Melanie Jenkins: la llave del infierno

Capitulo 27: La masacre

 

Sin perder más tiempo fue hacia a su antiguo hogar, la aldea de City Death.

Era de madrugada, todos dormían tranquilamente, y aunque era algo cruel y sádico atacarlos en ese estado cuando estaban desprotegidos, lo hizo. No habían tenido compasión con él en el pasado ¿porque debía tenerlo el ahora?

Arraso con todos y cada uno de los humanos, masacro a cada cabra, oveja y/o caballo, que se le cruzara por el camino. Incendio la parroquia como un reclamo contra Dios pues ignoro sus plegarias cuando pedía de rodillas que lo trataran como su igual.

La cuestión es que él no era igual que el resto, era un monstruo.

Los gritos de agonía y sufrimiento de los habitantes se escuchaban a kilómetros a la redonda, tanto así que los vampiros y hombres lobos acudieron al lugar alarmados. Llevándose una gran impresión al ver lo que aquél sujeto estaba ocasionando.

—¡Piedad por favor Dios ayúdanos, líbranos de este mal!

—Lloren, lloren a su señor, al final el no vendrá a recatarlos ¡morirán como las ratas inmundas que son!

La gente se arrodillaba frente al hombre demonio rogando por sus almas, pero este no tenía compasión alguna, ni siquiera con los niños a quien les arrancó uno a uno las extremidades, y luego los arrojó a las llamas ardientes aun cuando están vivos. Su gritos eran aterradores, pero para el era la sinfonia perfecta.

Con sus colmillos desgarraba los cuellos de las víctimas, sin tocar las venas principales todo para que se ahogaran en su propia sangre y sufrieran tanto como el sufrió. Nadie quedaba exento de él.

Les eran imposible detenerlo, aunque le arrojasen agua vendita y le disparan flechas de plata esquivaba todo con una velocidad inimaginable que dejo a todos impresionados, e incluso a los sobrenaturales. Nunca habían visto a una bestia tan sedienta de venganza como esta. Su fuerza y velocidad erna superiores a un vampiro promedio, esto era lo mas alarmante de todo ¿como se llego a esto?

—Cassandra, ¿qué está pasando? ¿¡cómo es que tu amigo se convirtió en esto!?

—Melanie... ella lo mordió,

Eso no estaba bien, cuando un vampiro mordía a un humano le transmitía no solo el gen para convertirse en su igual, sino que parte de su poder. Melanie ya era de por si la más fuerte de los de su especie y ahora Dimitriuis era el doble de fuerte de lo que la vampira es.

—¿Qué haremos para detenerlo señor?

—No quedara de otra que matarlo...

Ante aquella propuesta Cassandra no perdió más tiempo y salió corriendo en dirección de Dimitrius. Él siempre la escuchaba y esperaba que esta vez no fuera diferente, tenía que detenerlo antes de que los demás lo asesinaran. Había cometido un error al permitir que se convierta en un vampiro, pero no cometería el error de dejar que la maldad lo corrompa, creia que aun tenia tiempo de salvar su alma ¿pero eso era posible despues de todo lo que estaba haciendo a las pobres personas de ese lugar?

—Dim por favor esto es incensario, ¡estas matando a niños inocentes!

—Los niños crecerás con odio y querrán matarme debo adelantarme a eso, ¿tú lo entiendes verdad?

—No te reconozco, tu no era así...

—Así me obligaron a ser

Soltó unas lágrimas porque aquello era verdad. Si hubiese estado con él, y lo hubiera ayudado a ser mejor persona nada de esto estaría pasado. Siempre se justificaba diciendo que ella no era fuerte como su hermana y que no podía hacer nada porque no tenía poder. Gracias a eso dejo de lado su obligación como guardiana y protectora de City Death.

Era la responsable de toda esa masacre, siempre le molesto que su vida estuviera estancada en ese lugar. Amaba su hogar y a los habitantes de esa aldea, pero a la vez se sentía como una especie de prisión para ella. Aun así, nunca hizo nada contra Dimitrius aun sabiendo lo que ocurriría con esas personas.

—Mátame a mí, porque como bien dices yo también soy culpable de lo que te ocurrió

Se arrodilló ante el esperando su muerte.

No se atrevería hacerle daño. Ella siempre lo protegió y velo por su bienestar, solo por ese hecho perdonaría la vida de la bruja, aun cuando le había mentido y ocultado muchas cosas.

—Vive con lo que hiciste, ¡Mira a tu alrededor tu eres tan culpable como yo de toda esta masacre!

Cassandra observó los cadáveres de los que eran sus amigos, su pueblo. Podía escuchar los llantos desgarradores de madres, esposas y niños.

Él tenía razón, no debió abandonar a su gente. Había hecho un juramento protegería a esa aldea a costa de su vida ¿Dónde estaba cuando todo ocurrió? Oculta porque temía enfrentar a su destino, enfrentarse a su hermana. Aquí la única mala del cuento había sido ella misma. Adrianna podía ser una bruja oscura, pero nunca hizo nada contra su pueblo.

—¡Maldito infeliz las pagarás!

Los hombres lobos comenzaron a atacar al vampiro mientras que los demás trataban de ayudar a las personas que estaban atrapadas en el fuego. La mayoría había muerto, algunos estaban vivos aunque muy malheridos.

—¡Misha vete de aquí ahora! — le gritó Luka, no había probado sangre humana en un tiempo por lo que estar ahí era un terrible error, pero no estaba dispuesto a irse y dejar sola a Cassandra. Se acercó a ella despacio, aún seguía arrodillada en medio de toda la masacre llorado desconsoladamente.




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