Melodía de amor

Capítulo 24: La calma antes de la tormenta

Leah

Dos meses pasaron y ya había comenzado el nuevo semestre, las clases iban de maravilla, el estreno del primer videoclip que grabamos había sido un éxito y aunque en general nadie sabía que era yo, me alegraba mucho ver cómo el público aceptaba algo en lo que participé. Era bastante cierto que nuestras carreras llegan a depender de la opinión de las personas, creceríamos más si se tenía un buen recibimiento, pero de igual manera, si algo no les gustaba, podríamos caer a lo más bajo.

En muchas ocasiones, me asusté por ello, sin embargo poco a poco comprendía que para permanecer más tiempo en el mundo del entretenimiento, debías hacer dos cosas, una era evolucionar conforme lo hacían las personas y nunca quedarse estancado en un solo punto, también ayudaba bastante si se tenían varias habilidades y la otra era mantenerse alejado de los problemas.

En lo personal, al ser una artista relativamente nueva me iba bien como modelo, pero de igual manera, quería ser cantante. Y nunca me metía en escándalos. La opinión de la sociedad era como una espada de doble filo, un día te podías encontrar en lo más alto y al día siguiente todos se olvidaban de tu existencia.

Me observo en el espejo, Paulina estaba terminando de arreglarme, mi cabello ya estaba cubierto con una peluca y mis ojos estaban ocultos bajo unos lentes de contacto. Hoy sería la grabación del tercer vídeo y con esto terminaría nuestro proyecto, juntos, como Ashley y Christopher. Hasta cierto punto eso me hacía sentir un poco triste, no sabía si algún día trabajaríamos nuevamente y si bien era cierto que no deberías trabajar constantemente al lado de tu pareja, deseaba hacerlo.

Me visto con unos pantalones de mezclilla ajustados de mi cintura, pero holgados en el reto de mis piernas. Era de un color azul bastante claro casi llegando a ser blancos, una sudadera amarilla que dejaba al descubierto una parte de mi abdomen. Unas zapatillas deportivas color blancas con pequeños adornos en tonos pasteles (amarillos, rosas y azules). El maquillaje era sencillo sin ninguna sombra en mis ojos, pero con un delineado que los hacía lucir distintos a como se veían diariamente.

Cuando estoy lista, salimos de la habitación y caminamos hasta el set de grabación. Mis piernas temblaban ligeramente al recordar el guion y sentía un nudo en mi pecho. Cuando miro a Christopher a los ojos, siento que todo vuelve a su lugar y me recuerdo que incluso si nuestros personajes creados para la serie de vídeos tienen una discusión, cuando las cámaras se apagan, sólo somos él y yo.

Nos preparamos para la primera escena, sería bastante alegre y las escenas estarían muy iluminadas, así que teníamos nuestros pequeños ventiladores portátiles para el calor que se pudiera acumular en la habitación, de igual manera nuestro maquillaje era bastante resistente al sudor.

Estaríamos acostados sobre una alfombra, Christopher acariciaría mi cabello mientras mi cabeza está sobre su regazo y me encuentro leyendo un libro, podía ser una escena un poco cliché, pero a mi parecer era muy tierno.

-Comenzaremos en 3 minutos- escucho el grito del director y me acerco al primer escenario.

Christopher se sienta sobre la alfombra y recarga su espalda en la cama, me siento perpendicularmente y voy bajando mi cuerpo hasta que mi cabeza está sobre sus muslos. Sus ojos me observan fijamente y una sonrisa aparece en su rostro. Acaricia mis mejillas con las yemas de sus dedos. Paulina se acerca y me tiende un libro. Respiro profundamente y lo tomo.

Comienzan a grabar y actuamos de manera tierna, nos reímos, nos miramos a los ojos. Acaricia mi mejilla, posa mi cabello detrás de mis orejas. Disfrutamos de la presencia del otro. Cuando el director grita ¡Corte!, volvemos a fingir que no somos tan cercanos.

-Tendré que volver con mi asistente, hidrátate bien, nos vemos en un momento- asiento a sus palabras y le dirijo una sonrisa.

Paulina me da una botella de agua y me aseguro de beber suficiente, sentía como mi cuerpo comenzaba a calentarse, especialmente por la sudadera que usaba. A pesar de que la primavera estaba muy cerca, en el exterior aún se sentían algunas ráfagas de aire frío, pero al estar en un estudio cerrado con muchas luces y reflectores, la temperatura se incrementaría.

Después de unos minutos de descanso continuamos con la grabación, las escenas de peleas provocan que mi corazón duela. Lágrimas caen de mis ojos y cuando se termina las escenas necesito un momento para recuperarme.

 

Salimos del set y ambos nos dirigimos a nuestras casas, sin embargo, quedamos de vernos por la noche en la mía, cenaríamos juntos y pasaríamos un rato. Al llegar a casa lo primero que hago es ducharme, relajo mi cuerpo bajo el agua de la regadera y cuando salgo me visto con ropa cómoda. Bajo las escaleras y pido comida del restaurante coreano más cercano.

Comemos en silencio, eso me gustaba mucho, porque no había necesidad de estar hablando para estar feliz junto al otro.

-¿Te encuentras bien?- pregunta cuando hemos terminado la cena.

-Fue un poco raro grabar escenas tristes, nunca había llorado frente a una cámara y me costó un poco salir de ese sentimiento. Pero ahora estoy bien- me sonríe con una de esas sonrisas que iluminaban todo el lugar.

-Es un poco difícil tener que traer a tu mente recuerdos tristes para poder mostrar esas emociones y después salir de esa “burbuja”. Comienzas a acostumbrarte con el tiempo, pero en ocasiones se puede tardar un poco- su cuerpo me rodea y acaricia mis brazos con suavidad.



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En el texto hay: separacion, reencuentro, amor

Editado: 10.07.2021

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