Narra Isabella
Han pasado cuatro años desde que ingresé a la Universidad Musical de Nueva York (UMNY). El tiempo ha volado y hoy es el día de mi graduación. Me siento emocionada y nostálgica, recordando todos los momentos que he vivido en esta institución.
Me encuentro en el backstage, junto a mi mejor amiga Anabella, quien ha sido mi apoyo incondicional durante toda mi estadía en la UMNY. Ambas estamos vestidas con nuestras togas y birretes, listas para dar el siguiente paso en nuestras carreras musicales.
- Isabella, no puedo creer que ya estemos aquí. Han sido cuatro años de arduo trabajo y dedicación, pero lo hemos logrado - dice Anabella, con una sonrisa emocionada en su rostro.
- ¡Lo sé, Anabella! Ha sido un viaje increíble y no podría haberlo hecho sin ti. Gracias por estar siempre a mi lado - le respondo, sintiendo una oleada de gratitud hacia mi amiga.
Mientras hablamos, escucho los murmullos y risas de mis compañeros de clase. Todos estamos llenos de expectativas y sueños para el futuro. Es un momento de celebración y también de despedida, ya que cada uno de nosotros tomará caminos diferentes una vez que dejemos la UMNY.
El profesor Johnson, nuestro querido mentor, se acerca a nosotras con una sonrisa en su rostro. Ha sido una figura clave en nuestra formación musical y siempre nos ha motivado a dar lo mejor de nosotros mismos.
- Isabella, Anabella, estoy tan orgulloso de ustedes. Han demostrado un talento excepcional y una pasión inigualable por la música. Estoy seguro de que tendrán un futuro brillante en la industria musical - nos dice el profesor Johnson, con voz llena de emoción.
- Gracias, profesor. Sus enseñanzas y su apoyo han sido fundamentales en nuestro crecimiento como artistas. Siempre lo recordaremos con gratitud - le respondo, con sinceridad en mi voz.
El ambiente en el auditorio está lleno de emoción y energía. Las familias y amigos de los graduados llenan las butacas, esperando ansiosos el inicio de la ceremonia. El coro de la UMNY se prepara para interpretar una pieza musical especial, mientras los músicos afinan sus instrumentos.
El ambiente en el auditorio está lleno de emoción y expectativa mientras esperamos ansiosamente el discurso del profesor de composición musical, Lucas. Aunque hemos mantenido nuestra relación en secreto debido a nuestra dinámica de profesor y alumna, su apoyo y dedicación han sido fundamentales en mi crecimiento como músico y como persona.
Lucas sube al escenario, su mirada llena de orgullo y emoción al ver a sus estudiantes graduados. Su presencia imponente y su pasión por la música son evidentes mientras se prepara para dirigirse a la audiencia.
- Queridos graduados, familiares y amigos,
Hoy es un día especial en el que celebramos los logros y el talento de nuestros graduados de la Universidad Musical de Nueva York. Es un honor para mí dirigirme a todos ustedes como profesor de composición musical y como alguien que ha tenido el privilegio de ser testigo del crecimiento y desarrollo de estos jóvenes artistas.
Cuando ingresaron a esta institución hace cuatro años, muchos de ustedes llegaron con sueños y aspiraciones, con una pasión ardiente por la música y con el deseo de convertirse en creadores de sonidos que tocaran los corazones de las personas. A lo largo de los años, han trabajado incansablemente, han enfrentado desafíos y han superado obstáculos, demostrando una dedicación y un compromiso excepcionales.
Hoy, en este momento de graduación, quiero reconocer el talento y la creatividad de cada uno de ustedes. Han demostrado una habilidad única para comunicar emociones a través de la música, para crear paisajes sonoros que nos transportan a lugares inimaginables y para despertar en nosotros emociones que a menudo no podemos expresar con palabras.
Pero más allá de su talento musical, quiero destacar la importancia de su voz como compositores. A través de sus composiciones, han tenido la oportunidad de contar historias, de transmitir mensajes y de influir en la sociedad. Han utilizado la música como un medio para expresar sus ideas, sus inquietudes y sus esperanzas para un mundo mejor.
En un mundo que a menudo se ve afectado por la división y la discordia, su música tiene el poder de unir a las personas, de sanar heridas y de crear un espacio donde todos nos sintamos conectados. Como compositores, tienen la responsabilidad de utilizar su voz para inspirar, para cuestionar y para desafiar las normas establecidas. Sean valientes en sus elecciones musicales y no tengan miedo de explorar nuevos territorios.
Recuerden que ser un compositor implica más que solo crear música. También implica ser un defensor de las artes, de la cultura y de la importancia de la creatividad en nuestra sociedad. Ustedes son los guardianes de la música, los portadores de una tradición que se remonta a siglos atrás. Mantengan viva esa llama y compartan su pasión con el mundo.
A medida que se embarcan en el siguiente capítulo de sus vidas, les insto a seguir persiguiendo sus sueños con determinación y perseverancia. Habrá momentos de duda y de incertidumbre, pero confíen en su talento y en la pasión que los impulsa. No tengan miedo de tomar riesgos y de enfrentar los desafíos que se les presenten. Recuerden que el camino hacia el éxito no siempre es fácil, pero cada obstáculo superado los acercará más a alcanzar sus metas.
Finalmente, quiero felicitar a todos los graduados por su arduo trabajo y dedicación. Hoy, ustedes se gradúan como músicos, como compositores y como seres humanos que tienen el poder de cambiar el mundo a través de la música. Estoy emocionado por ver las contribuciones que cada uno de ustedes hará a la industria musical y al mundo en general.