Melodías de sombras (cinco sentidos)

Capítulo 12

Hyun-Woo estaba en su oficina revisando las primeras mezclas de la última grabación de Ji-Yeon cuando recibió una notificación en su teléfono. Era un correo inesperado de Tae-Joon, su antiguo colega y ahora el rival más feroz en la industria musical. El productor frunció el ceño al abrirlo. El mensaje, directo y provocador, decía:

"Gracias por presentarme a Ji-Yeon. Estoy seguro de que ella hará grandes cosas con nosotros."

El corazón del chico dio un vuelco. Era evidente que Tae-Joon había hecho un movimiento, y la posibilidad de perder a la chica no solo lo enfurecía, sino que lo preocupaba. Su conexión con ella iba más allá de lo profesional; algo en ella lo había tocado de una manera que no podía ignorar.

Mientras tanto, Ji-Yeon estaba sentada en un café en el centro de Seúl, esperando a alguien que le había prometido respuestas. Había recibido una invitación misteriosa para reunirse con alguien que, según el mensaje, podía ayudarla a liberar el potencial de su voz y protegerla de la maldición que sentía que la perseguía.

Cuando llegó el hombre, la muchacha lo reconoció al instante: Tae-Joon. Aunque había oído hablar de él, nunca lo había conocido personalmente. Él era famoso por su capacidad para transformar artistas en estrellas internacionales, pero también por su reputación de utilizar tácticas poco éticas.

—Ji-Yeon, es un honor conocerte —dijo el hombre con una sonrisa encantadora mientras se sentaba frente a ella—. Debo decirte que tu voz es algo que no se escucha todos los días.

La joven se sintió halagada, mas también cautelosa. Había aprendido a desconfiar de las palabras dulces.

—Gracias —respondió con reserva—. ¿Por qué quería verme?

—Porque creo que estás desperdiciando tu talento con Hyun-Woo. Él es bueno, sí, pero carece de la visión necesaria para llevar tu carrera al siguiente nivel. Yo puedo darte eso.

Tae-Joon deslizó un contrato sobre la mesa hacia ella y dijo:

—Si firmas conmigo, te prometo que el mundo entero conocerá tu nombre.

Ella miró el contrato, sintiendo que la tentación se infiltraba en sus pensamientos. Sabía que su voz tenía el poder de cambiar vidas, pero también el potencial de causar daño. Tae-Joon parecía tener todas las respuestas, mas algo en su tono y en la manera en que hablaba la ponía nerviosa.

—¿Por qué está tan interesado en mí? —preguntó, intentando mantener la calma.

—Porque reconozco el talento cuando lo veo, y porque creo que mereces algo más que lo que Hyun-Woo puede ofrecerte. ¿Sabes que él tiene un historial de dejar proyectos a medio camino? Yo no hago eso.

El chico sabía cómo atacar los puntos débiles, y ella comenzó a preguntarse si realmente podía confiar en Hyun-Woo.

Hyun-Woo había estado rastreando frenéticamente el paradero de Ji-Yeon desde que recibió el mensaje de Tae-Joon. Cuando finalmente la localizó en el café, entró rápidamente al sentir una mezcla de ira y urgencia.

—Ji-Yeon —llamó desde la entrada, con su voz cortante—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Ella se giró para verlo, con ojos sorprendidos y un toque de culpa. Tae-Joon, en cambio, sonrió con suficiencia.

—Hyun-Woo, qué agradable sorpresa. ¿Nos sigues ahora?

—Solo cuando alguien intenta robar a mis artistas —respondió el aludido al acercarse a la mesa—. Ji-Yeon, ¿puedo hablar contigo a solas?

Tae-Joon levantó una ceja, pero no dijo nada. La chica, aunque dudosa, asintió y siguió al productor uera del café.

En la calle, él se detuvo y se giró para mirarla con una expresión dura pero preocupada.

—¿Qué estabas haciendo con Tae-Joon?

—Él solo quería hablar —respondió a la defensiva—. No entiendo por qué te molesta tanto.

—Porque sé cómo es él. Tae-Joon no se preocupa por ti ni por tu música, solo le interesa lo que pueda sacar de ti.

Ella cruzó los brazos e inquirió:

—¿Y qué te hace diferente a él? Tú también te beneficias de mi talento.

Hyun-Woo retrocedió, como si sus palabras lo hubieran golpeado físicamente.

—Eso no es justo. Desde que te conocí he hecho todo lo posible por ayudarte, incluso cuando tú misma intentaste alejarme.

—¿Y si Tae-Joon tiene razón? —espetó—. ¿Y si él puede hacer por mí lo que tú no puedes?

Él la miró con una intensidad que hizo que se sintiera expuesta.

—Si crees que él es la mejor opción, no te detendré. Pero si confías en él, será un error que lamentarás.

La muchacha sintió un nudo en el estómago. Aunque las palabras del chico la afectaban, todavía estaba confundida sobre en quién confiar.

—Necesito tiempo para pensar —dijo al fin, mientras se alejaba.

El productor la dejó ir, pero no sin antes lanzar una última advertencia:

—Solo recuerda que no todo lo que brilla es oro. Tae-Joon tiene un talento especial para envolver la verdad con mentiras.

Esa noche, Ji-Yeon se sentó en su pequeño apartamento, mirando el contrato que Tae-Joon le había dado. Algo no encajaba. Decidió investigar un poco sobre él, utilizando su teléfono para buscar noticias y rumores.




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