Melodía de amor

Capítulo 8: Leah Young

Leah

Por más que intentaba escribir la letra de la canción, ninguna palabra que escribía quedaba con la melodía. Podía pensar que era buena, pero cuando volvía a leerla, me daba cuenta que realmente no era lo que deseaba. Había escrito varias canciones en mi vida, ninguna de ellas me costó tanto escribirla, a pesar de que eran sobre amor y nunca había estado enamorada, sin embargo, esta vez no era así.

Escribir una canción que cantaría al lado de un verdadero artista, como lo era Christopher, no era tan sencillo. Pensé en utilizar alguna canción que tenía en mi cuaderno, pero ninguna lograba convencerme. Pasaba las tardes en la sala de práctica, tocaba el piano hasta que Christopher llegaba y luego practicaba con él, después de que se marchaba me quedaba y seguía practicando, no tener que asistir a ninguna grabación, me permitía tener más tiempo para hacer esto. Era miércoles por la noche y aún no llevaba algún avance.

-Leah, deberías ir a dormir- levanto mi mirada encontrándome con Stephanie.

-Dame 10 minutos y si para entonces no he escrito nada, me iré a dormir- respondo y camina hasta sentarse en un sofá.

-Me quedaré a esperarte, no te presiones y relájate. ¡Tú puedes hacerlo!- sonrío ligeramente y vuelvo a mover mis dedos sobre las teclas del piano.

Mis dedos se mueven recordando las notas de la melodía que había compuesto Christopher. Cierro mis ojos y dejo de concentrarme en todo lo demás. La música fluye por mi cuerpo, la siento recorrer hasta detenerse en mi corazón. Y entonces las palabras comienzan a cruzar por mi mente. Tomo mi cuaderno rápidamente y comienzo a escribir.

Giro mi cuerpo y volteo a ver a Stephanie, su cuerpo estaba recostado contra la pared del sofá, sus manos sostenían sus piernas y sus ojos estaban cerrados. Termino de escribir hasta que he completado con toda la melodía, observo la hora en mi teléfono y abro mis ojos ligeramente al darme cuenta de que ya es la 1:30 a. m. Me pongo en pie y camino hacia ella, mi espalda estaba un poco adolorida y mis ojos se cerraban inconscientemente.

-Stephanie- llamo su nombre.

Abre sus ojos y suelta sus piernas lentamente. Bosteza cubriendo sus labios y se pone de pie.

-¿Has terminado?- cuestiona y asiento.

-Vamos a dormir, ya es bastante tarde- respondo.

Salimos de la sala, apago las luces y subimos al segundo piso. Caminamos cada una a nuestra habitación y antes de que cruce la puerta, le digo.

-Buenas noches- gira su rostro hacia mí y una sonrisa ilumina su cara.

-Buenas noches, Leah- entro y camino directamente hacia la cama.

Cuando mi cuerpo choca contra el colchón mis músculos se relajan inmediatamente. Mis ojos se cierran por el cansancio y no es difícil conciliar el sueño.

 

El sonido del despertador me hace abrir mis ojos abruptamente, lo apago aún sin levantarme de la cama y respiro profundamente antes de ponerme en pie lentamente. Eran las 5:30, así que había dormido menos de cuatro horas, mi cuerpo se sentía cansado. Entro al baño y después de desvestirme abro la ducha, entro y al sentir el frío del agua, mis músculos se relajan.

Salgo y camino hasta mi vestidor, me coloco unos pantalones anchos de mezclilla clara y tomo una sudadera corta color azul marino. La sudadera era delgada, así que podría mantenerla todo el día. Seco mi cabello y lo peino en dos trenzas, observo mi reflejo en el espejo y cuando veo las dos bolsas oscuras debajo de mis ojos, suspiro. Maquillo mi rostro naturalmente, tomo mis lentes y mi mochila y salgo de la habitación. Eran las 6:45.

-Buenos días, Leah- dice Stephanie.

-Buenos días- respondo.

Desayunamos en silencio, a pesar de que no había reglas específicas en la casa, sabíamos que no debíamos hablar demasiado mientras comíamos. Cuando paso el último bocado de mi desayuno levanto mi mirada hacia mi hermana mayor.

-Lamento preocuparte y hacer que te quedaras despierta- digo.

-No tienes que disculparte, Leah. Me gusta cuidar de ti, incluso si solamente es quedarme a tu lado mientras trabajas- la sonrisa en su rostro era amable y mis mejillas se levantaron correspondiéndole, lo que hizo que su sonrisa creciera aún más. –Por cierto, Charles nos ha invitado a su presentación en la galería de arte, el sábado. Le gustaría que todos asistiéramos, si estás dispuesta a ir, me aseguraré de que nadie te haga preguntas incómodas- asiento.

Salimos de la casa y caminamos hacia el auto. El camino hacia la universidad es tranquilo y aunque hay un poco de tráfico, llegamos a tiempo. Salimos y algunas personas nos voltean a ver. Sigo los pasos de Stephanie y me despido de ella al llegar a mi piso. Camino hasta el aula de baile. Estaríamos practicando una coreografía, aunque no me gustara bailar, me esforzaría de igual manera.

 

Christopher

Sonrío cuando veo a Leah entrar al aula, era bastante divertido estar cerca de ella, la mayor parte del tiempo su rostro se mantenía sin expresión, sin embargo, intentar provocar cualquier reacción, era entretenido. Leah no hablaba con nadie además de mí, en cierta parte eso me hizo sentir especial, pero también me hizo preguntarme qué tan solitaria debe haber sido su vida para sentirse cómoda sin hablar con las personas.



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En el texto hay: separacion, reencuentro, amor

Editado: 10.07.2021

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