Melodías

3. En un eje......pero de administrativo ♬

En un eje…….. administrativo

 

June

 

 

—Oye junio, ¡ven estoy por aquí!

Visualizaba casi llegando cerca de la cafetería a Madison cerca de las mesas de la sección de las máquinas de golosinas, siempre dije que esta mujer algún día moriría de diabetes por tanta golosina que lleva.

Era una costumbre que todos los días por lo menos sacara unos cinco dulces o más, a veces hasta gastaba casi seis dólares al día y ni siquiera tomaba un poco de agua.

Si yo comiera la cantidad de dulce que ella consume, seguro tendría la cara llena de acné y muchas espinillas.

—¿desde cuando hablas español?, porque de ser así puedo seguirte hablando segui…..

—no, no no bebe, a mí no me sigas el royo, estoy aprendiendo, pero eso no quiere decir que vas a atacarme

—tu comenzaste, me acabas de llamar junio y sabes que me jode que hagas eso, el que se lleva aguanta

—esta

—¿Esta?

—olvídalo, solo no vuelvas a decirme junio por favor. —voltee los ojos algo cansada— lo detesto.

—No es mi culpa, eso díselo a tu mama. ¿No sabía que te había puesto un mes del año?

—Al parecer papa y ya lo sabían, y no fue ningún problema.

Decidí sentarme con ella un rato ya que Madison siempre solía sacarme una gran sonrisa, sinceramente sabía que ella no era completa. O como se diría esa expresión en español le faltaba un peso para el veinte.

Madison y yo nos conocimos casi al final de la preparatoria antes de graduarnos, pensé que sería la chica fresa o algo por el estilo mientras la conocía, ya que cuando entre la primera vez a la preparatoria el miedo que tuviera amigos, así como en las películas de Disney Chanel me daba mucho pavor.

Pero resulto ser todo lo contrario, es una persona alegre, super divertida, y tiene un alma muy pura. Esas serían las palabras correctas para definirla, Madison es proveniente de Namur, Bélgica, viajo a estados unidos por el hecho de aires diferentes y querer explorar más, busco trabajos como yo, y aunque sus papas estaban muy convencidos de pagar sus gatos, ella decidió cubrir la mitad y fue cuando comenzó a trabajar en el mismo lugar donde trabajamos Kairi y yo.

Solo es ella y una tía que se hace cargo de ella aquí en América.

Kairi también es una amiga de nosotros, conocidas en la preparatoria.

Resople mientras tenía en mis manos un poco de regaliz, nunca me había gustado, pero a veces mataba mis pequeños momentos de ansiedad mientras lo consumía.

Esa era otra excusa ara que Madison comprara dulces porque me ayudaba calmar mi ansiedad. Pero a ella le encantaban.

Ya íbamos caminando directamente hacia el salón de clases en el segundo piso de nuestra facultad. Madison se dio cuenta que iba jugueteando con el regaliz que decidió que fuéramos al baño unos momentos para poder lavarnos la cara y así disipar un poco los pensamientos.

—¿te pasa algo?

 —me preguntó directamente

—nada, solo son problemas de hogar ya sabes, me gustaría decirte que no es la gran cosa, porque la verdad no lo es, pero sabes que lastimosamente yo un problema chiquito lo hago como si fuera gigantesco.

—no hay problemas grandes ni pequeños ¿lo sabes verdad?, bueno he tratado de recordártelo muchas veces, lo que para otra persona puede ser un grano de arroz, para ti puede ser un saco repleto de lo mismo. Y eso está bien.

⋙ Cada cabeza y cada persona es un mundo completamente diferente y debes tomar en cuenta que, aunque seas joven, no quiere decir que tus problemas tampoco sean importantes, y yo también sé que eres una persona que se preocupa por los demás, así que también es válido que le des un poco de importancia a tus propios problemas, así que cuéntame algo. No olvides que todos alguna vez necesitamos sacar lo que llevamos dentro. Así que dime que te pasa.

Frustrada mire hacia el lado lateral de los ventanales que había por encima de los baños, y al mismo tiempo veía mi reflejo.

—todo está bien sabes, no me quejo de la vida que me toca vivir, aunque trabaje y estudia al mismo tiempo, eso para mí es irrelevante ahora mismo porque pienso que hay personas en peores situaciones que la mía, no hay problemas con mama, estamos todas bien y eso también es importante. Hay días en lo que estoy super feliz, contenta voy con todos los ánimos a recorrer el mundo, —como dice mi mama—pero entonces de la nada vienen estos putos ataques de la nada, y siento que no habrá nada bueno para mí al final de esta ruta.

⋙ como hoy, en la mañana me levantaba y no dejaba de ver el turrón de ahorros, y verlo vacío de nuevo, no sé, es como una putada al estómago que me deja sin aire, solo de pensar que enserio necesitaba ese dinero para poder buscarle una solución a este problema, sé que solo tuve la mala suerte de tenerlo, pero eso no hace que no me sienta mucho peor aún.

—¿has vuelto a tener un ataque de pánico?




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