Una vaina loca
Easton
𝘐 𝘸𝘢𝘴 𝘣𝘳𝘰𝘬𝘦𝘯 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘢 𝘺𝘰𝘶𝘯𝘨 𝘢𝘨𝘦
𝘛𝘢𝘬𝘪𝘯𝘨 𝘮𝘺 𝘴𝘶𝘭𝘬𝘪𝘯𝘨 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘮𝘢𝘴𝘴𝘦𝘴
𝘞𝘳𝘪𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘮𝘺 𝘱𝘰𝘦𝘮𝘴 𝘧𝘰𝘳 𝘵𝘩𝘦 𝘧𝘦𝘸
𝘛𝘩𝘢𝘵 𝘭𝘰𝘰𝘬 𝘢𝘵 𝘮𝘦, 𝘵𝘰𝘰𝘬 𝘵𝘰 𝘮𝘦, 𝘴𝘩𝘰𝘰𝘬 𝘵𝘰 𝘮𝘦, 𝘧𝘦𝘦𝘭𝘪𝘯𝘨 𝘮𝘦
𝘚𝘪𝘯𝘨𝘪𝘯𝘨 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘩𝘦𝘢𝘳𝘵𝘢𝘤𝘩𝘦 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘵𝘩𝘦 𝘱𝘢𝘪𝘯
𝘛𝘢𝘬𝘪𝘯𝘨 𝘮𝘺 𝘮𝘦𝘴𝘴𝘢𝘨𝘦 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘵𝘩𝘦 𝘷𝘦𝘪𝘯𝘴
𝘚𝘱𝘦𝘢𝘬𝘪𝘯𝘨 𝘮𝘺 𝘭𝘦𝘴𝘴𝘰𝘯 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘵𝘩𝘦 𝘣𝘳𝘢𝘪𝘯
𝘚𝘦𝘦𝘪𝘯𝘨 𝘵𝘩𝘦 𝘣𝘦𝘢𝘶𝘵𝘺 𝘵𝘩𝘳𝘰𝘶𝘨𝘩 𝘵𝘩𝘦...
Las notas de Believer sonaban en la estancia donde estaba, un pequeño gimnasio privado tomaba mi más completa atención. Agosto había llegado, y eso anunciaba un descasando para mí y mi equipo de trabajo.
Luego de un año de una gira muy pesada por todos estados unidos, América en general y algunos países de Europa.
El exceso de trabajo siempre lo considere un factor importante para que m gente no se diera el brazo a torcer tan fácilmente debido a que fueran explotados. Había cosas que permitía, más otras no. Aunque por más que quisiera ser una persona Humilde, no dejaba de actuar de cierta manera y tener ciertas costumbres que me hacen tan ajeno a esa palabra y sin contar que la humildad es algo que debes reflejar, mas no solo deducir de uno mismo.
La humildad es algo que las personas deben verte reflejado a ti y a tus acciones.
El estar en el gimnasio y ejercitarme, siempre hace que saque a relucir mis pensamientos que más opacan mi mente, descubrir que entrenando podía pensar bien las cosas y tomar mejores decisiones hacía que pasara más tiempo en el gimnasio desde que tenía dieciséis.
Mucha gente decía que la mejor idea para tomar buenas decisiones era consultándolo con la almohada, pero si yo iba a charlar con la almohada iba aquedarme dormido en la primera palabra.
Por eso había logrado un buen cuerpo ejercitado y en forma, aunque no tenía rutina fija, ni ejercicios los cuales seguía al pie de la letra, sabía que mis brazos y hombros anchos daban mucho que desear.
Después que decidí ejercitar mis piernas y despejar un poco la mente y poder pensar con claridad, aun así no lo lograba y eso hacía que mi rutina fuera más pesada de lo normal. Mas eso no me importaba en absoluto.
Estaba cansado, me sentía deprimido, nunca me considere una persona que sintiera estar en depresión o problemas de esas magnitudes, más, sin embargo, me sentía exhausto mental y físicamente.
Amaba con mi alma ir a giras y conciertos, tener mis entrevistas, mis presentaciones y conectar con la gente que me ha colocado donde estoy ahora, y aunque siento que eso nunca será suficiente para agradecerles lo han hecho por mí al cambiar mi vida, siempre estaré agradecidos con ellos. Quería un descanso de las redes sociales, de los estatus, de las fiestas, de los desastres con las disqueras.
Quería un descansar.
Estaba concentrado y tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta que me observaban desde el umbral de la puerta de aquel gimnasio.
—¿te gusta lo que ves? — pregunte tratando de poner mi cara más sexy.
—no eres mi tipo lo siento
—Oh por favor, ¡soy el tipo de todas!
—Pero no eres el mío.
Rei mientras Jordi hacia una mueca bien gay mientras se acercaba a saludarme.
Jordi era uno de los pocos amigos que tenía desde que tengo memoria, o, mejor dicho, el único que tenía que sabía que era un amigo de verdad. No recuerdo como lo conocí, más, sin embargo, nunca se dejó cegar cuando mi vida cambio. Aunque a veces pensaba que nuestra amistad se vería afectada por los cambios de ciudades y aunque siempre decía que me iría lejos, nunca lo hacía ya que siempre había algo que me regresaba de nuevo a Los Ángeles.
Los ángeles era mi hogar.
Después de un abrazo y muchas muecas por mi olor, nos sentamos en la lona del gimnasio para empezar a platicar. Tenia mucho tiempo sin poder hablar con el directamente.
—te diría el típico…. ¿amigo, de que vas?, pero pensar que se de tus noticias y tu última gira en Latinoamérica y lo que sigue del mundo, estaría demás hacer esa pregunta.
—vaya, vaya, al parecer alguien me ha estado siguiendo ¿verdad? — pregunte mientras le daba un sorbo a mi botella de agua.
—seguir, lo que se dice seguir…….bueno sí, yo creo que si —sonrió por unos momentos— pero más sin embargo, no soy idiota y quise ver cómo vas de verdad.
—¿de qué hablas? — le pregunte, llevándose toda mi atención.
—Pues ya sabes, ustedes los artistas siempre dicen que están bien. que tiene un sol en la cara cuando por dentro están tan negros por la tormenta que los agobia.
—¿Entonces quieres saber cual es mi tormenta?
—pues es Fácil…. ¿Tienes alguna tormenta contigo?
Iba a contestarle cuando me volvió a interrumpir, tomando una de las botellas de agua que tenía cerca y cuando termino volvió a peguntar.