Melissa Una Pieza del Jardín

Capítulo 1

  • ¿Crees que quiero sexo? Serás imbécil, si quieres acostarte conmigo tienes que pagar.
  • Vamos señorita, eres muy hermosa, no te hagas la difícil.
  • ¡Piérdete!

Llego Ricky, miro al calvito acosador con mala cara y esté me dejó tranquila, mi guardián se posó frente a mí, sostuvo mi brazo con una mano mientras me abofeteaba con la otra.

  • ¿Sabes lo valiosa que eres? Si te pierdo me mataran, así que deja de escapar y deja de causarme problemas ¿Qué planeabas conseguir escapando?
  • Por amor a Dios. Sabes que este festival lo hacen una vez cada diez años, podrías al menos dejarme disfrutar de el en libertad.
  • Sabes perfectamente cuál es tu condición actual, así que no te separes de mí.
  • Ok.

Así pasamos todo el día juntos, disfrutando del festival, compramos algunos recuerdos, todas las ropas tradicionales del evento, mucha comida y algunos dulces, también compre algo para las muchachas y el encargado del lugar, por supuesto que no me olvide de Simón, quien hoy estaba de portero, ni de Ricky, a quien le di una hermosa pulsera artesanal.

  • Hola chicas, las extrañe.
  • Pero si solo pasaste un día fuera, si eres tonta – Dice Ana, una de las chicas del lugar.
  • Jumm… Disfrutaste todo el día con nuestro guapo Ricky, seguro que nos extrañaste – Dice Marta con picardía.
  • Sí, claro, como si hubiera algo que él me pudiera encender – Conteste. Nos reímos un poco.
  • A ver que nos trajiste Liss – Ese era mi apodo.

Deje los regalos sobre la mesa, cada bolsa tenía una nota con el nombre de destinario, ejemplo “Para: Simón”. Llego la hora, fuimos a la oficina del Jefe, tocamos la puerta y entramos.

  • Al fin llegaste criatura, ya es hora de que vayas a trabajar – Asentí con la cabeza – Un pajarito me contó sobre tu amigo calvito – Dijo mientras golpeo a Ricky en la boca del estómago – Sabes que tienes que cuidar muy bien esta mercancía, no todas las putas tienen su propio guardaespaldas.
  • No se volverá a repetir señor – Contestó él.
  • Y tu mi pequeña espero que hagas un buen trabajo hoy – No pude contestar, solo asentí.

Nos retiramos del lugar, ambos continuamos con nuestro trabajo, Ricky fue a la entrada del local mientras yo me arreglaba para salir a bailar. Lencería negra, un mini short, chaqueta y tacones de cuero iban perfectos con la temática del día.

Se hacían las 6 de la noche y empezaban a llegar los clientes, nos reunimos las chicas y salimos en una fila; algunas a las vitrinas otras a la pasarela, esta noche yo iba al centro a bailar en el tubo; cada una vestía diferentes prendas, pero siempre congruente con la temática del día. La música dio inicio al show y nuestro trabajo empezó.

No fue mi noche más productiva, pero atendí a 6 hombres al menos.

 



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En el texto hay: trabajo, amor

Editado: 14.10.2018

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