Melodías del Corazón.

Capítulo 8.

Han pasado algunos días desde que Melissa fue a la casa de Nathaly para pedirle que se alejara de su prometido Ethan Brown. Nathaly siguió con su vida como si esa visita nunca hubiera pasado. Oliver iba a su casa de vez en cuando, ya que estaba ocupado con el trabajo de la remodelación de la academia. Además, él estaba algo avergonzado por lo que había hecho.

Hacía unos días había leído un anuncio en el periódico que habían abierto audiciones para ingresar en la Orquesta Sinfónica de Londres. Evidentemente Nathaly se negó a participar, así que sin su consentimiento Oliver le grabó un vídeo tocando el piano sin que ella se diera cuenta con su móvil y lo envió a los productores de la orquesta. En unas semanas recibiría una llamada del director para saber los resultados, de los cuales él conocía los resultados ya. Era lógico que la aceptarían, tan sólo tenía que esperar la llamada y sería todo. Claro que Oliver se estaba arriesgando a que Nathaly lo odiara de por vida, pero eso no le importaba si ella se daba cuenta que su lugar era arriba en el escenario, compartiendo su talento con las personas. Le quería hacer ver que ella podía crear colores, podía crear un arco iris en medio de una tormenta gris, y podía darle alegría al más desdichado de los hombres.

Faltaban ya pocos días para la boda de Ethan y Melissa, ella estaba con la diseñadora para ver los últimos detalles de su vestido. Nathaly no dejaba de pensar en las palabras de Melissa el día que fue a su casa para decirle que ella estaba embarazada. Estaba realmente deprimida. Quería olvidar aquel momento, pero la verdad era que no podía hacerlo. Cada noche imaginaba a Ethan al lado de Melissa en una hermosa casa de campo sonriendo, ella estaba embarazada de su segundo hijo, ya; y ambos se decían cuanto se amaban el uno al otro. Eso era una punzada profunda en su pequeño y frágil corazón.

Marcus se acercó a Nathaly despacio para entregarle un vaso con agua, ella dejó de tocar el piano y tomó el vaso. Bebió el agua despacio. Agradeció al Marcus y este se alejó.

Ella comenzó a tocar Polonesa Op 53 de Frédéric Chopin. El sonido resonaba por todas la paredes de la enorme mansión O'Donell. Esa canción animaba un poco la depresión que sentía su corazón. Necesitaba un escape y lo encontró bajo las hermosas notas de Chopin. En esos momentos mientras ella le trataba de dar un poco de paz a su vida, unos hombres extraños llegaron de improvisto. El mayordomo que los recibió les hizo pasar al gran salón, escucharon la melodía que provenía de allí y ahí lo vieron con sus propios ojos como si fuera un ciervo perdido en medio del bosque.

Vieron aquella pasión, aquel sentimiento que ella transmitía con su expresión serena, con sus movimientos de cabeza, disfrutando la música, sintiendo la melodía en sus oídos. Aquellos dos caballeros se deleitaron con su talento como si estuvieran en un restaurante saboreando un delicioso postre único hecho por uno de los mejores chefs en toda Europa. Seis minutos de pura pasión, de puro talento, de puro sentimiento. Ella movía sus dedos con fluidez. Sus movimientos eran impecables, limpios, rápidos, perfectos, precisos. Ni un sólo error.

Ambos caballeros aplaudieron cuando ella hubo acabado de tocar esa pieza espectacular con tanta calidez. No pudieron evitar alabar su talento al instante y sin dudar se acercaron a aquella mujer asustada y confundida. Les preguntó quiénes eran y ellos respondieron que eran los productores de la Orquesta Sinfónica de Londres y que habían venido a su casa para comprobar lo que habían visto en aquel vídeo para la audición. Ella confundida por lo que estaba pasando, le volvió a preguntar qué hacían allí. Uno de los caballeros respondió que habían recibido un sobre con un disco y al ver el vídeo se maravillaron tanto con su talento que necesitaban verlo con sus propios ojos.

- Lo siento sigo sin entender -dijo ella.

- Hemos venido para invitarla personalmente a formar parte de la Orquesta Sinfónica de Londres -dijo el hombre de bigote de candado.

Nathaly no sabía de qué se trataba ese complot que formaba esta pareja. No supo que más responder además de que la dejaran pensarlo. No sabía cómo había llegado un vídeo de ella tocando el piano a sus manos y  mucho menos sabía quién la había grabado.

¿Quién se tomó la libertad de hacerlo? -se preguntaba.

- De acuerdo -dijeron los hombres también confundidos, ya que pensaban que había sido ella quien mandó el vídeo.

Ambos se marcharon por dónde llegaron. Un par de horas después su padre llegó y escuchó a su hija tocar una melodía que no escuchaba hacía muchos años. Unfogettable de Nat King Cole. Era la canción que habían tocado el día de su boda. El día en que se unió a la madre de sus hijos e hijas. El día más feliz de su vida. Esa canción le traía hermosos recuerdos. Recuerdos que le dolían en lo más profundo de su destruida alma. Aun así, Arthur pensó que fueron buenos momentos. Momentos que con el tiempo se esfumaron con el viento, y finalmente se dio cuenta que ya era hora de pasar la página, dejar el pasado atrás y seguir con su vida. Una nueva vida.

- Es una pieza hermosa -interrumpió Arthur los pensamientos de su hija cuando ésta había terminado de tocar.

- Me recuerda a mamá -dijo la bella chica mientras miraba a la deriva perdida en los recuerdos.

- A mí también -admitió su padre. Él tocó su hombro con delicadeza, se inclinó y besó su cabeza con amor-. Ya es tarde, debes descansar -dijo y ella escuchó sus pasos alejarse lentamente.

- Padre -dijo ella y el hombre ya cansado se detuvo en el marco de la puerta-. ¿Qué dirías si decidiera tocar un público nuevamente?

- Diría que estoy orgulloso de ser el padre de la mejor pianista del mundo.

Habiendo dicho esto él se marchó a su respectiva habitación en el segundo piso de la enorme casa, y Nathaly se quedó en su lugar con los ojos clavados en el intenso y cálido fuego de la chimenea que alumbraba gran parte de la habitación donde se encontraba. Puso sus manos nuevamente sobre el piano. Esta vez no hizo nada más que tocar la lisa madera y las suaves teclas de marfil.



#27688 en Novela romántica
#4583 en Chick lit

En el texto hay: musica, romance, drama

Editado: 10.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.