✓melek

Las casualidades no existen Sr Henam✓

Melek 

jueves 17: 35 p.m  

Gire sobre la silla de nuevo y mire los papeles que había sobre mi escritorio, era obvio que un tenía mucho por hacer, pero era obvio que tampoco podía concentrarme en lo que tenía que hacer, llevaba aproximadamente tres días sintiéndome así, no quería pensar que la razón de mi actitud sea por lo que paso el sábado con Henam, pero diablos era eso.

 

Pero que más me da lo que haya, de hecho debería pasar desapercibo ese tema y olvidarlo por completo, pero no podía cada vez que lo intentaba volvía a mí las escenas asquerosas de ellos dos, me iba a volver loca con todo este trabajo y más mi pensamiento ridículo que no me dejaba trabajar tranquila. Tomé un largo suspiro y por fin comencé a ordenar los papeles.

 

-Hola guapa, definitivamente me tienes que contar todo lo que paso.

 

Sonreí instintivamente cuando escuché la voz de Katti, que se había sentado en mi escritorio, con su perfecto traje blanco y largo cabello rubio ondulado.

 

-Hola, estoy bien gracias por preguntar- exclame irónica.

 

Desviar un poco el tema era la mejor forma de retrasar las cosas y así pensar de forma coherente de lo que le diría a Katti, sabía que cualquier cosa desataría mis sentimientos y además eso me quitaría la poca concentración que había rescatado. Tampoco podría decirle que me encontré a mi acompañante teniendo sexo descaradamente después de decirme montón de cursilerías.

 

Katti frunció los labios y con una seña de mano y le resto poca importancia a lo que acababa de decir.

 

-¿Cómo te termino yendo la fiesta el sábado?-pregunto  seña pervertida.

 

-Te lo dije por mensaje-dije recordando que le mande un mensaje el domingo

Había hecho un pequeño resumen de lo que había pasado, sin mostrar mis sentimientos.

 

-El chisme no se disfruta igual en mensajes que en persona. Además, por mensajes no podía ver tus expresiones al contar las cosas y eso muy valioso- termino de decir con una gran sonrisa, mostrando más y más su perfecta dentadura.

 

Me reí y seguí acomodando los papeles, sabía que, si le contaba todas las cosas que había presenciado esa noche, se volvería loca y odiaría Henam, inútilmente porque después de todo no había razón de por medio.

 

´´Maldito Henam Drew´´

Volví en si cuando escuché la voz de Katti y tronar los dedos enfrente de mi cara y tenía el ceño fruncido.

 

-¿Estás de vuelta?

 

-Fue bien, todo bien.

 

Trate de sonreír para que mis palabras sonaran más convincentes. Sabía que mi respuesta no daba nada, y definitivamente no resolvía todas las dudas que ella tenía, pero era la mejor respuesta que se había ocurrido.

 

Sacudió las manos como si mi respuesta no lo convenciera.

 

-¿Bien regular, bien casi mal o bien demasiado bien?- volvió a preguntar mirándome con desconfianza.

Al escucharla me quede pensando de nuevo en cuál sería la respuesta que le daría ahora.

 

-Bien demasiado bien.

 

-Lo sabía, sabia por cómo te miraba la noche del sábado- añadió ella haciendo un brinco.

 

Cuando apenas iba a abrir la boca para contestarle y defender mi imagen y no quedar como una mujer ilusionada, porque realmente no lo estaba, sino que estaba totalmente decepcionada de él, llego Henam con su traje que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y su cabello rubio peinado hacia atrás, sus ojos verdes parecían cansados, con ojeras por debajo de sus pómulos, parecía que no había dormido bien en días.

 

-Señorita Hans me podría dejar a solas con la señorita Aydin- hablo al entrar a mi oficina y sentí  el corazón acelerarse contra mi pecho. La ultima vez que lo vi fue el sabado.

 

-Con su permiso jefe, Melek cenamos juntas-dijo ella saliendo de mi oficina.

 

-Buenas tardes Melek- hablo mirandome desde la puerta.

Me obligue a mí misma a mirarlo tambien y trate de disimular lo nerviosa que estaba, mostrándome segura de mi misma dije.

 

-Buenas tarde Jefe, tome siento- dije sentándome detrás de mi escritorio.

 

´´¿Esto es real o solo un sueño?´´. Parecía una conversación de lo más común, pero a mí me parecía lo más incómodo del mundo.

-Quiero hablar contigo- hablo desabrochando los botones  de su traje y sentándose frente a mí.

 

Di un pequeño suspiro, alejando los papeles que estaba sobre mi escritorio y me dejé caer de espalda en la silla, sabia a lo que venía y sabia también la respuesta que le iba a dar respecto a todo eso que había pasado.

 

-Si, lo escucho-dije dedicándole una sonrisa sarcástica.

 

-Yo no he dormido muy bien estos últimos días- ósea ¿Qué? Dije arqueando las cejas.

 

-Que tiene que ver conmigo sus problemas de insomnio- dije seria sin apartar la mirada de él.

 

-¡TU! Eres la causa principal de ello- se levantó de su silla y me tensé, no pude evitar respirar su fragancia era el olor más exquisito del mundo, era una droga para cualquier mujer.

 

-¿Por qué? Que yo sepa no soy tan fea como para causarle insomnios por las noches- conteste lo más tranquila posible tratando de contener la risa que fluía en mi interior por la respuesta tan infantil que le había dado.

 

-Sabes bien a lo que me refiero-termino de decir con voz seria.

 

-No, no lo sé- dije retándolo.

 

-Lo del sábado, quiero discúlpame por ello.

 

-No tiene por qué hacerlo, es más ya lo había olvidado- mentí, un lo recordaba como si fuera ayer. 

 

-Yo sé que fue algo muy incómodo para ti- deje que siguiera hablando sin apartar la vista de el- y se que nada de lo que te diga hara que cambie las cosas.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.