𝟮. 𝗘𝗻 𝘂𝗻 𝗲𝗷𝗲
𝗝𝘂𝗻𝗲
Algo sonaba en el fondo de mi habitación, era un ruido demasiado espantoso, no tenía ni idea de que era, pero tampoco tenía ganas de averiguarlo.
Lo único que sabía, es que era un ruido molesto e irritante para mí.
Mi cama se sentía muy deliciosa, era lo mejor que había probado en esos instantes, y estaba muy segura que no quería apartarme.
Aunque fuera consciente que tenía que levantarme, pero muy en el fono tuviera que levantarme.
La noche anterior había terminado más que rendida, había terminado mi jordana en la madrugada debido a que por ser día de pago los bares y restaurantes se llenan hasta saciarse. En una parte es muy bueno, ya que las propinas eran muy agradables, pero no quitaba que el trabajo fuera muy algo pesado, no tenía muchas ganas de levantarme, sentía que traía bloques encima de mis ojos que hacía que no los abriera.
Una voz se escuchaba, a lo largo en mi sueño, me llamaban creó, la voz también era una voz tan irritante, y aunque sentía que me llamaba las……
—June, vamos despierta, ya es tarde….
No tenía ni idea porque estaban tan deseosas de despertarme, ¿No sabían que eran solo cinco minutos más? solo sabia, que sabían que tenía seguro que….
—¡June! Llegaras tarde a la universidad, levante ese trasero ahora mismo.
La voz de MJ en las mañanas era una tortura muy horrible sin duda alguna, su voz ocasiono que me despertara de un salto. Casi hace que me dé bruces en el suelo. Instantáneamente sentí un leve mareo que provocó que sintiera ganar de arrojar. Eso sucedida siempre que MJ despertara, ya sabía que venía la charla matutina.
—uh, uh, uh. Tranquila. —Me dijo mi hermana mientras me ayudaba a levantarme.
—ya…
—no te levantes de un solo que eso provoca mareos ortostático, puede que llegue a causarte la muerte, pero estoy muy segura que los efectos sec……..
—vale muchas gracias MJ, pero es demasiado temprano para tus charlas. ¿No crees hermosa?
Conteste arisca, mientras trataba de localizar mi celular aun con las telarañas en los ojos por el sueño.
No sabia en donde lo había dejado la noche anterior o de por sí, si lo había dejado cargando.
—que no son charlas matutinas —volteo los ojos en un gesto impaciente — solo trato de aconsejarte de una buena manera. Lo hago porque te quiero.
—y sin duda yo a ti, ahora si me dejas levantarme ya que no quiero que mi ma…
—¡June Edwards! Levántate ya mismo.
Justamente no quería que mama pensara que aún no me había levantado de la cama.
Aunque no haya puesto ni un pie en el suelo todavía. Pero las formas que tiene mi mama de levantarlo a uno, son bien feas si me dejan sincerarme.
Cuando me levanto voy a la cómoda y le doy algunos pesos a MJ quien sonríe automáticamente, como ofrenda de paz ya que según ella le debo muchos favores siempre que se trata de despertarme, aunque darle dinero mientras yo tenga no es ningún problema para mi y estoy segura que si mama hubiera entrado, me hubiera echado una jarra de agua completa para despertarme.
Muy normal, ese acto en ella.
Resignada al ver que no podre seguir durmiendo un par de minutos más, decido ir a mi cómoda a recoger mi cabello, para no mojarlo mientras me baño. Por lo general, los productos del cabello, siempre suelen ser muy costosos, y aunque fui bendecida con un hermoso cabello, no está de más ahorrar un poco. Mi pelo nunca necesito de mucho para estar bien, sin dañarse.
Deje que el agua haga que despeje un poco los malestares mentales, dejo que el agua fría haga efecto en mí, y deshaga todo aquello que me atormenta mentalmente. No pondría en duda que la ducha es uno de los mejores lugares donde la gente debería pensar, y buscar soluciones para sus problemas.
Luego de estar unos cuantos minutos bajo el chorro de agua, salgo de la ducha a buscar algo para poder ir a la universidad. Mientras observó dentro de los cajones donde guardo mi ropa, no dejo de pensar que necesito un cambio de ropa urgente. Y lastimosamente de solo pensarlo, hace que me dé un bajón de energía en plena seis con treinta minutos de la mañana.
Solo sería cambiar un par de jeans, comprarme unas tres camisas nuevas y un nuevo par de zapatos.
Aun en toalla, observo con atención, el bote que reposa sobre mi cómoda, miro atentamente el ticket que decidí pegar de un rosa impactante con la palabra -𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘮𝘦𝘳𝘨𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢𝘴- y verlo casi completamente vacío, hace que se me revuelva el estómago y las malas vibras empiezan a llegar.
¿Cuánto habrá ahí? Unos tren cientos dólares como mucho de las propinas que suelen darme.
Pero, no, soy alguien positiva, y mi día no puede comenzar de mala manera, este tipo de emociones solo hacen que el día logre convertirse en un caos. Que las malas vibras lleguen y los acontecimientos malos sucedan.
Muchas cosas positivas vendrán, solo hay que tener fe.