Han pasado cinco días después de lo ocurrido en la fiesta de bienvenida para Ethan. La noticia de su compromiso con Melissa Smith fue la sensación del momento durante todos estos días en los periódicos y revistas de chismes. La hermosa pareja del famoso director de la Orquesta Sinfónica de Nueva York se casaba con la hija mayor de una de las familias más poderosas de Inglaterra. La familia Smith, dueña de seis casas por toda Europa y una en Norte América, dueña de una de las empresas en telecomunicaciones más importantes del país y accionista en múltiples empresas de gran importancia en el mundo de los negocios. Melissa Smith fue catalogada como una hermosa con un gran cerebro -evaluado por el MIT- y con un olfato para los negocios increíble.
¿Cómo se conocieron? -fue la pregunta más importante de su entrevista para la revista GQ- Inglaterra.
Ethan y Melissa fueron novios en la secundaria. Ella fue su primera novia antes de haberla engañado numerosas veces con otras chicas en el pasado. Ethan al mudarse a los Estados Unidos dejó atrás su recuerdo. Años después Ethan la vio en un bar famoso en Nueva York y a partir de ese momento comenzaron a salir de nuevo. Melissa le había dicho que no quería nada con él, pero Ethan insistía en conseguir su corazón. Para él siempre fue un juego y los corazones rotos un trofeo. Ella lo frecuentaba de vez en cuando. A veces iba a algunos conciertos en los que dirigía Ethan cuando tenía tiempo para ir.
En ocasiones salían a cenar y mientras más salían juntos más conexión sentían. Una noche en que fueron a un bar al frente del Central Park, se pasaron las copas y sus mentes estaban más nubladas. A la mañana siguiente amanecieron juntos en la misma cama, desnudos y sin memoria de nada; pero eso no importó. No se sintieron culpables, lo aceptaron y continuaron por un cuatro años hasta que una noche, Ethan llevó a Melissa al hermoso restaurante de un hotel lujoso. Después de un par de copas, una deliciosa cena y una fluida y agradable conversación Ethan sacó una pequeña caja roja de su bolsillo con un hermoso anillo de bodas con un diamante corte princesa de cinco quilates con un grabado en el aro que decía: Te amo.
Durante la entrevista omitieron algunos detalles, pero la historia conmovió a todas las lectoras de la revista, quienes deseaban tener una historia de amor tan hermosa y perfecta como la de esta pareja que sacudió a Inglaterra. Principalmente el de Nathaly O'Donell, quien sufrió por unos días hasta que su corazón se endureció como una roca. Al menos por fuera. Ella comprendió que nunca fue una candidata para él, pero aún así dolía.
Nathaly volvió a la rutina de siempre, pero algo había cambiado. Ya no era la misma de siempre.
Y allí estaba ella. Tocando el piano como siempre. Sueño de amor de Franz Liszt. Una obra magnífica que reflejaba lo que sentía por dentro. Un sueño de amor era lo que ella más quería en este mundo y lo deseaba con el hombre que ella amaba, aunque fuera por tan solo un día o unas horas; para ella serían como tocar el cielo. Sin embargo, ella ahora había abierto los ojos, ese era tan sólo un sueño muy lejano.
Ethan entró a su habitación con toda la confianza como cuando era niños. Él amaba escuchar a Nathaly tocar como los ángeles. Era dulce, suave, inocente, tierno. Impecable, magnífico, hermoso. Sus movimientos fluidos y automáticos y magistrales. Delicados y preciosos, dignos de escuchar y apreciar. Nathaly y sus manos mágicas iluminan el corazón más triste de cualquier persona. Al terminar de tocar esta hermosa canción Ethan estuvo a punto de aplaudir hasta que ella comenzó a tocar otra canción de un talentoso músico sur coreano llamado Yiruma, Kiss the rain. Una canción que describía exactamente como se sentía Nathaly por dentro. Aunque ya había tomado la decisión de dejar sus sentimientos en el abismo del olvido, no dejaba de doler en su corazón.
En ese momento fue la primera vez que él la escuchó cantar de verdad. Siempre se había imaginado su voz, pero nada se comparaba con lo que estaba escuchando allí, en vivo y a todo color. Su imaginación no se comparaba con la realidad. Su voz no se comparaba con la de nadie. Inconfundible. Perfecta. Melódica. Dulce. Hermosa. Entonada. En ese momento sí creyó que de verdad era un ángel caído del cielo. Porque ella, su manos y su voz definitivamente no eran de este mundo. Impecable. Incomparable. Inusual. Perfectamente perfecta.
And every night
I lie awake
Thinking maybe you love me
Like I've always loved you
But how can you love me
Like I loved you when
You can't even look me straight in my eyes...
Una voz meramente mágica. Angelical.
Sus labios se movían acorde con sus dedos sin equivocarse ni una sola vez. Su voz aguda resonaba en sus impresionados oídos. Cantaba sin desafinar, sin perder la concentración, sin dudar ni una sola vez. ¿Cuántas veces habrá practicado aquella canción? ¿Cuántas veces la habrá cantado? ¿Cuántas veces sus labios vírgenes habrán pronunciado aquellas palabras que hieren? Su voz congeló su corazón. Sus mejillas se tornaron rojas por la excitación. Era como tener un orgasmo musical. Estaba complacido por escucharla al fin. Sintió que flotaba en las nubes allí mismo. Pensó que estaba tocando el mismísimo cielo. Estaba fascinado. ¿Cómo era posible que un ser así de perfecto existiera en esta mundo? Ella era un ser que brillaba por sí solo. Un ser único.
The waters calm and still
My reflection is there
I see you holding me
But then you disappear
All that is left of you
Is a memory
On that only, exists in my dreams...