Melodía de amor

Prólogo

Leah

El reloj marcaba las 13 horas cuando un avión de Corea del Sur aterrizó. Los pasajeros bajan y entre ellos, un cabello castaño claro sobresale. Camino por los pasillos del aeropuerto luego de recoger su maleta, mis pasos son tímidos al sentir la mirada de las personas.

A simple vista, las personas me podían reconocer como Leah Young, la hija más joven del dueño de una de las empresas de entretenimiento más importantes de país y que con el paso de los días, se convertía en una representante a nivel mundial. En la puerta del aeropuerto me esperaba el auto de la familia, camino hasta allí y el chófer me ayuda a subir mi equipaje al maletero.

Abro la puerta de metal y entro al auto, sonrío ligeramente a mi hermana mayor que me esperaba en él. Mi corazón latía con fuerza al regresar al país después de un año en el extranjero. Mi rostro tenía rasgos coreanos, pero mi corazón pertenecía completamente a México.

-Cenaremos hoy con nuestros padres, están muy felices de que hayas regresado- dice Stephanie, mi hermana. –Mamá todavía se pregunta por qué decidiste quedarte todo un año con la abuela, a todos nos tomó por sorpresa la simple decisión de irte. ¿Las cosas terminaron realmente mal con Christopher?- cuestiona y observo por la ventana.

-No podía quedarme, necesitaba pensar- digo mirándola a los ojos, no necesité decir otra palabra más, ella comprendía lo que sentía, sin decirlo.

El chófer sube al auto y lo enciende, comienza a manejar y regreso mi mirada a la ventana, viendo el paisaje de las calles mientras recorría la ciudad. El silencio nunca ha sido incómodo al lado de Stephanie, para mí nunca fue fácil mantener una conversación, ella lo entendía y conocía cuándo era necesario que ella continuara hablando.

El auto se detiene después de media hora, abro mi bolso, tomo un gorro de pescador y una mascarilla. Giro mi rostro para observar a mi hermana por última vez y me dirige una sonrisa. Me despido de ella y luego de colocarme lo que me ayudaría a ocultar mi rostro de las personas que pasaran por el lugar, pregunto.

-¿A qué hora será la cena?-

-A las 8, José pasará por ti- asiento y salgo del auto.

Mi asistente me esperaba en la entrada del edificio, camino siguiendo sus pasos hasta el ascensor, me guía por los pasillos hasta que nos detenemos frente a una puerta que tenía mi nombre “artístico” Ashley Kim, entramos y retiro tanto el gorro como la mascarilla.

-El maquillaje será sencillo, recuerdas el guion que te mande, ¿cierto?- cuestiona.

-Sí- respondo.

-La asistente del cantante nos visará cuando sea el momento para comenzar con la grabación, tienes que estar preparada. Vendré en media hora para revisar que todo vaya bien, si necesitas algo, no dudes en pedirlo- asiento.

Peinan mi cabello en un moño y lo cubren con un gorro, colocan una peluca color azul oscuro. El maquillaje era en un tono rosa con dorado, mis ojos estaban cubiertos por lentes de contacto que le daban un color más oscuro a mi iris, haciéndolos ver de un café oscuro. El vestido que cubría mi cuerpo, llegaba hasta mis pies, se ajustaba hasta mi cintura y caía suelto hasta mis pies, era blanco con pequeñas flores rosas y azules, las mangas eran largas y tenía y cuello redondo que llegaba hasta mis clavículas. Me coloco los zapatos de tacón y en ese momento tocan la puerta.

-Comenzamos en 10 minutos- observo mi reflejo en el espejo y salgo de la habitación.

Sigo a Paulina, mi asistente, hacia el lugar de grabación. El edificio tenía varios escenarios para la grabación, según me dijeron sería un vídeo musical. Algunos de los que pertenecían al equipo del director me observan fijamente, había olvidado lo que era ser un centro de atención, en Corea podía pasar por alguien normal, pero aquí, las miradas me seguían, ya sea porque me reconocían o por los rasgos asiáticos que había heredado.

El sonido de los tacones contra el piso de porcelanato llenaba los pasillos en cada paso. Tomo un poco del vestido entre mis manos, para acelerar el movimiento de mis piernas, Paulina repite las instrucciones del director para el comienzo de la grabación y las imágenes del guion regresan a mi mente. No era una actriz, pero había estudiado un poco de actuación para mi carrera como modelo y posteriormente sería para mi carrera musical.

Hace un año, esperaba convertirme en una gran compositor y cantante, sin embargo, en este momento, no tenía la certeza de eso pudiera ocurrir. En este tiempo, las cosas habían cambiado bastante, nada era seguro.

Paulina abre la puerta y observo la habitación, había un piano de caoba en el centro, junto con dos pequeños bancos. La mayoría de las escenas se grabarían allí, el artista estaría tocando su canción y yo debería estar a su lado, actuando amorosamente junto a él. Veo una silueta masculina vestida en un traje completamente negro, toma asiento en uno de los bancos de la elegante madera y comienza a tocar.

Era una melodía suave con un ritmo bastante lento, el movimiento de sus dedos era hábil y mostraba su experiencia al tocar cada una de sus teclas. Su postura era recta, se veía perfecta, pero al mismo tiempo, era tan natural. Cada toque de sus dedos contra el piano, calentaba mi corazón, que latía velozmente en mi pecho. No tenía ninguna letra, no había ningún otro sonido más que esa melodía.



#114 en Joven Adulto
#2392 en Novela romántica
#780 en Chick lit

En el texto hay: separacion, reencuentro, amor

Editado: 10.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.