Una luz cegadora iluminó todo el bosque. Poco a poco la vampiro comenzó a despertar de su trance. Observó como Dimitruis la miraba curioso sin entender lo que le había pasado. Le explicó que estuvo con la mirada fija en el suelo sin pestañar, y que intento despertarla pero no pudo acercarse pues un escudo invisible la rodeaba protegiendola de los peligeos exteriores. Así lo describió el al menos.
—¿Qué fue lo que descubriste Melanie?
—Soy la descendiente de la primera mujer, la reina de la oscuridad
—¿Por eso eres considerada la llave del infierno?
—No...— observo el relicario que llevaba con ella en su cuello, siempre la acompaño durante toda su vida. Creyó que era un simple collar, pero ahora comprendía que era todo lo contrario. El alma de su antecesora, de la infame Lilith, residía en él o bueno eso creia, ¿porque ella no era la portadora dle alma de Lilith o si?, eso todavia no lo tenia del todo claro— Debo hablar con el líder de los lunaroja estoy segura que él sabe algo de todo esto, tiene relación con mi familia.
—¡Alto!,Teníamos un trato, debes darme mi recompensa
—Y con este libro te ayudare solo necesito revelar toda la verdad, dame mas tiempo por favor
—Bien, te doy 48 horas para darme lo que quiero, o yo mismo clavare una estaca en tu corazón, y sabes que lo hare.
Ella asintió y sin perder más tiempo se perdió entre las sombras del bosque rumbo hacia el territorio de los hombres lobos. Si lo que le mostró el libro era verdad, su vida estaba conectada con la manada lunaroja. Ambos clanes tenían relación con Lilith, aquella que deseaba librar una guerra contra el cielo y el infierno.
(...)
—¿Melanie?
Se sorprendió al encontrar a su padre junto con el alfa. Entendía que Magnus no sabía toda la historia acerca de sus ancestros por lo que molestarse con él no era una opción, pero no pensaba lo mismo con respecto al hombre lobo y las Miller.
—¿Dónde has estado? ¡Te hemos buscado por todas partes!
—Eso a ti no te concierne, vengo hablar con el alfa
—¡No voy a permitir que me hablas así!— le arrebato el libro, ella no hizo nada por impedirlo. Nunca había visto a su padre tan enojado cómo ahora, lejos de hacerla sentir mal le dio placer. Aquella actitud tan sobrante de su hija comenzó a inquietarlo, y se culpaba por permitir eso, pero no iba a dejar que su hija fuera mal influenciada— ¡No volverás a tocar este maldito libro de nuevo!, ¿crees que es fácil para mi gritarte? ¡pensé que podía confiar en ti y mira lo que haces!
—Solo quería protegerlos, porque yo si estoy dispuesta a dar lo que sea por aquellos que me importan, no soy una cobarde que se esconde cuando aparece un nuevo problema— esas palabras lo remontaron al pasado, fue lo mismo que el le dijo a Seutonio cuando el segundo se negó a proteger a su hija. Aunque le costará admitirlo, ella había crecido y ya no lo necesitaba, cada día demostraba ser muy capaz en la toma de sus decisiones, pero esta vez creía que se había extralimitado al acercarse tanto al enemigo, y todo por aquél libro, que de indefenso no tenia nada.
—Veo que tienes en claro tu camino
—Padre... sé que intentas protegerme, pero no debes hacerlo si cometo un error sé que lo resolveré, jamás lo sabré si no me dejas intentar
—Tienes razón ya eres una adulta
—El libro que llevas en tus brazos, esta maldito— menciono Robets Blair al notar que la conversación entre padre e hija había terminado, ya no tenían nada mas que decir por lo menos las cosas entre ambos habían quedado relativamente bien.
—¿Como?, pero si este libro ha estado en nuestra casa todo este tiempo
—No es el libro en si lo que esta maldito sino lo que se oculta en sus páginas, la bruja que lo conjuro era una Oscura
—Dolores Jenkins, ¿verdad?, la primera mujer del Eden— Magnus estaba confundido era el único de los tres que no entendía nada de lo que estaba pasando, miraba a su hija y al hombre lobo esperando una respuesta, pero estos seguían conversando e ignorando su presencia, lo que en cierto modo le molestaba.
—Lo leíste ¿él quería que lo supieras, verdad?, he estado sintiendo una presencia maligna desde que las Oscuras llegaron
Magnus al ver la miraba angustiada de su hija, se acercó y la abrazó para darle consuelo, esta vez ella no lo rechazo. No iba a parar hasta llegar al fondo de todo y descubrir que era aquello que tan preocupada tenía a su pequeña.
—¿Hija que ocurre? ¿de quién hablan?
—Lucifer
(...)
Comenzó a abrir sus ojos, intentó hablar, pero su cabeza le dolía mucho. No debió decir aquellas palabras sabiendo cómo se pondría Pandora. Eso no era lo relevante ahora, debía encontrar cuanto antes a Melanie y contarle la verdad antes de que se enterara por otros medios, ahora comprendia que fue muy mala idea mantenerla al margen cuando todo giraba en torno a ella.