Capitulo 1

Fue el 23 de mayo del 2015, un día como hoy cuando comenzó esta historia, un día como hoy hace seis años me enamoré y perdí lo único que alguien como yo podría tener por alguien que no valía la pena. Perdí parte de mi corazón.

En la iglesia central de mi pueblo había un concierto, no podía faltar porque ya me había comprometido con mi tía y mi mejor amiga amiga, íbamos a ir y gozar de lo que la noche pueda traer. Cualquiera pensaría ¿Qué podríamos disfruta nosotras en una iglesia? Sin embargo, yo diría que los mejores momentos de mi vida los había vivido ahí, en la iglesia, bajo la presencia del Señor.

Rose, quien es mi mejor amiga y yo nos fuimos temprano, no quería llegar tarde y tener que quedarme parada o sentarme muy atrás donde no podría ver nada, el ser de pequeña estatura como yo no ayudaba mucho. Al llegar todo estaba muy calmado, algunas personas estaban de rodillas orando, como hacían todos al entrar. Yo no lo hice, me senté en el segundo banco  de la derecha junto a mi amiga perdida en mis pensamientos.

En unos dos meses empezaba la secundaria, en un nuevo colegio, con nuevos compañeros y sin mi mejor amiga. Ya estaba nerviosa y ni siquiera la fecha para empezar las clases estaba cerca, deseaba con todo mi corazón que los días pasaran muy rápido. 

Una hora después todo había empezado, el concierto estaba en su maxima expresión, pero yo y mi amiga no podíamos dejar de hablar, eramos unos pequeños pericos humanos. Luego de unos minutos debimos callar cuando mi tía que estaba sentada en el asiento detrás del de nosotras me tocó el brazo y me voltee a verla con cara de niña buena que no rompe ni un plato.

- ¿Qué te parece el pianista?- fue todo lo que dijo, mi cuerpo dio un giro de ciento ochenta grados y la miré fijamente intentando descifrar el porque de su pregunta, ni siquiera me había fijado en el pianista, no lo había notado.

- No lo había visto.-  le respondí, y miré disimuladamente hasta donde estaba él, después de fijarme bien podía decir con exactitud que ese chico sí podría gustarme.

Me quedé mirándolo fijamente por unos segundos hasta que ella me puso la mano en el hombro y dijo;
- Podría ser tu primer novio, es un buen chico.- me guiño un ojo y acomodó nuevamente en su lugar. 

Hoy por hoy me sigo preguntando si él realmente fue un buen chico en algún momento de su vida.

Tal vez si lo hubiese sido, pero él era la clase de chico que no se fijaría en alguien como yo. Solo había que mirlo y darse cuenta de que su tipo era otro.

Toda la noche prácticamente estuve violándolo con la mirada en plena iglesia, un instante donde estaba babeando por él  levantó la vista de su piano, miró en mi dirección, nuestros ojos se encontraron y sentí como mi cuerpo callo de golpe en el banco intentando ocultarme de él, muy en el fondo no quería que me viera. Levante lentamente mi mirada a él y sus ojos cafés intentaban hablar con los míos.

Cuando pude recomponerme de mi arrebato de flechazo, miré a mi amiga que sonreía divertida.

- ¿Qué te pasa ?- le pregunté.
- Pues que seguro el pianista te ha flechado, no cabe duda que esta buenísimo, pero con lo santurrona que eres apuesto que es él primero que logra ruborizarte así con solo verlo.

Intente no hacerle caso y seguí tarareando las canciones que cantaban una tras otra el resto de la noche la noche, ese se había convertido en el mejor concierto de todo el año.

Al acabarse todos intentaban salir muy rápido, algo tonto porque ni siquiera es el apocalipsis como para que hagan ese alborto para salir. ¡Por Dios!

Mi amiga, Rose, y yo decidimos salir por la puerta de atrás para que no nos arroyen como cucarachas,  cosa que nos funcionó de maravilla. 
Salimos por la puerta que nos dirigía por un pasillo muy estrecho, ella caminaba delante y yo detrás, al final habían unos pequeños escalones que en cuanto pise el segundo resbalé y casi me caí de espaldas si no es por que alguien me agarró por la cintura y me coloca de nuevo en el escalón muy despacio.
Aún con sus manos en mi cintura y mi corazón latiendo a millón por que casi mi trasero sufre un hematoma que dolerá toda la noche escuché decir; 
- Ten más cuidado, están mojados.
Me voltee para ver quien era y mi corazón que antes iba a millon se había detenido,  yo empecé a gagear como tonta intentando decir algo pero solo subí los escalones corriendo y salí de ahí.

Mi amiga y yo caminamos hasta nuestra casa y cuando estábamos a unas calles empezó a relajar mi caída.
- Fue de novela, él te sostuvo y tu cara era un poema.
- Debiste ayudarme no largarte idiota.- grité.
- Pero así no ibas a poder ver a tu chico de cerca.
- Es el chico de Laurel, así que ni lo sueñes. - dijo Job pasando a nuestro lado. Él era otro de los músicos de la iglesia, siempre estaba con nosotras y al parecer ya ha escuchado lo que dijimos y se ha enojado porque por el tono en que lo dijo eso demostró.

- Si ya, por mi que se lo quede.- dije muriéndome por dentro, no sé en que momento se encendió una mecha de esperanza en mi interior, pero al escuchar a mi amigo decir eso se había apagado. De todas las chicas del mundo él tenía que estar con Laurel, el dolor de culo más grande del mundo.

A lo lejos venían cinco chicos caminando hasta nosotras, Rose y yo reíamos y yo quise entrar en pánico sólo para que ella sintiera miedo por lo bruja que fue hoy conmigo.

La muy tonta empezó a decir que esos chicos eran unos idiotas y un montón de tonterías que me hacían estallar como confeti, pero de risa. Mi amiga era tan, pero tan graciosa que podía decir con exactitud que era la única que me hacia reír en momentos dificiles.

Cuando ellos estaban unos 10, tal vez 3 metros cerca, pudimos distinguirlos bien. Eran el grupo de músicos, entre ellos Job y mi pianista.... Espera, ¿dije MÍ pianista? estoy volviéndome loca sin duda.

Me quedé muy callada en lo que ellos pasaban a nuestro lado, y no sé porque demonios tuve que reír como becerra cuando mi amiga me susurró al oído;- Oye, son los cara de culos, y tu pianista esta ahí.- en serio, ¿Por qué tuvo que decir eso? Maldita loca.