Lunes. He ido a la playa y por la tarde he vuelto a escuchar al misterioso pianista por la ventana. Ha tocado una amplia selección de música clásica, para luego terminar con la misma melodía de siempre. He empezado a preguntarme cuál es su historia.
¿Será que ha olvidado el resto de la canción e intenta recordarla?
Quizá es una composición propia, pero ha perdido el resto de la partitura.
O tal vez, es una composición propia, pero no está completa.
Sea como sea, es una maravilla poder apreciar tan dulce melodía desde la comodidad de la sala de estar.
♫♫♫
Martes. He ido a caminar por las recónditas calles de la Valeta. Hay diversos comercios pequeños de artesanías hermosas. He comprado algunas cosas y he probado un poco de la comida de la región. Por la tarde, justo a las 4, al igual que el día anterior, el pianista toca nuevamente.
La canción que ha tocado primero ha sido una que jamás había escuchado. La melodía es suave, casi tangible como el terciopelo. No es precisamente triste, pero sí un tanto melancólica.
Después de dicha pieza, reconozco las notas que persiguen a mi atormentado pianista todos los días.
¿Cuánto tiempo llevará tocando la misma canción, durante todos los días, a la misma hora?
♫♫♫
Miércoles. He vuelto a la biblioteca a leer un poco acerca de la Orden. Para mi mala fortuna, me he topado con Aiden.
—¡Ah, Elise! ¿Has decidido retomar la imagen de turista súper nerd después de que he dicho que bailas bien?
—Hola, Aiden. ¿Nunca tienes nada agradable que decir?
—¿Decir que bailas bien es un insulto?
—No, supongo que no.
—Mi opinión es que estás predispuesta apenas me ves.
—No estoy predispuesta. Pero admítelo, disfrutas el hacerme rabiar.
—Y tú disfrutas que yo lo haga, ¿no?
—Yo… cierra la boca.
Me ha dejado sin habla. No es que lo disfrute, pero es divertido. O eso creo. Miro su sonrisa llena de sorna y ruedo los ojos intentando no sonreír también.
—¿Qué haces aquí todos los días? —añado mientras me siento en la mesa a su lado.
—Trabajo en algo.
—Ya, y la misteriosa soy yo.
—Touché. ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en la playa o algo así?
—He ido hace un par de días. Hoy me dio por leer un poco más sobre historia.
—Así que tenía razón. Sí eres una nerd.
—Cierra la boca. -—le digo con una pequeña risita.
«Okay, puede que sí me divierta cuando es un fastidio.»
Para mi fortuna, está bastante callado. Lo miro y ni siquiera lo nota. Está absorto en sus pensamientos. Mira la libreta frente a él. Escribe algo, y a los pocos segundos lo borra. Repite la acción repetidas veces.
Me giro a mi lectura y me sumerjo en la historia antigua.
Después de un rato, cierro el libro. Miro el reloj.
«Las 3.»
—¿Ya te vas? —pregunta el inglés.
—Tengo algunas cosas que hacer.
—Bien, pues, te veo el viernes en clase. A menos que decidas hacerme compañía mañana también.
—Ya veré. Nos vemos, Aiden.
—Adiós, Elise.
Salgo de la biblioteca y llego rápidamente a casa. Saco el almuerzo que he preparado por la mañana y me dispongo a comer.
Al terminar de asear la cocina, me lanzo sobre el sofá, el cual he movido más cerca de la ventana, y con libreta en mano, miro el reloj.
«Las 4.»
Las notas empiezan a sonar y como todos los días, empieza con algo diferente.
«Les Avions en Papier»
La música es alegre y la toca con mucha confianza. De verdad me resulta impresionante la forma en la que sus dedos interpretan cada pieza.
Al terminar, inicia la canción.
Esta vez, ha intentado con algunas notas después de la secuencia que ya he prácticamente memorizado. Sin embargo, las notas nuevas suenan forzadas, cuadradas. Ha sonado terrible.
Repite la secuencia de siempre, una y otra vez. Cierro los ojos e intento descifrar las notas que toca.
No sé por qué, pero siento la necesidad de terminar la canción. La primera parte es espléndida, pero necesita ser completada. No sé cuál sea la historia detrás de este pianista o de la canción, y no sé si algún día lo sepa, pero la pieza per se me invita a terminarla.
Cada vez que logro identificar una nota, la escribo en la libreta. Cuando mi trágico intérprete ha concluido su sesión de hoy, miro la partitura que he escrito. Está completa.