Melodías de sombras (cinco sentidos)

Capítulo 20

El estudio de grabación estaba envuelto en una atmósfera de expectación. Ji-Yeon se encontraba frente al micrófono, con su voz resonando con una confianza que nunca antes había mostrado. Hyun-Woo, sentado en la consola de mezclas, ajustaba los controles con una sonrisa de orgullo que no podía ocultar.

Habían trabajado meses en este álbum, cada canción era una pieza que reflejaba su transformación. Ella había encontrado su voz de nuevo, una voz libre de las sombras del pasado. Ahora cantaba con el corazón lleno de emociones puras: esperanza, amor y fuerza.

La última nota se desvaneció en el aire, dejando un silencio que era casi sagrado. La chica salió de la cabina, con su rostro iluminado por una mezcla de alivio y alegría.

—¿Cómo ha estado? —preguntó, mirando al productor.

Él se levantó mientras aplaudía lentamente y respondió:

—Perfecto. Este álbum es un testimonio de todo lo que eres y todo lo que puedes ser.

Ella rio, pero sus ojos brillaban con lágrimas.

—Nunca podría haberlo hecho sin ti.

Él negó con la cabeza al acercarse a ella.

—Siempre estuvo en ti, Ji-Yeon. Yo solo ayudé a que lo vieras.

El día del lanzamiento llegó rápidamente. El evento se realizó en un elegante teatro de Seúl, donde los medios y los fans se reunieron para presenciar el debut de un álbum que ya generaba expectativas. El título, Melodías de Esperanza, era un reflejo de la travesía que Ji-Yeon había recorrido.

El escenario estaba decorado con luces suaves y un piano de cola en el centro, donde Hyun-Woo la acompañaría en un par de canciones. La cantante, vestida con un elegante traje blanco, subió al escenario bajo una ovación atronadora. Tomó el micrófono, mirando a la multitud con una mezcla de nervios y emoción.

—Gracias por estar aquí esta noche —comenzó, con su voz clara y firme—. Este álbum no es solo música; es un pedazo de mi alma. Está dedicado a todos aquellos que han enfrentado sus propios demonios y han encontrado la fuerza para seguir adelante.

Las primeras notas comenzaron a sonar, y Ji-Yeon cerró los ojos. Su voz llenó el teatro, llevando a la audiencia en un viaje emocional. Cada canción era un capítulo de su historia, desde el dolor y la pérdida hasta el amor y la esperanza.

Cuando terminó, el silencio en la sala fue rápidamente reemplazado por aplausos ensordecedores. La muchacha hizo una reverencia, con el corazón latiendo con fuerza.

Tras el concierto, la cantante se unió a una sesión de preguntas y respuestas con los medios. Los periodistas estaban fascinados, no solo por su música, sino también por la historia detrás de ella.

—Ji-Yeon, este álbum tiene un mensaje muy poderoso. ¿Qué esperas que la gente saque de él? —preguntó un reportero.

Ella sonrió, con su mirada llena de sinceridad.

—Espero que encuentren un poco de consuelo en estas canciones. Quiero que sepan que, incluso en los momentos más oscuros, hay luz al final. La música me salvó, y espero que pueda hacer lo mismo por otros.

Otro periodista levantó la mano:

—Tu colaboración con Hyun-Woo ha sido muy comentada. ¿Qué puedes decirnos sobre su impacto en tu carrera?

Ji-Yeon miró al productor, quien estaba sentado entre el público, observándola con orgullo.

—Hyun-Woo no solo es un talento increíble, sino también una persona que cree en el poder de la música. Me enseñó a confiar en mí misma y a ver la belleza en mi voz. No estaría aquí sin su apoyo.

El aludido levantó su mano, saludando con una sonrisa, lo que provocó una risa entre los asistentes.

Esa noche, después del evento, ambos se escaparon de la multitud para compartir un momento a solas. Caminaron por las calles iluminadas de Seúl, disfrutando del aire fresco y la tranquilidad que venía después de tanto ajetreo.

—Lo has hecho, Ji-Yeon —dijo él al detenerse frente a una cafetería cerrada—. Hoy demostraste que eres más fuerte de lo que creías.

Ella lo miró, con sus ojos llenos de gratitud.

—No solo fue hoy, Hyun-Woo. Tú me diste razones para creer en mí misma, y eso nunca podré agradecértelo lo suficiente.

Él sonrió, encogiéndose de hombros.

—Tal vez puedas agradecérmelo con una cena. O, ya sabes, algo más significativo.

La chica rio, pero su expresión se suavizó al decir:

—Creo que puedo hacer algo mejor que eso.

Antes de que él pudiera responder, la muchacha se inclinó y lo besó. Fue un beso suave, pero lleno de todo lo que no habían dicho en los últimos meses. Cuando se separaron, él la miró con una mezcla de sorpresa y felicidad.

—Bueno, eso definitivamente supera cualquier cena.

Ji-Yeon río mientras sentía una ligereza en su corazón que no había sentido en años.

Con el éxito del álbum, Ji-Yeon comenzó a recibir propuestas para giras y colaboraciones. Aunque estaba emocionada, también sabía que quería tomarse las cosas con calma. Este era su momento para disfrutar de su música, su nueva vida y su relación con Hyun-Woo.




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