logró entender cómo es que soy una bruja
—Bueno, está en su sangre ¿no?
Asintió aún confundida de cómo llegaron a eso, era muy extraño para todos. Un día mientras Melanie entrenaba recibió un fuerte patada que la impulso contra un árbol, la magnitud del golpe hizo que un nido de hornero se rompiera, ante esto se sintió culpable, y decidió dejar de entrenar para construir un nuevo hogar a las aves. Nadie le dio importancia aquello pero con el paso del tiempo comenzaron a notar que la carapalida podía entender a los animales. Tenía una rara conexión con la naturaleza algo que sólo las brujas y druidas podían hacer. Impresionada, Cassandra comenzó a entrenarla en el arte de la brujería.
—¿Y cómo lo lleva?
—Es dificil, pero al menos ahora sé como usar la energía de la naturaleza para curar heridas pequeñas— Luka sonrió las había visto entrenar y sabía que no dominaba bien sus dones, pero era solo cuestión de práctica para que lo consiguiera y sabía que lo lograría. Lo que admiraba de ella era su perseverancia para conseguir todo lo que se proponía— solo necesito saber por qué soy la única vampira que es una bruja
—Tal vez se deba a que es la llave lo que sea que signifique eso, puede preguntarle a Cassandra, Seutonio o a... Magnus— ya lo había intentado un millar de veces, pero nadie le daba una respuesta concreta, todos le decían lo mismo "no debes preocuparte por eso, sólo entrena". ¿Cómo no preocuparse si es su vida la que corre peligro?
—No dirán nada
Observó la luna y supo que debía irse para encontrarse con su nuevo amigo, solo debía deshacerse de Luka. Nadie tenía conocimiento de sus escapadas al claro del bosque para ver al muchacho de la aldea, sentía la necesidad de decirle a alguien, pero no quería causar más problemas de los que ya tenían. Además, no deseaba que la encerraran de nuevo. Lo mejor era guardar el secreto por un tiempo ¿Qué daño podría causar tener una amistad con un humano?
—Creí que saldrías a cazar con el resto
—Tenemos suficientes reservas, es mejor no salir por un tiempo al menos
Últimamente se habían visto sobrenaturales cerca de City Death, y tras ellos cazadores. Un par de cazadores se asentaron a las fueras de la aldea humana, fueron llamados por el alcalde para darle caza a Cassandra por brujería. Pero todos saben que no están detrás de la bruja, ellos quieren cazar a los vampiros, aquellos demonios aliados a Satanás. Tal vez hayan sido creados por él, pero la maldad no los rige. Los vampiros solo matan para sobrevivir, así como los humanos matan animales por la misma causa. ¿Acaso eso es considerado un pecado?
—¿Eres religioso verdad?, te he visto rezar
—Siempre llevaba una cruz conmigo creyendo que eso me protegería contra todo lo malo, luego me convertí en esto— se señaló a sí mismo, de todos los vampiros que había conocido en su corta vida, Luka era el que más sufría por su naturaleza. Toda su vida se había dedicado alabar a un Dios que jamás se preocupó por él. Hubo un tiempo que perdió la esperanza de reivindicarse ante su dios. Había matado a cientos para sobrevivir y aunque se decía así mismo que se lo merecían por ser criminales, no dejaba de pensar que él también lo era, aunque no por elección. Lo obligaron a convertirse en lo que es, en un monstruo, un demonio del infierno, un hereje...— me asignaron a una pequeña capilla en una aldea alejada de la civilización, ningún otro cura había aceptado ir a ese lugar por las continuas muertes, pero yo confiaba en que él me protegería...
—Luka...
—¡Le rogué para que salvará mi alma, pero no hizo nada!— gritó molesto con su vista clavada en el cielo nocturno. Odio tanto al vampiro que lo mordió, pero más odio a Dios por abandonarlo, a él su fiel pastor aquél que le había dedicado todo su amor. Aún recordaba la vez que devastó toda una aldea como venganza gritando a todo pulmón: "¡Su Dios no los ayudará! ¡Dios no los ama, ni los amara!" Después de cada masacre terminaba de rodillas pidiendo perdón por sus pecados cómo un recordatorio de que al final del camino lleno de oscuridad siempre abra una luz para guiarlo al descanso eterno donde ya no sufriría. Un doloroso recordatorio de lo que nunca tendría— los cazadores seguían mis pasos, estaba acorralado pero una bruja me salvó, me dijo que alguien creía en mí, que la llave sería mi salvación del purgatorio