Melanie, se encontraba recluida en su casa mientras sus padres hablaban con el alfa de la manada. No comentó nada a cerca de lo que vio en el libro, no hacía falta pues Cassandra ya lo sabía todo, y jamás fue capaz de decírselo.
Ahora comprendía porque debía entrenar tanto, se aproximaba una peligrosa guerra en donde ella jugaría un papel importante. Era un arma en potencia pues sería quien traería el caos de nuevo a la tierra, la que iniciaría la última batalla por la humanidad. ¿Cómo sigues con tu vida tranquilamente sabiendo esto?
—¿Crystal y si deciden matarme para que no ocurra la guerra?
—No lo permitiré, Cassandra está convencida de que podrás anteponerte a Lilith y vencerla
—¡Si creyera eso no me hubiese ocultado la verdad! Ella piensa que fracasare, al igual que todos
Cassandra afirmaba que cuando la puerta se abra el alma de Lilith que está atrapada en el infierno se unirá a la parte que está dentro de Melanie, y por ende esta debía luchar contra la misma Lilith para evitar que reviva. Pero no confiaba en la fortaleza de la vampira, al fin y al cabo, seguía siendo una niña débil que no conocía los vicios e inmundicias del mundo mientras que Lilith era la maldad misma, tenía la fortaleza para doblegar a cualquiera ante ella.
—¿Por eso decidiste buscar las respuestas tu sola? ¿Sin consultarme?
—Jamás fue mi intención dejarte de lado Cris, pero me enamoré de un humano
El amor hace que las personas cometan tonterías sin razón, aunque esta vez sí había una razón de por medio. Le contó todo a su hermana, como conoció a Dimitrius, sus entretenidas charlas en el claro del bosque, como él esta tan obsesionado con ser como ellas que hasta amenazó con matar a todos los que quería. Omitió decirle que era un asesino a sangre fría, no quería que su hermana tuviera miedo de él.
—¿Quiere ser un vampiro?
—Sí, yo temo no detenerme no quiero matar a nadie, eso de alguna forma...
—Te hace humana, es un gesto noble de tu parte Mel— sonrió de lado. No iba a admitir que le dio placer ver como Dimitrius sacrificaba aquella chica inocente. Tal vez todo fue a causa del libro, una energía extraña lo rodeaba tanto que le hacía no querer desprenderse de él. Al fin y al cabo, Robert Blair tenía razón, el libro estaba maldito— y demuestra de qué lado estas, el de la bondad, el de Dios
—Gracias supongo, pero no puedo quedarme de brazos cruzados y no hacer nada, tengo 26 horas para darle lo que quiere o ira por los cazadores
—Lo morderás le darás lo que quiere y luego nos iremos lejos de aquí
—Pero no sé si pueda detenerme
—Yo te ayudare, ¿confías en mi Mel?
—Siempre hermana
(...)
—¿¡Quien esta ahí!?
Gritó de pronto al sentir el golpeteo de un corazón cerca. Atentó a cualquier cosa agudizó su oído, pero no lograba escuchar nada. Cuando decidió darse la vuelta y seguir con su cacería una flecha fue disparada justo en dirección de su cabeza. El sonido del viento alertó al vampiro de la aproximación del arma mortal y la frenó sin problema con una mano.
—Para matar a un vampiro procura que el viento no esté en tu contra, niña
—No quería matarte, solo llamar tu atención— la humana se dejó ver, era una hermosa chica de unos veinte siete años, de cabellos castaños atados en una coleta alta. Llevaba una máscara que cubría la mitad de su rostro solo dejaba apreciar sus hermosos y llamativos ojos color zafiro— Seré rápida, busco a Melanie
—Extraño nombre, mmm no, no me suena para nada
—Mentir no es tu fuerte, bestia
—Me alagas dulzura, prefiero otros adjetivos que resalten más mi personalidad— la chica río con fingida timidez al percatarse del pésimo intento de coquetería del sobrenatural. Se acercó a el despacio, quién le sonreía creyendo que su truco estaba dando resultado— ¿y bien como me llamarás?
—No soy buenas con las palabras, que te parece si pasamos a otra etapa...
Con movimientos lentos y sensuales llevó su mano al borde de su camiseta negra levantándola poco a poco, dejando ver parte de su piel. Cuando notó que tenía al sobrenatural embelesado con las curvas de su cuerpo golpeó con fuerza su entrepierna, aunque él pudo detenerla sin mucho esfuerzo, pero ese jamás fue su objetivo, pues al tiempo que el sostenía su rodilla ella clavo una navaja bañada en agua bendita en su hombro.
—La tortura
Su brazo ardía como si tuviera en llamas. No era mortal, pero sí muy doloroso, solo así la chica se aseguraba de que no mostrará su otro rostro pues el agua bendita quitaba momentáneamente el poder para convertirse en vampiro dejándolo como un humano común e indefenso. Intento librarse de aquella pesadilla, pero la cazadora fue más rápida y lo amarró contra el tronco de un árbol.
—Ahora así hablemos, bestia ¿Dónde está Melanie?