Melodía de amor

Capítulo 10: Primera revisión

Leah

Practicamos la letra junto a la melodía, cantamos a dueto y ensayamos una y otra vez, hasta que podemos cantar casi completamente sin observar el cuaderno. Mi tobillo dolía un poco menos, sin embargo, no tomé ningún analgésico. Cuando llega el tiempo de la cena, Stephanie le pide a Christopher quedarse, caminamos hacia el comedor y siento la mirada de mis padres sobre mí.

-¿Qué pasó, Leah?- cuestiona mi madre.

-Me he caído cuando estaba en clase de baile- respondo.

-¿Te ha revisado un médico?- pregunta papá.

-La enfermera de la universidad revisó mi lesión y me recetó analgésicos en caso de que el dolor y la hinchazón sea insoportable- contesto.

-Si te sientes mal no dudes en decirnos, te llevaremos al médico- asiento y continuamos con la cena.

 

Cuando despierto el día siguiente, los nervios de mi cuerpo se encontraban tensos. Me levanto de la cama y camino directo al baño, al no recordar el esguince en mi tobillo apoyo mi cuerpo sobre mi pie. Siento el dolor recorrer mi cuerpo y jadeo por el dolor. Levanto mi tobillo y continúo mi camino.

Quito las vendas de mi tobillo, me ducho y luego de hidratar mi piel, seco mi cabello. Me visto con un conjunto deportivo, vendo mi pie y me coloco unas zapatillas deportivas. Antes de salir de la habitación, escucho que tocan mi puerta y procedo a permitir la entrada, Stephanie entra por la puerta.

-Aquí tienes- dice tendiéndome un par de muletas.

-Gracias- respondo.

Las coloco debajo de mi brazo y comienzo a caminar, se sentía un poco incómodo, pero eran de mucha ayuda para no apoyar mi pie. Desayuno con Stephanie en silencio, salimos de la casa y subimos al auto, el camino hacia la universidad es tranquilo. Las calles de la ciudad estaban bastantes solitarias el día de hoy, pasan unos minutos antes de que el chofer estacione el auto.

-Cualquier cosa que suceda, no dudes en decírmelo, ¿está bien?- asiento y me despido de ella.

Entro al aula y las pocas personas que estaban dentro de ella, levantan su mirada hacia mí. Camino hasta mi silla y me siento en ella. Dejo las muletas a mi lado y tomo mi teléfono, no había realmente nada interesante pero no quería observar a nadie en la habitación.

Escucho unos pasos acercarse a mí, levanto mi rostro y me encuentro con los ojos cafés de Christopher, coloca su mochila a mi lado y sonríe. Sin poder evitarlo, mis labios se levantan en una pequeña sonrisa de igual manera. Con el paso de los minutos el aula va llenándose de personas y cuando llega el profesor y cierra la puerta, todo queda en silencio.

-Hoy comenzaremos con las revisiones, cada pareja tendrá 10 minutos para presentar y recibir correcciones, pasarán a una sala privada donde solamente los escucharé yo. Seguiremos la misma rutina cada semana hasta el día de la presentación. Comencemos con la primera pareja- salen del aula y vuelvo a tomar mi teléfono.

La ansiedad y los nervios comenzaban a recorrer mi cuerpo, además de Christopher y mi familia, nadie había escuchado algo que escribí. El miedo a que a las personas no les gustara lo que hacía era muy grande. Observo mi teléfono, pero realmente no estaba observando algo en él, simplemente quería evitar la mirada de todos y que notaran lo nerviosa que estaba.

-¿Leah?- cuestiona Christopher y levanto mi mirada. –Todo va estar bien, lo que has escrito es probablemente lo mejor que escuchado- Siento mis orejas ardiendo y evito su mirada, coloco mi cabello cubriéndolas.

-Hemos practicado bastante y creo que realmente hemos aprendido a estar al lado del otro, tu postura no se tensa cuando nuestros cuerpos chocan por accidente y nos acostumbramos a la presencia del otro. El avance que llevamos es muy bueno, creo que nos va a corregir pocas cosas- asiento a sus palabras y un suspiro sale de mis labios.

 

Cuando es nuestro turno, me pongo en pie y me apoyo en las muletas, camino y observo como Christopher da sus pasos más cortos para caminar al mismo ritmo que yo. Ese simple gesto provoca que mi corazón lata un poco más rápido, pero al mismo tiempo, saber que soy la razón por la que tiene que hacerlo, me hace sentir mal.

Entramos al aula y caminamos hacia el piano, el profesor estaba sentado a un lado de él en una silla y su rango de visión permitía observar con detalle a ambas personas. Respiro profundamente y entonces escucho la voz de Christopher en un tono bajo y suave, decir.

-Nosotros podemos hacerlo, ¿está bien?- asiento, sus dedos se posas sobre las teclas y sigo sus movimientos.

Sin pulsar su índice sobre ellas, con un leve toque, su dedo se levanta un poco de la tecla, baja y vuelve a subir. Estaba contando el tiempo para iniciar. Cuando su dedo baja por tercera vez, comenzamos a tocar. La letra de la canción empezaba un poco después de la melodía, me da el tiempo suficiente para poder calmar mis pensamientos y luego comenzamos a cantar.

Hace un año escuché por primera vez a Christopher cantar, junto a su actitud coqueta y esa brillante sonrisa en su rostro, su voz me atrajo. Desde el primer momento en que lo vi, todo en el irradiaba una luz, algo que te decía que mantuvieras tu mirada en él, que te centraras en él. Había muchísimos artistas en el entretenimiento, conocí a una gran cantidad de modelos e incluso empresarios, pero ninguno de ellos tenía eso.



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En el texto hay: separacion, reencuentro, amor

Editado: 10.07.2021

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