Melanie Jenkins: la llave del infierno

Capitulo 15: La llegada de los lunaroja

 

Decir que estaba asustada era poco, no sabía si confiar en aquella extraña mujer pero ¿qué otra opción le quedaba? Los cazadores estaban cerca y Dimitrius podría acudir a ellos sin problemas. Quería creer que era su amigo y que no se atrevería hacerle daño. Pero la verdad era que conocía tan poco al humano y eso en parte le disgustaba.

Cassandra si sabía quién era él, vivían en el mismo poblado después de todo y a juzgar por las reacciones del pelinegro cuándo mencionó a la bruja, entendía que entre ellos había más interacción de lo común.

Dentro de Melanie comenzó a surgir un sentimiento nuevo y abrasador que casi no la dejaba respirar de sólo pensar en la conexión entre Dimitrius y su mentora.
De la nada su sed de sangre aumento, Seutonio se lo había advertido, la ira era un detonante muy peligroso. Necesitaba controlarse o todo el progreso que había logrado se esfumaría. No estaba dispuesta a volver aquel frío y solitario sótano, por lo que se vio obligada a tragar sus ganar de matar a alguien, aunque la sed no disminuyo mucho.

—Lo mejor que puedes hacer es no luchar contra tu instinto— la voz sería y excéntrica de Misha la sobresalto, más cuándo éste tomó sus manos para ver las heridas que se había hecho a sí misma en su intento de controlar su sed de sangre— No has mordido a ningún humano, que te resistas es inútil

—Pero bebo sangre humana

—No es lo mismo, tienes miedo de perder el control, pero no puedes ir en contra de tu naturaleza

Era cierto, ella tenía miedo, pero no de lastimar alguien en sí sino a todo aquello que implicaría el hacerlo. Perdería parte de su humanidad, aunque en realidad ella nunca llegó a experimentar esa vida mortal, pero así al menos se sentía normal y no cómo un monstruo.

—¿Y si quiero morder a alguien y me excedo? ¿Podría matar a esa persona?

—Es normal para un neófito, ya cuando tengas más experiencia podrás controlarlo

No, no podía esperar. Cada minuto que pasaba era un motivo más para que Dimitrius llevará a cabo su amenaza. Si Misha no podía ayudarla existía una mujer que sí, solo necesitaba un viejo libro. Sin contestarle nada más al vampiro, se apresuró para invadir la habitación de Seutonio y así robar el dichoso libro. Grande fue su sorpresa al verificar que no estaba ahí.

—¿Buscas el libro de City Death?

—¿Tú sabes dónde lo guarda?— el negó sonriendo de costado lo que molestó un poco a la chica, no estaba de humor para bromas tenía que encontrar ese libro cuánto antes, no podía perder más tiempo.

—Cassandra sabía que lo buscarías y se lo llevó con ella

La bruja blanca adivinó las intenciones de su hermana y se precipitó arruinándole sus macabros planes, pero lo que no sabía era que Melanie había sido quién acudió a Adriana. Estaba siendo imprudente al aceptar tratos con el enemigo, con aquella persona que mató a sus amigos. Pero a veces el corazón traiciona a la mente y está vez no fue en vano, aún si aquél sujeto de quién se siente atraída sea su mayor pecado.

—¿Dónde fue? Es importante necesitó hablar con ella

—A la aldea

—Pero la están buscando, pueden matarla....

—Tranquila hizo un hechizo para que no la reconozcan, pero tú no puedes ir hay muchos humanos— era un riesgo ir aún más cuándo se le hacía complicado controlar su sed, podría matar a alguien y eso sería perjudicial para su familia pues atraería la atención de los cazadores que andaban rondando el lugar. Debía pensar bien las cosas, no podía tomar aquella decisión a la ligera— espera a que Cassandra vuelva

—Tal vez ya sea demasiado tarde cuando llegué

Fue lo único que atinó a decir y salió rápidamente en dirección a la aldea humana. Misha trató de alcanzarla, pero ella era mucho más rápida de lo que creía. ¿Que era eso que tan preocupa ha tenia a la niña?

 

 

 

 

(...)
 

 

 

 

Mientras corría a gran velocidad algo se le atravesó en su camino chocando con ella y arrojándola con brusquedad al piso. Al levantar la vista observó a un lobo de pelaje blanco como la nieve y ojos tan azules cómo el mar, era sin duda una criatura extraordinaria.
De pronto, el animal comenzó a cambiar de forma hasta convertirse en un hombre que aparentaba tener no más que sesenta años.

—Lo siento, pero tu especie está en mi territorio

La chica volteó la vista avergonzada, pues el hombre frente a ella estaba desnudo. Al adulto no parecía importarle ese detalle, llevaba mucho tiempo en su forma animal que ya se habia acostumbrado a vivir así.

—No había nadie cuándo llegamos

—Nos fuimos por los cazadores, hemos vuelto y queremos recuperar lo que nos pertenece

Melanie no sabía que decir, conocía la historia de rivalidad entre hombres lobos y vampiros. Según la leyenda los primeros fueron creados por Dios para librar a la tierra de los muertos vivientes, seres despiadados al servicio de Satanás. Pero solo era un mito, la realidad era completamente diferente. No existía ninguna rivalidad entre ambas especies más que problemas de tierras y límites, cómo ocurría con cualquier Nación del mundo.




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