Leah
Después del comunicado que publicó la empresa de Christopher, todo se calmó casi por completo. Los abogados de mi padre comentaron que iniciarían una demanda por invasión a la privacidad y publicar fotografías sin consentimiento. Nuestra relación era pública y acababa de comenzar. Hasta cierto punto eso me hacía sentir abrumada y de alguna manera sabía que habían incrementado las probabilidades de que alguien pudiera seguirnos en alguna cita y no era simplemente alguna fan, sino que podrían ser reporteros.
Habían pasado 3 días desde nuestra cita, por nuestra seguridad no asistimos a la universidad dos días, pero hoy debíamos volver. Me visto con un pantalón de mezclilla de un tono azul oscuro y una playera blanca con estampado dorado, tomo mi mochila y bajo al comedor. Stephanie me recibe con una sonrisa y tomo asiento a su lado. Comemos en silencio y cuando ambas estamos listas, salimos de la casa. Subimos al auto, mantengo mi mirada fija en el par de tenis blancos que usaba hasta que Stephanie habla.
-Si algo llega a pasar, no dudes en llamarme, ¿está bien?- asiento a sus palabras.
-Todo debería estar más tranquilo hoy- respondo.
El camino transcurre en silencio, sentía la mirada de Stephanie de vez en cuando y sé que era para asegurarse de que estaba bien. El auto estaciona frente a la puerta y cuando salimos de él, nos rodean una decena de reporteros. El chófer se coloca frente a mí y Stephanie cubre con su cuerpo el resto del mío. Escucho los flashes de las cámaras y apenas puedo distinguir las preguntas gritadas por ellos.
Caminamos a pasos veloces y sólo nos permiten entrar al edificio cuando Christopher llega. Lo observo cuando volteo hacia atrás y noto que no llevaba ningún guardaespaldas. Sólo eran sus hermanos cuidándolo y no podían avanzar. Las miradas se posan sobre nosotros comienzan los susurros y quiero regresar a casa.
-Señoritas Young. Síganme, por favor- la secretaria del rector de la universidad se acerca a nosotras y nos guía por los pasillos.
Nos cede la entrada a una habitación que supongo debe de ser una sala de reuniones, se encontraba vacía. Tomamos asiento y observo a nuestro chófer realizar una llamada, debe estar llamando a papá y la culpa crece dentro de mí. He causado un gran problema.
-¿Les gustaría tomar algo?- cuestiona.
-Un té estaría bien, por favor- responde Stephanie con una sonrisa amable.
Mi pierna continuaba moviéndose nerviosa sin poder evitarlo, no puedo dejar de pensar en Christopher. Podía entender perfectamente en no usar guardaespaldas, mi padre era dueño de una empresa de entretenimiento, pero mi vida no era pública, sin embargo, Christopher era una celebridad y una popular. ¿Por qué su empresa no le estaba brindando esa seguridad?
Escucho la puerta abrirse a Christopher entrar con sus hermanos. Me pongo de pie y me acerco a él. Inmediatamente comienza a revisarme con la mirada, sus manos toman las mías y hago lo mismo. Sus brazos rodean mi cintura y me acercan a él. Respiro su perfume y junto al calor que me transmitía su cuerpo, logro calmar las emociones que me recorrían.
Una tos interrumpe nuestro abrazo y nos separamos lentamente. No obstante, Christopher posa una de sus manos en mi cintura y caminamos frente a sus dos hermanos asiento a Charles y él me sonríe. De cierta manera, la personalidad de Charles me recordaba a Stephanie.
-Él es Charles, mi hermano mayor y él Christen mi hermano menor. Ella es Leah, mi novia- siento el calor y la sangre posarse directamente sobre mis orejas y sonrío tímidamente.
Mi corazón todavía podía acelerarse con sus palabras.
-Es un gusto verte de nuevo, Charles- la sonrisa en su rostro se vuelve más grande y definitivamente era el tipo de sonrisas que Stephanie me daba. –Es un placer conocerte, Chisten- digo.
-El placer es nuestro- tomamos asiento y Stephanie y Charles comienzan a platicar.
Christopher mantiene nuestras manos entrelazadas, no necesitamos palabras, simplemente con la presencia del otro, podíamos sentirnos seguros. Esperamos por unos 10 minutos y cuando la puerta vuelve a abrirse, mi padre entra por ella. Nuestra familia tenía dinero, más allá de la empresa que creó mi padre, habíamos heredado una fortuna de nuestros antepasados, si bien, no podíamos encontrarnos entre las familias más poderosas del país, podríamos vivir plenamente sin trabajar durante un tiempo. Mi padre podía emanar poder y no tenía nada que ver con el dinero.
Y en este momento, se veía furioso, al ver a mi tío entrar detrás de él, luciendo igualmente enojado. Sólo puedo desear que este problema no hubiera crecido de esta manera.
-Cuando Leah y Stephanie entraron a esta universidad hubo varias cosas que me prometieron, la primera de ellas fue que estarían seguras dentro del territorio de ella- muerdo mi labio inferior.
-Señor Young, debe entender que ciertas cosas están fuera de nuestros límites- responde la secretaria/asistente.
-Señorita Villalobos, el estacionamiento sigue siendo propiedad privada. Si un par de reporteros pudo entrar, ¿cómo va asegurarme que nada más que pueda poner en riesgo la salud y vida de mis hijas no podría ingresar de igual manera?- el tono de la voz de mi padre era duro y se podía notar sus emociones perfectamente.